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- 29/05/2014 02:00
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‘Cuanto más conozco a la gente más quiero a mi perro’, en alguna ocasión esta famosa frase del filósofo griego Diógenes de Sinope, ha sido pronunciada por alguien que ha tenido que tratar con personas difíciles, en este caso con personas malcriadas.
Se trata de una conducta, según el psicólogo Fernando Javier Gómez, que denota falta de educación en el comportamiento tanto en niños como en adultos.
‘La malcriadez se ve representada en comportamientos inadecuados o patrones de conducta que van en contra de lo socialmente aceptable’, subraya Gómez.
Lo cierto es que para lograr una buena relación, ya sea familiar, de pareja, de amistad o de compañeros de trabajo, es importante saber cómo manejarnos y conocer hasta dónde podemos llegar.
Por lo general, el niño malcriado se manifiesta con desobediencia, falta de respeto, afán de controlar a los adultos, uso de malas palabras y agresividad. Esta conducta inadecuada y molesta de malacrianza, está dada por la incorrecta educación que ha recibido. Es el padre, la madre o el adulto encargado de su crianza el que tiene que mostrarle lo que debe o no debe hacer, lo que es bueno y lo que no lo es, es
¿QUÉ PROVOCA QUE UN NIÑO SEA MALCRIADO?
Según la opinión de Gómez generalmente los niños que resultan malcriados, lo son porque nunca contaron con una estructura determinada, no se le impusieron normas o reglas sobre convivencia y el niño crece creyendo que todo le es permitido o que todo se lo merece. La estructura en la vida de todo ser humano es importante, todos tenemos reglas, deberes y responsabilidades.
‘Los padres deben hacerle entender al niño que una vida sin estructura, sin reglas, sin limitaciones no es lo normal, una vida donde reine el descontrol, carecerá de paz y armonía, y sin paz no hay vida’, añade Gómez.
Gómez comenta que los padres no deben dar malos ejemplos, también evitar darle al hijo todo cuanto pide, y sobre todo, se debe evitar crear en ellos la sensación de superioridad con relación a los demás miembros de su entorno.
Por otro lado, el psicólogo Carlos Pavel, afirma que en ocasiones el comportamiento errático y perturbador de los chicos puede tener otras causas. El experto considera que muchas veces esta conducta en el menor puede ser un síntoma de una situación que está atravesando el sistema familiar. ‘Es importante que las personas encargadas de la crianza sean enérgicas con las acciones que comete el niño, pero sin etiquetarlo negativamente como niños malcriados’, dice Pavel, quien también advierte que quizás un tema básico es establecer claramente cuáles son los límites y las normas del hogar.
El especialista sugiere permitir al niño, cuando es posible, entender la forma en que su conducta ha hecho daño a otros, permitirles mostrar arrepentimiento y encontrar una forma de restaurar el daño.
Corregir a los niños malcriados puede llegar a ser un poco complicado y resulta aún más complicado corregir a un adulto. Sin embargo, que los adultos tengan esta conducta y no quieren corregirla, también es una realidad. Expertos aseguran que la educación del individuo debe comenzar desde que nace.
La base del éxito en la crianza de un niño y futuro adulto es inculcarles respeto hacia ellos mismos y hacia los demás. Estos les enseñará a tener relaciones sanas y perdurables, tanto en la vida personal y laboral.