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- 15/06/2015 02:01
Casi setenta años después de la muerte del legendario gángster Al Capone, la que fuera su residencia en Miami Beach ha vuelto a cobrar vida como escenario para grabaciones de televisión, cine y publicidad.
El buzón de la casa donde vivió y murió Capone no esconde secretos. Cualquier viandante que logre acceder al número 93 de la exclusiva urbanización Isla Palm, en Miami Beach, puede curiosear en su interior, donde una postal publicitaria invita a dar clases particulares de tenis a los nuevos dueños: la firma de inversionistas inmobiliarios MB America.
A unos pasos del lugar donde Al Capone recogía su correo, una puerta de roble blanca flanquea el acceso principal a la vivienda, una villa de estilo colonial español de más de 2,700 metros cuadrados, construida en 1922.
El gángster la compró por 40 mil dólares a finales de los años 20 y la convirtió en su residencia. De ella salió para ingresar en la prisión de Alcatraz, acusado de evasión de impuestos; a ella volvió seis años después una vez cumplida su condena, aquejado ya de demencia senil y en una de sus habitaciones murió, en 1947, de un infarto.
La estructura de la mansión se compone de tres edificios diferenciados. Dos en los extremos - a pie de calle y tocando la bahía- estaban destinados a los miembros de seguridad y a invitados, mientras que Capone vivía en el bloque central de la mansión.
En la ruta de la bahía Vizcaíno, la antigua masión de Al Capone vuelve a ser parada obligatoria.