Una deuda que supera los $70 millones reclaman a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), los productores de arroz de la región...
- 14/07/2014 02:00
Tailandia tiene solo hasta marzo del año 2015 para tomar medidas que detengan definitivamente el tráfico ilegal de colmillos de elefante en sus fronteras o enfrentará severas sanciones de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES), reunida esta semana pasada en Ginebra (Suiza). Se espera que el país, según el resumen informativo de la 65ª reunión del Comité Permanente del CITES, haga las modificaciones de ley pertinentes para controlar el tráfico de marfil que alimenta la caza furtiva de paquidermos adultos y deja huérfanos y sin cuidado a sus crías.
La meta es detener, asimismo, el trasiego de colmillos procedentes de otros países de la región que no son signatarios de CITES.
La organización mundial para la conservación de la naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) publicó en su página web una nota de respaldo a la decisión de CITES y de la delegación de Estados Unidos, que denunció la falta de compromiso de las autoridades tailandesas desde 2013, durante la 64ª reunión del Comité Permanente, celebrada en Bangkok, cuando se identificó la debilidad de la normativa tailandesa para controlar tanto a furtivos como a traficantes.
Según Leigh Henry, consejero de WWF en la reunión, ‘a lo largo de África y Asia se sacrifican elefantes para alimentar el mercado ilegal de marfil con la complicidad de países como Tailandia que permiten que el negocio se mantenga’.
Las sanciones que podría enfrentar Tailandia, si no se somete a la recomendación de CITES, contemplan restricciones en la exportación de flores ornamentales y plantas exóticas, como las orquídeas, o de pieles de reptiles que se comercializan con cuotas.
Si se llega a suspender el comercio de algunos de los rubros que exporta Tailandia, el país podría dejar de ingresar hasta $80.7 millones al año, cifra que corresponde a las exportaciones en 2013. La lista de exportaciones tailandesas registradas por el CITES sumó $157 millones en 2012.
WWF sostiene que el de Tailandia es el mercado ilegal abierto más grande de marfil y se nutre tanto de mercancía local como de los colmillos que se introducen de contrabando, ya que la legislación vigente, explica, permite la venta legal de colmillos de elefantes locales domesticados. Tailandia, dicen, se ha convertido en ‘una lavandería de colmillos de elefantes’.
Un estudio reciente al que tuvo acceso WWF revela que en la capital tailandesa se han incrementado las tiendas de venta de marfil y se ha multiplicado por tres la venta de esa apreciado material desde 2013.
La organización denuncia, asimismo, el comercio irregular de cuernos de rinoceronte, utilizado en algunas culturas en la elaboración de pócimas para el vigor sexual. Este mercado tiene mayor incidencia en Vietnam y Mozambique, países ambos bajo amenaza de sanción de CITES. WWF invita a la población mundial