Banco de semillas, una apuesta por la preservación del ambiente

Actualizado
  • 27/07/2022 00:00
Creado
  • 27/07/2022 00:00
Más de 300 productores de Coclé, Colón, Herrera y Veraguas, son beneficiados por un banco de semillas que busca ser un referente de reforestación en la región
Se espera que este banco de semillas sea el referente de todo Panamá y Centroamérica.

La comunidad de Donoso en Colón es hogar de uno de los proyectos de reforestación más ambiciosos en la historia de Panamá.

La iniciativa busca reforestar más de 10.475 hectáreas en 30 años y se suma a la 'Alianza por el millón de hectáreas' sembradas en Panamá, que se desarrolla en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida), Ancón, la Asociación Nacional de Forestación y Afines de Panamá, y la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap).

Todo comienza con el primer banco de semillas a nivel nacional el cual, según explica José Deago, superintendente de Reforestación de Minera Panamá, permite tener semillas en cualquier época del año sin depender del florecimiento natural de las plantas, algo que facilita su siembra. “El banco de semilla nos garantiza arrancar cuando queremos. La producción que tenemos actualmente la empezamos entre noviembre y diciembre, cuando no había árboles con flores en ningún lado”, señaló Deago, quien explicó que actualmente en el vivero central se tiene planificado producir cerca de un millón de plantas por año, que se suman a otros 400.000 plantones repartidos entre 40 viveros satélites, a lo largo del territorio nacional.

El propósito del banco de semillas es guardar las semillas y que permanezcan vivas, algo que Deago reconoce como una tarea no tan sencilla. “En la primera prueba que hicimos el año pasado, tuvimos semillas vivas por más de un año y medio y seguimos manteniendo sobre el 90% de germinación”.

El propósito del banco de semillas es preservarlas para la posteridad.
¿Cómo funciona?

Según el superintendente, el proceso se divide en cuatro etapas:

Se cosechan las semillas de los árboles.

Las semillas pasan a un cuarto especial donde se seleccionan, plantan y mantienen libres de insectos hasta ser utilizadas.

Entre 1990 y 2020 el planeta perdió 420 millones de hectáreas de bosques debido a la deforestación.

Una vez que se van a usar, se trasplantan y aclimatan.

Se envían a los diversos viveros satélites donde terminarán su crecimiento.

A futuro se tiene previsto establecer una cámara de secado y frío que bajará la humedad relativa de cada semilla en un 10%, para permitir almacenarlas por un período de hasta 50 o 60 años. “La clave para desarrollar este banco es la humedad, no tanto la temperatura”, explicó Deago.

En este vivero se desarrollan cerca de 40 tipos de semilla diferentes, entre las que están: guayacán morado, roble, cocobolo, caoba, laurel y otros. Aunque Deago afirma que no tienen problema en trabajar con semillas de todo tipo.

Dentro del vivero labora un equipo de seis personas, aunque el proyecto de reforestación beneficia a más de 300 productores de Coclé, Colón, Herrera y Veraguas, que tienen la oportunidad de reforestar combinando árboles forestales con otros de valor económico.

Como parte de esta iniciativa se desarrolló un programa que permite a los agricultores nacionales vender café; en un principio se tenía previsto sembrar el café y que ellos lo procesaran, pero esto “no resultó buen negocio”, confesó Deago. Así que se determinó desarrollar todo el proceso del café y darles a los agricultores la oportunidad de vender el producto terminado.

Según Alberto Casas, director de Ambiente y Asuntos Comunitarios de Minera Panamá, se espera que este banco de semillas sea el referente de todo Panamá y Centroamérica, “que recojamos semillas de todo Panamá y que se deje un legado para el país”.

También tienen planeado iniciar conversaciones con el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para intentar “recuperar la parte oeste del lago Gatún”, señaló Casas.

Trabajando por el millón de hectáreas

El pasado 22 de abril, MiAmbiente anunció que la cobertura boscosa del país abarca un 68% (51.173,64 km²), un 3% más que en 2012, consolidándolo como uno de los tres países carbono negativo en todo el mundo, es decir, que absorbe una mayor cantidad de gases de efecto invernadero que los que emite como consecuencia de la actividad humana.

Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Según el informe de Cobertura Boscosa 2020, entre 2012 y 2019 el país redujo su cobertura boscosa a 4.925.789,72 hectáreas.

Esto se traduce en una pérdida de 56.369,49 hectáreas de su zona boscosa en tan solo siete años, es decir un 2% de su cobertura total, a razón de 8.050 hectáreas anuales.

Esta evaluación revela que las provincias con mayor cantidad de bosque perdido son Veraguas con 48.758,12 hectáreas, seguida de Panamá con 30.735,32 hectáreas y Darién con 15.580 hectáreas, de acuerdo con el diagnóstico de cobertura boscosa.

Una problemática mundial

El informe sobre el Estado de los Bosques del Mundo 2022 realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), revela que entre 1990 y 2020 el planeta perdió 420 millones de hectáreas de bosques debido a la deforestación, acción que pese a estar disminuyendo sigue siendo preocupante.

Entre 2015 y 2020 se perdieron 10 millones de hectáreas por año. Y entre 2000 y 2020 se perdieron alrededor de 47 millones de hectáreas en los bosques primarios.

Esto trae como consecuencia el aceleramiento del cambio climático, dado que los bosques contienen 662.000 toneladas de carbono, lo que constituye más de la mitad de las reservas de carbono a nivel mundial de suelos y vegetación.

Detener la deforestación y conservar los bosques podría evitar la emisión de 3,6 +/– 2 gigatoneladas de equivalente de dióxido de carbono (GtCO2e) al año entre 2020 y 2050 de forma eficaz en función de los costos (lo que equivale al 14% de la mitigación adicional necesaria para 2030 a fin de mantener el calentamiento del planeta por debajo de 1,5 °C) a la par de proteger más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta.

Por otro lado, si se restaurasen las tierras degradadas y se ampliara la agroforestería se beneficiarían 1.500 millones de hectáreas de tierras que se encuentran degradadas, y con el aumento de la cubierta arbórea se podría impulsar la productividad agrícola en otros 1.000 millones de hectáreas.

El banco de semillas es un proyecto encabezado por Minera Panamá.

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