‘No me he guardado nada’: Mar María y su honestidad radical en cada letra

  • 20/05/2025 07:01
Después de vencer sus miedos, la artista panameña encontró en la música una forma de sanar, conectar con otros y dejar un legado profundamente enraizado en Panamá.

Después de la pandemia, Mar María decidió dejar atrás el miedo y comenzar a escribir su historia en canciones. Inspirada por un documental de Zoe Gotusso —una de sus grandes referentes—, esta joven cantante panameña entendió que la vulnerabilidad no era una debilidad, sino su mayor fortaleza. Desde entonces, su música ha sido una herramienta sanadora, tanto para ella como para quienes la escuchan. Con una sensibilidad que se nutre de los boleros que le enseñaba su abuela, las baladas de Shakira y los ritmos de su tierra, Mar María está construyendo una propuesta musical honesta, íntima y profundamente conectada con sus raíces.

Fuera del escenario, se define como una chica con miedos, pero decidida a no vivir con arrepentimientos. Ha aprendido a lidiar con la exposición en redes sociales, a reírse de las críticas y a mantenerse firme en su propósito. Su carrera avanza con pasos firmes, impulsada por la pasión, la intuición y una clara intención de dejar un legado musical en Panamá. En esta conversación, Mar María habla de sus comienzos, sus influencias, sus sueños y del poder de atreverse a sentir para poder cantar.

¿Cómo influye Panamá en su música y en su forma de ver el arte?

Casualmente, estoy empezando a trabajar en un proyecto propio para el próximo año. Me gustan mucho los ritmos de mi país y quiero trabajar con los combos nacionales y sus elementos. Es algo que definitivamente no debemos dejar atrás. Es un legado que nos han dejado y creo que hay que realzarlo.

¿Cómo definiría su música como tal?

Sanadora. Mi propósito con mi música es brindarle paz a las personas que me escuchen.

¿Cómo nace una canción suya?

No siempre es lineal el proceso. Muchas veces nace de conversaciones que tengo con mi productor sobre experiencias propias o de otras personas. A veces la inspiración llega sola y siempre anoto todo.

¿Tiene algún ritual al momento de escribir o de grabar?

La verdad es que no. Creo que lo más importante es sentirme en confianza con la persona con la que estoy produciendo música. En ese caso es mi amigo Josué. Nos sentamos, nos tomamos nuestro tiempo, conversamos y todo empieza a fluir.

¿Qué tan autobiográficas son sus letras?

Creo que mucho, la verdad. Estas últimas canciones han nacido de mis experiencias. Muchas veces está el tema, pero la letra no fluye, y en otras ocasiones una canción me puede tomar 15 minutos tenerla completa. En esos momentos las emociones están a millón y así, con cada canción nueva, ves cómo fluye el momento para componer.

¿Cómo decide qué historias contar y qué historias guardar para usted?

No me he guardado nada hasta el momento. De hecho, hay una canción que habla de una relación amorosa que tuve no hace mucho y estaba pensando si lanzarla o no ya que, como Panamá es un país pequeño, creo que el ser vulnerable a veces puede ser más retador. Decidí compartirla porque sentí que sería muy egoísta de mi parte guardar esa canción. El propósito de la música es buscar que las personas conecten y se sientan identificadas con las letras e historias que quieras contar.

¿Qué ha sido lo más difícil de construir una carrera musical desde Panamá?

Existe este miedo de pensar que Panamá es un país difícil en el cual crecer musicalmente. Creo que es justo eso lo que también nos demuestra que aquí hay grandes oportunidades, ya que te puedes dar a conocer más rápido. Ahora con las redes sociales las cosas se mueven con una velocidad inimaginable y hay que aprovecharlas. He podido abrir conciertos y eventos para artistas que nunca pensé que conocería y que son mis referentes. Eso es una oportunidad increíble, pero es algo que se tiene que trabajar siempre y debemos aprovechar las plataformas para impulsar nuestro nombre y talento.

¿Siente que hay espacio para las voces femeninas y alternativas en la música panameña?

Creo que sí. Tienes que abrirte también a esos espacios y oportunidades. Si sientes que no las hay, ármalas. Sé el cambio. Ten la iniciativa de mostrar tu música y colaborar con otros artistas, de apoyarse entre sí.

