Cuestionar las órdenes de los padres favorece a los hijos

Actualizado
  • 11/11/2015 01:00
Creado
  • 11/11/2015 01:00
Sin embargo, es un escenario en el hogar que debe seguir ciertos parámetros. Entérate cuáles son, según la voz de los expertos

Contrario a la creencia popular, que un hijo o hija responda y cuestione las órdenes de sus padres es una actitud positiva, pues le ‘ayuda a su desarrollo personal' y ‘crea confianza en sí mismo'.

‘Todos tenemos pensamientos, sentimientos, percepciones y creencias distintas. Por esto es muy importante que escuchemos, respetemos y validemos las opiniones y puntos de vista de nuestros hijos e hijas', señaló Mónica Denis Rubio, psicóloga del Instituto de Terapia Familiar y de Pareja de Panamá.

Para Denis, la clave está en que los padres definan hacia dónde quieren llevar a sus hijos y qué características y cualidades desean que ellos desarrollen.

‘Si deseas que tus hijos al crecer sean adultos capaces de negociar, de decir no, de expresar su opinión frente a las diversas situaciones que le presentará la vida y de mantenerse firmes en lo que creen , pienso que es necesario permitirles cuestionar órdenes y, claro, responder', afirmó Alberto García, psicólogo clínico.

RESPETO EN AMBAS DIRECCIONES

Los dos profesionales consideran que la base de esta actitud está en el respeto bilateral. ‘El respeto mutuo es un principio fundamental... tanto padres como hijos están en búsqueda de pertenecer y sentirse importantes dentro de su contexto, en este caso el familiar', aseveró Denis. Mientras que, García señaló que es importante que los padres marquen esa línea de respeto a la hora de ser cuestionados por los hijos o hijas para que estos no tomen una actitud de malcriadez.

‘Las respuestas negativas o cuestionamientos de los hijos hacia los padres deben ser con respeto, por ejemplo, no deben levantar la voz ni decir palabras groseras y mucho menos tratarlos como a iguales', dijo.

‘No nos confundamos; cuando un niño grita a su padre o madre y se rehúsa a hacer lo que le ordenaron sin custionamientos, ya no es una actitud positiva, más bien es una mala conducta que debe ser corregida. Por el contrario, cuando el hijo o hija habla, conversa con sus padres, dice no lo haré por..., es decir, negocian, ésta es una acción que le ayuda en su desarrollo personal y si es bien manejado por los padres, le crea confianza en sí mismo', explicó García.

ADIÓS A LA CRIANZA POPULAR

Por su parte, Denis asevera que debemos desaprender esos modelos viejos y tradicionales donde los niños y niñas de ‘antes' hacían todo sin protestar y seguían al pie de la letra lo que sus padres decían ‘y punto'.

La psicóloga, educadora de padres en disciplina positiva, manifestó que el ‘estilo autoritario sólo genera sentimientos de rabia, temor, tristeza, irrespeto o invita a los niños a la rebeldía, sumisión, mentiras, falta de confianza en sí mismos, entre otros'.

Una crianza basada en el respeto mutuo, donde se escucha la voz de los hijos o hijas ‘genera que el infante se sienta involucrado, especial, tomado en cuenta y seguro de sí mismo'.

Otro beneficio que se obtiene de la educación no autoritaria es que ‘invita a los niños y niñas a ser independientes, a sentirse capaces, a tener una sana autoestima, a ser confiados, colaboradores, amables, respetuosos, responsables de las consecuencias de sus decisiones y enfocados en soluciones', expuso Denis.

En consecuencia, cuando tomamos en cuenta la voz y opinión de nuestros hijos y los involucramos en el proceso de crianza, fomentamos estas habilidades generando mayor conexión, armonía y disfrute de la relación padre e hijo.

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‘El respeto mutuo es fundamental... tanto padres como hijos están en búsqueda de pertenecer y sentirse importantes dentro de su contexto, en este caso el familiar'

MÓNICA DENIS RUBIO

PSICÓLOGA

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