Los jóvenes buscan más ayuda con los profesionales de la salud mental

Actualizado
  • 04/05/2024 00:00
Creado
  • 03/05/2024 19:13
Los jóvenes que tienen depresión son más propensos a ser irascibles, de acuerdo con el Instituto de Salud Mental

Los casos de depresión aumentan en Panamá. Los jóvenes (18 a 25) y adultos jóvenes (26 a 40) son los que más asisten donde un psicólogo o psiquiatra, de acuerdo con Carlos Saavedra, médico psiquiatra y director general del Instituto de Salud Mental.

Las declaraciones del especialista se dieron en el VI Congreso del Instituto de Salud Mental de Panamá. Uno de los tópicos que más fue abordado durante el encuentro fue precisamente la depresión, una enfermedad cuyos casos han aumentado.

“Se registra un repunte en el diagnóstico y en la identificación de síntomas depresivos asociados al periodo pospandemia. Pudiéramos asociarlo a la percepción que tuvo la población del peligro o riesgo de perder algo y por las afectaciones a su salud”, detalló a La Estrella de Panamá.

Era una situación nueva que afectó profundamente la psiquis de la población en general. Dejó secuelas en la salud, así como en situaciones sociales: pérdidas laborales, pérdidas de negocios, pérdidas familiares, pérdidas financieras, agregó el médico psiquiatra.

Hay muchos procesos de duelo debido a la situación del coronavirus, añadió Saavedra. “Cuando me refiero al duelo es una pérdida y no necesariamente a la muerte per se. Es decir, el duelo por la pérdida del poder adquisitivo. Los jóvenes, por ejemplo, no lograron terminar su carrera en el tiempo que tenían planificado terminarla. Hubo una sumatoria de muchas situaciones”.

Los jóvenes son un grupo etario en el que se registró un aumento en los casos de depresión. Tanto en los casos de diagnóstico, como en la búsqueda de atención. Se ha dado un incremento en las solicitudes de atención primaria o consulta externa. Así como también en la hospitalización en situaciones de depresión y cuadros de ansiedad en jóvenes, puntualizó.

Y lo que sucede en el Instituto de Salud Mental es lo que ocurre en la red primaria de atención. “Recordemos que en la red primaria se atienden los casos. Y si el médico identifica que la persona necesita o requiere hospitalización, lo trasladan al Instituto de Salud u otras entidades que tengan espacios para hospitalización”.

¿Cómo identificar a una persona depresiva?

De acuerdo con Saavedra, se puede identificar a un amigo que tiene depresión en su modelo de conducta. Las personas, de ser extrovertidas, se tornan introvertidas. Dejan de hacer las actividades que anteriormente les llamaban la atención.

Se da un ausentismo laboral o un ausentismo escolar, es decir un retraimiento social. El paciente empieza a tener cambios en las emociones. A los jóvenes depresivos no los van a ver llorando, sino enojados y/o frustrados. Se nota, inclusive en el contenido de lo que dicen, cierta resistencia o rebeldía. “Ese joven que fue participativo, que se involucraba en causas, actividades, deja de hacerlas”.

¿Desea brindar ayuda?

Cuando usted quiera brindar la ayuda al familiar, debe decir: “¿necesitas algo? Te acompaño. Vamos por atención. Esa es la manera de abordarlo. Porque si nosotros le damos la responsabilidad a la persona que necesita ayuda, no va a encontrar el camino. Es buscar una mancuerna”, recomendó el experto.

Sobre el tratamiento contra la depresión, el especialista desestimó el mito que se tiene acerca de una terapia farmacológica. No es cierto que este tipo de terapia es para siempre. “Se trata del uso correcto de medicamentos, por el tiempo adecuado y por los síntomas que requieran ser usados”, aclaró.

“Sí es cierto que muchas personas presentan cuadros crónicos y pudieran llegar a tener tratamientos por más tiempo. Pero la mayoría de las personas empieza su tratamiento y comienza a tomar medidas contra los estresores psicosociales que está enfrentando. Muchas veces la pobreza no se puede resolver de un día para otro, pero hay situaciones que se pueden resolver con mayor facilidad, y esas son las que hay que identificar para que el tratamiento sea por el tiempo necesario”, concluyó.

Panamá, un reflejo de lo que sucede en el mundo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que durante el primer año de la pandemia de covid-19 la prevalencia de la ansiedad y la depresión aumentó “drásticamente” en un 25% en todo el mundo.

Según un informe, han sido delicados los efectos que ha tenido la pandemia en la salud mental de los jóvenes. “El riesgo de suicidio o comportamientos autodestructivos afectan de manera desproporcionada a este grupo de edad. Las mujeres se han visto mucho más afectadas que los hombres; y las personas que ya padecían dolencias físicas antes de la pandemia, como asma, cáncer o patologías cardíacas, eran más susceptibles de desarrollar síntomas propios de trastornos mentales”, indica en su portal digital.

La Unicef es otro organismo que advirtió de las secuelas de la pandemia, porque luego de hacer un sondeo se evidenció que la pandemia de la covid-19 “ha tenido un importante impacto en la salud mental de los adolescentes y jóvenes de Latinoamérica y el Caribe”.

Los resultados de la encuesta reflejan que “el 27% reportó sentir ansiedad y 15% depresión en los últimos siete días. Para el 30%, la principal razón que influye en sus emociones actuales es la situación económica”.

“La situación general en los países y sus localidades han afectado el día a día de las personas jóvenes, pues un 46% reporta tener menos motivación para hacer actividades que normalmente disfrutaba, mientras que 36% se siente menos motivado para realizar actividades habituales”, documenta Unicef en su portal digital.

La percepción sobre el futuro en los jóvenes se ha visto negativamente afectada, particularmente en el caso de las mujeres jóvenes quienes han enfrentado y enfrentan dificultades particulares. El 43% de las mujeres se siente pesimista frente al futuro, frente a 31% de los hombres participantes, subrayó.

Carlos Saavedra
Director general del Instituto de Salud Mental
Cuando me refiero al duelo es una pérdida y no necesariamente a la muerte ‘per se’. Es decir, el duelo por la pérdida del poder adquisitivo. Los jóvenes, por ejemplo, no lograron terminar su carrera en el tiempo que tenían planificado terminarla. Hubo una sumatoria de muchas situaciones”
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