Recién hice un video hablando de otros proyectos de chicas que están haciendo música. No hay que ser egoísta. Uno siempre aprende de los demás y sus procesos.

En su carrera, ¿ha notado alguna diferencia en el alcance y manejo entre hombres y mujeres?

La verdad, no. Ha sido algo pequeño. Cuando inicias, quizás te hablen como si no sabes nada, porque lastimosamente tienen esa idea de que las mujeres no sabemos lo que hacemos. Empecé y sigo siendo corista de Nébula y he aprendido mucho de él. Eso me ha ayudado a pararme firme en caso tal pase alguna situación. En mi experiencia, no ha pasado mucho negativo, pero sí a veces toca como creérselo y pararse firme, porque así mismo te van a respetar.

¿Cómo maneja la exposición, las redes sociales y ese miedo a verse vulnerable ante las personas?

Ha sido un ejercicio. Antes le prestaba mucha atención a los comentarios que me ponían en redes sociales, y no es que me llovían los comentarios tampoco, pero sí hubo gente que dejaba comentarios positivos y otras personas habían dado buenos comentarios.

Cuando entré a mi primer proyecto televisivo, el año pasado, me sentí muy expuesta, y aunque fue una oportunidad muy grande que me ayudó muchísimo en mi carrera, fue un proceso interno muy difícil por los comentarios. Con el tiempo aprendí a que me den risa los comentarios.

Hay que reírse de las críticas y aprender qué cosas agarrar y qué cosas no agarrar. Eso fue un ejercicio para mí y actualmente lo sigue siendo y los comentarios no me afectan como antes. Tienes que saber lidiar con esos comentarios y estar segura de lo que eres.

¿Cuál ha sido el momento más bonito de su carrera hasta ahora?

Hace unos días me presenté en el concierto de Silvana Estrada. Abrí su show y fue increíble. Me siento en una nube aún. Fue un momento surrealista. Ella ha sido una de mis referentes y conocer a alguien a quien aprecias musicalmente es indescriptible.

¿Y el momento más duro?

El año pasado pasé por una ruptura amorosa y tuve problemas de salud. Me sentía en un agujero sin salida, pero la música y el proyecto televisivo me salvaron la vida. Y aquí estoy y no cambiaría nada.

¿Con quién le gustaría colaborar?

Zoe Gotusso me gusta mucho. Sería un honor hacer una canción con ella. Natalia Lafourcade es otra que, si la conozco en vivo, no sé cómo reaccionaría (ríe).

¿Qué le gustaría que la gente diga de usted en 10 años?

Que dejé un legado en el país, que siempre honré mis raíces y los ritmos que la conforman. También me gustaría haber sido fuente de inspiración para otras personas que desearon seguir este sueño.

¿Se ve explorando otras raíces artísticas que no sea la música?

Mi bachiller es de Bellas Artes y pinto, pero lo dejé. Además, me dedico a la fotografía y la creación de videos y ese es mi trabajo del cual tomo mis ganancias para invertirlas en mi carrera musical. Aun así, no me veo haciendo otra cosa que no sea música. La música es todo para mí.

¿Qué le diría a alguien que quiere incursionar en el mundo de la música en Panamá?

Que el proceso no es fácil, pero sí hermoso. En este camino no hay que saltarse procesos. Si estás dedicándote a esto por ganar dinero y fama, lo estás haciendo mal. Debes creer que tienes algo que ofrecer al mundo y a tus oyentes.

Tienes que atreverte. En este mundo no hay reglas. Al final, hay que seguir tu intuición.

Si tuviese que cantarle una canción al mundo, ¿cuál sería?

Hay una canción de Natalia Lafourcade que se llama El lugar correcto, en la que habla de cómo perdió su autenticidad por otras cosas que quizás no importaban. Es una canción que me ha inspirado mucho en mi proceso.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?

Hay que creérselo. Hay que creer que somos capaces de mucho, pero sin perder la humildad. Es saber que uno está aquí por algo y que debe brillar con eso.

Mar María
Artista panameña
El propósito de la música es buscar que las personas conecten y se sientan identificadas con las letras e historias que quieran contar”.
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