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Ángela Zuluaga: 'Apoyar a las mujeres en el desarrollo de habilidades permite crear valor para Latinoamérica'
- 23/03/2021 00:00
Su historia, como la de muchas mujeres, está marcada por logros, esfuerzo y perseverancia. Ángela Zuluaga, líder, colombiana de familia cafetera, la menor de cuatro hermanos y madre de dos niñas, lleva más de siete años de trayectoria en la compañía Coca Cola liderando estrategias de comunicación, relacionamiento y sostenibilidad para la región Andina, Centro América y el Caribe. También dirige el negocio de bebidas no carbonatadas en esta misma región. Este año asumió como vicepresidenta de Asuntos Corporativos, Comunicación y Sostenibilidad para América Latina. “Pero antes que todo soy una mujer que cree en el crecimiento de las mujeres”, sostiene Zuluaga, una profesional “siempre con un norte muy claro”.

Destacaría dos valores, el primero es la perseverancia: tener metas claras y trabajar fuertemente para alcanzarlas; el segundo es el trabajo en equipo: nunca en la vida se logran cosas grandes en solitario, somos el resultado de lo que logramos hacer con otros.
Sin duda alguna la barrera más difícil siempre serán los prejuicios, los que empiezan por uno mismo cuando a veces “te das duro” o los que otros tienen sobre ti, porque eres mujer, porque eres joven, porque eres mamá. Mi mayor enseñanza en este proceso ha sido ser consciente de los míos, y demostrar a otros con acciones cómo liberarse de los propios.
Además de alta ejecutiva, soy mamá. Mi temor más grande siempre será el bienestar de mis hijas, y cómo al ser ellas mi prioridad, debo trabajar activamente por asegurar un balance para mi familia.
Ser feliz no es una meta, es una decisión y un estado de vida, yo decido ser feliz con lo que soy. El éxito es alcanzar una meta, y cuando llegas, ya tener una nueva.
El feminismo es un estado de conciencia de las inequidades que enfrentamos las mujeres, y la respuesta a ello es la solidaridad, el apoyo de unas a otras.
Indudablemente en mi carrera, el logro de haber acompañado a mujeres en su camino al empoderamiento con el programa 5by20, que en América Latina ha beneficiado a más de 400 mil mujeres. Por otra parte, en la empresa para la que trabajo tenemos la meta de que el 50% de nuestro equipo directivo sea mujeres; mi logro es construir un equipo así para mi área.
Una que aprendí de un gran coach en mi carrera: “Solo hay dos cosas que no se pueden hacer en la vida: revivir un muerto y hacer volar para atrás un avión”.
Una gran lección para las mujeres es aprender el valor del “no”. Tendemos mucho a decir que sí, a aceptar todo en aras de demostrarnos capaces, y muchas veces hay que decir que no para alcanzar los objetivos.
Creo que el mayor valor está en la oportunidad de crecer y desarrollarme, de que siempre han creído en mí para asumir nuevos retos y también en la propuesta de valor en cuanto a tiempo y calidad de vida, una empresa que se preocupa por mi bienestar.
Dos cosas: la primera es ver el efecto transformador de mi trabajo, cómo a través de lo que hago puedo marcar la diferencia en la vida de muchas personas y comunidades. Segundo, la adrenalina de estar siempre en acción, aprendiendo y haciendo cosas nuevas, asumiendo retos.
Muchísimas cosas; la primera y que es parte de mi nuevo rol como vicepresidenta de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad para América Latina, es sacar el mayor provecho de la escala de la compañía para hacer programas transformacionales que ayuden a toda la región. Creo firmemente que apoyar a las mujeres en el desarrollo de habilidades que les permitan lograr negocios sostenibles es una forma de crear valor y un mejor futuro para las comunidades latinoamericanas.
Muchos, pero a propósito del reciente Día Internacional de la Mujer, sumar esfuerzos para empoderar a la mujer latinoamericana es la más importante de las tareas para crear valor futuro y prosperidad en nuestros países. El empoderamiento y el progreso de las mujeres frente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, requieren el esfuerzo colectivo de los gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones del sector privado, y más aún después de la pandemia por covid-19 que dejará un total de 118 millones de mujeres pobres en América Latina y el Caribe, donde se estima que la tasa de pobreza de las mujeres aumentará este año a 37,4%, un 22% más que en 2019.
Lo veo como un camino emocionante. La clave ha sido tener siempre un norte muy claro, no haberme dejado caer ante los obstáculos encontrados; un camino en equipo y con guías muy valiosos que me ayudaron a ser mejor.
Seamos conscientes, orgullosas y abracemos nuestro poder transformador, pues somos nosotras quienes impulsamos a mejorar la calidad de vida del otro en todos los ámbitos donde nos desenvolvemos, en los negocios, en la economía de un país, en las familias y en las comunidades.