Una deuda que supera los $70 millones reclaman a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), los productores de arroz de la región...
Miriam Ericorio: 'La sociedad nos quiere robar nuestra identidad'
- 08/10/2019 17:34
Contundente y tenaz en su discurso. Así es Miriam Ericorio, protectora de los derechos de la mujer indígena, en la comarca Guna de Madungandí. Sus marcadas líneas de expresión revelan décadas de arduo trabajo como líder comunitaria. Es madre de seis hijos, abuela de veinte nietos y bisabuela de cuatro. Reconoce el valor de los hijos en la endoculturación. Y es que Ericorio es un ejemplo vivo de las estadísticas que refleja el “Diagnóstico de las Mujeres Indígenas de Panamá”, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El documento revela que la tasa de fecundidad para las mujeres indígenas de las comarcas guna, emberá-wounaan y ngäbe buglé es muy elevada en comparación al promedio nacional. Es importante tener en cuenta sobre la fecundidad, tal como plantea Celade-Cepal, que en la conceptualización del “buen vivir indígena”, los hijos representan la reproducción biológica y cultural amenazada. En consecuencia, una fecundidad elevada resulta importante para la manutención familiar. En cuanto al índice de feminidad indígena, en los censos de 2000 y 2010 se identificó que, de los siete pueblos originarios, solo en los gunas la presencia de las mujeres es mayor que la de los hombres. En 2010, hubo 101 mujeres por cada 100 hombres, y en el año 2000 eran 111.
Ericorio sustenta que tanto hombres como mujeres trabajan por igual en la comarca Guna de Madungandí. Vive en la comunidad de Akua Yala. No conoció a sus padres ni abuelos; sin embargo entre los cuidados de su hermano y las enseñanza de la familia que la acogió, aprendió la cultura de su pueblo.
Desde su arraigo, asegura que los “latinos” (así llaman al resto de los panameños) solo pueden visitar las tierras ocupadas por su comunidad, mas no radicarse en ellas.
Somos de influencia para la familia y el pueblo en general. Trabajamos, somos valiosas. Además, nos encargamos de elaborar las molas, algo muy apreciado.
Cuando tenía 40 años de edad empecé a preocuparme por ellas. Veía en la ciudad mujeres que se juntaban para trabajar en artesanía de molas y cuando vine acá, comencé a hacer lo mismo. Fui la presidenta de estos grupos. Ahora tengo 65 años y soy la líder de quienes enseñamos la danza guna.
Dejo a mis hijos, nietos y todos los niños de esta comunidad la danza. Hay que preservarla. Cuando muera, esos niños, que ya serán adultos, deben seguir enseñando nuestro baile.
Que no se pierda la tradición como pueblos gunas. Debemos confeccionar y cuidar nuestra mola, chaquira y demás prendas que usamos. Cada vez que viajo a otra comunidad, hablo sobre eso, que no se pierda esa cultura.
No desaparecerá porque tanto los caciques como la comunidad están trabajando en eso, que la cultura permanezca.
Cambiemos de tema. ¿Hay crisis económica en la comarca Guna de Madugandí?
Hay unos cuantos en crisis. Hay niños que no tienen padres.
Cuando ves a niños que van a la escuela sin uniformes, sin cuadernos ni zapatos, allí hay pobreza.
Entonces, ¿aceptaría mayor desarrollo en esta zona con el fin de mejorar la economía?
Sí, y los jefes también están hablando de construir una escuela más grande.
El turismo es uno de los sectores que mayor empleos genera, ¿permitirían la construcción de albergues, miradores?
No puedo responderte eso porque depende de los jefes. Ellos deciden si hay o no desarrollo del turismo aquí.
La visita de turistas es algo bueno porque ellos ayudan comprando lo que los pueblos originarios hacemos.
La intervención de los colonos es en las áreas deforestadas, donde nosotros tenemos nuestra medicina. Están tumbando nuestros árboles. Cuando vamos a buscar medicamentos ya no hay por la tala. Los bosques los están destruyendo. Hay algunos colonos que no tienen permiso y andan talando árboles, estamos haciendo que nuestros líderes nos den solución a esto.
Es nuestra tierra y la cuidamos, tratamos bien a la naturaleza y todo lo que hay en ella; ellos no.
Estamos tratando de sacar a los colonos que están en la comarca. Aunque ellos no quieren, tienen que salir para que nuestra comunidad quede tranquila.
La sociedad nos quiere robar nuestra identidad. Ya vemos cómo nuestras molas las usan las latinas.
Nuestros jefes no quieren que enseñemos a los latinos nuestras costumbres.
Se ve mal cuando una de nuestro pueblo se viste con ropa como la de los colonos. Yo que vengo de allá, no usé nunca esa ropa. Es preferible que se vistan de mola y también los hombres, que se vistan con sus sombreros.
Antes yo veía a los hombres con sus pañuelos en el cuello y en los bolsillos. Vestían su atuendo con sus sombreros y plumas alrededor. Ahorita no veo ningún hombre así.
No, ellos nos ayudan en todo, a fregar, cocinar, barrer... nosotras las mujeres también los ayudamos. Les ayudamos cargando la leña...
Quisiera que nos ayudara. Algunos tenemos una mala economía y la canasta básica subió mucho.
No tenemos trabajo. Quisiera que le dieran trabajo a nuestros jóvenes y también a nosotras, las mujeres.
Aceptamos que traigan a sus empresas.
El desempleo, la educación y la recolección de basura. Tampoco hay agua, el acueducto de ahora no nos abastece.