Vanusia Nogueira, la visión de una mujer líder en el mercado mundial del café

Actualizado
  • 23/06/2022 00:00
Creado
  • 23/06/2022 00:00
La directora ejecutiva de la Organización Internacional del Café concede una entrevista en la que analiza su vinculación con el sector, el apogeo en el consumo del café de especialidad y las fortalezas de Panamá en el rubro
Tras toda una vida vinculada al sector cafetalero, Nogueira también es miembro de la Asociación Brasileña de Cafés de Especialidad.

La directora ejecutiva de la Organización Internacional del Café (OIC), Vanusia Nogueira vive muy de cerca la realidad del sector cafetalero, un tema que analiza a detalle durante una entrevista que concede a nuestro medio, poco antes de que se concretara el nuevo Acuerdo Internacional del Café; un hito para el sector en el que se acoge a los principales comerciantes, tostadores y fabricantes de café del mundo, así como a los caficultores.

Desde la OIC, el compromiso precisa sostener un diálogo permanente con el sector privado, comerciantes, tostadores, fabricantes y caficultores, para fortalecer la cadena productiva, su eficiencia y el equilibrio en la distribución de valor, impulsando al sector primario y cerrando brechas tecnológicas en beneficio de productores y consumidores.

Sobre Panamá, destaca de manera especial, la reputación del geisha, muy segura al afirmar que nuestro café “es hoy día una de las grandes referencias para el mundo en términos de calidad, posicionamiento y un punto muy importante de profesionalismo sobre cómo trabajar en el sector”.

¿Qué representa para usted dirigir esta organización y ser la primera mujer en el rol?
Vanusia Nogueira, la visión de una mujer líder en el mercado mundial del café

Es un honor muy grande representar a todas las mujeres que trabajamos y que estamos en nuestra vida personal y personal al mismo tiempo. Se trata de representar a todas trabajando muy en serio por todo lo que queremos. Este es el tema que llevaré a Londres al tomar el puesto.

Ha estado amarrada a esta industria durante mucho tiempo, ¿cómo fue el camino que la forjó hasta el puesto que hoy ocupa?

Mi experiencia empieza antes de mi nacimiento (sonríe)... soy hija y nieta de productores de café. Mis padres se conocieron a través del Instituto Brasilero de Café y tengo una historia muy tradicional de los países productores de café: cuando llegué a la edad de decidir lo que iba a hacer en mi vida profesional, a los 16 o 17 años, determiné que no iba a trabajar con el café porque era una vida muy dura, así que me fui a estudiar Gestión y me quedé 23 años fuera de la región. Hace 20 años volví a la zona cafetalera en Brasil, como un período sabático, y los traders del país me invitaron a hacer un proyecto -yo venía de trabajar por muchos años con PWC- en algo en lo que hoy día Panamá es una referencia, que son los niche markets, que se involucran con los cafés de especialidad. Así que empecé con el café profesionalmente en 2002, buscando por nichos de mercado para sacar a la gente del café comercial. Conocí al equipo de la Asociación Brasileña de Cafés de Especialidad (BSCA), hice competencias con ellos y asumí la gestión en la que he estado durante 13 años y me involucré en el mercado; empecé a manejar ferias, foros importantes... también, entre otras cosas, soy parte del comité que ha formado el Fórum Mundial de Productores de Café y el año pasado, cuando tuvimos la oportunidad de nuevas elecciones, el sector privado me pidió ser la candidata de Brasil y me postularon a este cargo.

Me hablaba del café comercial versus el de especialidad... ¿cómo está hoy la participación de cada uno en el mercado en Latinoamérica?

Brasil es el país de América Latina con más alto consumo de café; estamos hablando del 5% del consumo de café de especialidad en general. Hoy Brasil consume alrededor de 21 millones de sacos de 60 kilos, y un millón 200 mil sacos son de café de especialidad, el más grande mercado que tenemos en América Latina. En otros mercados, estamos creciendo de una forma muy interesante con los cafés de alta calidad, tanto en mercados productores como en aquellos que solo son consumidores como Chile, Argentina, Uruguay cuyo consumo ha crecido considerablemente. Para países productores tenemos experiencias interesantes en México, con ciertas cafeterías y en países de América Central y Colombia. Hay un tema muy importante en lo que es consumo de café de especialidad que fue la pandemia: este café, tradicionalmente se toma mucho más fuera de casa en las experiencias de restaurantes, en hoteles, en turismo, después de una comida de ejecutivos... y precisamente estaba vinculado a esto, a un mercado que se cerró con la pandemia; entonces en algunos sitios ya llevamos dos años cerrados y quedó todo muy gris para este público y mercado que venía en tasas de crecimiento fuerte... pero tuvimos una sorpresa que fue el camino del café de especialidad a nuestras casas y quienes no tenían interés, curiosidad u oportunidad de tomarlo, empezaron a probar este café y siguen haciéndolo. Ahora, lo que miramos es que en la medida en que empezamos a trabajar nuevamente en nuestras oficinas, volvemos al consumo de café de especialidad fuera de casa, en los restaurantes, en cafeterías pero el consumo en las casas no ha disminuido, y esto trae algunas formas interesantes y nuevas de cadenas de distribución como el comercio electrónico, las entregas en casa y los drip coffee, así como las cápsulas porque la gente quiere vivir la experiencia; de manera que estas formas de consumo que no son convencionales sino vinculadas a la conveniencia, traen la experiencia.

Los gobiernos Miembros de la OIC representan el 97% de la producción mundial y más del 80% del consumo mundial de café. ¿Qué países llevan la delantera hoy día?, ¿por qué lo han hecho bien?

El gran referente del mundo es Brasil; es el segundo consumidor más grande y tiene una experiencia distinta, que muchas veces la gente cree que va a poder repetir en otros países, pero nosotros tenemos dudas. En Brasil, con una cultura muy apegada a la portuguesa, se consume café desde siempre; estamos acostumbrados a tomar café desde que somos niños, desde los cinco años de edad. Esto no es igual en otros países, así que en los territorios en los que tenemos que crear la cultura, el proceso es más desafiante. Entonces, veo como un referente mundial a Indonesia, que está involucrando a los jóvenes y trayendo una nueva cultura para llamar la atención de los jóvenes y que estén en este mundo del café, en un país donde la predominancia es el té. Acá, en América Latina, México está haciendo un trabajo interesante; en Honduras se está estimulando a la gente a producir y a consumir su producto; en Colombia tenemos un proyecto llamado 'Toma Café' para alimentar el consumo de café en general; no solo hablamos de café de especialidad, pero sí de empezar a probar el café varias veces al día.

La OIC administra el Acuerdo Internacional del Café, un instrumento importante para la cooperación al desarrollo en este sector.

Se trata de involucrar más al sector privado; el nuevo acuerdo traerá una mayor participación de este en trabajos y proyectos. La OIC seguirá siendo intergubernamental, pero la idea es tener un formato donde las oenegés, la sociedad y el sector privado puedan estar más cerca de todo lo que estamos haciendo. Con respecto a Brasil, el sector del café es totalmente desreglamentado; entonces, lo que mueve el rubro es la empresa privada; en algunos puntos se tiene clara una reunión con el gobierno, se trabajan las políticas públicas, lo que es muy importante, pero en muchos casos tenemos cosas hechas directamente por el sector privado y en los países consumidores la fuerza del sector privado es muy grande y podemos tener a toda esta gente apoyando las tareas de la OIC para mejorar la renta próspera de los productores; para buscar las soluciones. Necesitamos tener al sector privado con nosotros; las soluciones muchas veces están totalmente integradas con lo que son las compras del café, la forma cómo se maneja el café en cada uno de los países, que es parte de lo que hace el sector privado.

La misión de la OIC es fortalecer el sector cafetalero mundial y promover su expansión sostenible, ¿cuáles son los retos a corto plazo?

La pandemia ha traído desafíos. En muchos países de la región, existe el problema de un costo de producción muy alto y en muchos casos, el precio del café no es compensatorio. Tenemos que buscar formas de trabajar a largo plazo; que tengamos un margen para que el productor pueda tener una vida interesante, de lo contrario, los jóvenes se van y pocos querrán volver. Otro tema que debemos trabajar es el cambio climático Yandira; todo lo que se presenta con lluvias muy intensas, sequías, heladas, todos los efectos de La Niña, y El Niño que no habían dado eventos climáticos tan intensos como los que vemos en estos momentos. Hay que estar alertas con estos temas además de los precios del café y el margen para los productores.

¿Están nuestros mercados acercándose a procesos más sostenibles?

Sí, seguro. Estamos acercándonos a ello. Uno de los temas que hablé con algunos líderes es que tenemos que presentarle al mundo lo que estamos haciendo en términos de sostenibilidad ambiental en el café; hay ejemplos fantásticos en esto y en términos de trabajar todo lo social, pero no podemos perder de vista lo económico.

Quisiera volver al inicio de nuestra entrevista. Me resultó interesante conocer estas singularidades sobre el consumo del café y cómo la pandemia abrió nuevas oportunidades. Los empresarios están siendo estrategas para acercar el consumo de este producto. ¿Cómo se está moviendo esta cultura en el segmento de los jóvenes y qué más puede hacer el sector privado?

Creo que este es el punto principal que tenemos para trabajar con una más alta valoración para el café y es acercarnos al consumidor final. Y eso vale para muchos productos de agricultura de una forma general. Muchas veces la gente de la ciudad está lejos del campo y no entienden por qué cuesta más o menos. En la medida en que urbanizamos al mundo, el campo se queda lejos y tenemos que acercar a todos para que los consumidores entiendan todo el trabajo y esfuerzo que se hace en este. En cuanto al café de especialidad, tenemos como referencia lo que se hizo con los vinos; toda la base sensorial, las metodologías... quizás tenemos que hacer y aprender más como con los vinos a valorar específicamente un producto y tenemos un desafío: los vinos se venden listos para el consumo mientras que el café hay que prepararlo. Debemos hacer algo que se inspire en productos que han logrado tener posicionamiento. Sobre los jóvenes, ellos están muy atentos a temas de salud, deportes y sostenibilidad, porque esta generación piensa en reciclaje, productos sostenibles, viene con una mentalidad distinta; entonces podemos abordar estos temas y cómo el café puede ayudarles hablándoles de todo lo que hacemos.

El caso panameño, hemos crecido muchísimo. ¿Cómo nos ven en OIC?

¡Los famosos geishas de Panamá!... (sonríe); conozco muchos productores y creo que es una experiencia que nos ha enseñado a todos cómo hacer las cosas para lograr un reposicionamiento estratégico. Es una pena que Panamá tenga tan poco café, quizás por eso es tan valorado, pero es muy poco y es muy bueno. Creo que hoy día, si tuviéramos más cafés de Panamá en el mundo, tendríamos un mejor posicionamiento con respecto al café de Panamá. Hay un límite por el tema de la producción que es muy pequeña, pero hoy día es una referencia internacional, todo lo que los productores han hecho, así como por las subastas y el Best of Panamá. Definitivamente es hoy día una de las grandes referencias para el mundo en términos de calidad, posicionamiento y un punto muy importante de profesionalismo sobre cómo trabajar en el sector.

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