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- 17/12/2013 01:00
- 17/12/2013 01:00
ESPAÑA. El loro orejiamarillo, especie endémica de los Andes colombianos que se creyó desaparecida en 1998, ha logrado llegar a los 2.600 ejemplares gracias a un proyecto de conservación promovido por España. El loro orejiamarillo únicamente anida en la palmera de cera, el árbol nacional de Colombia, también en peligro de extinción por la pérdida de los bosques y por el uso de sus hojas para las procesiones religiosas, para lo que se tala todo el ejemplar, explica David Waugh, director de Loro Parque Fundación de las españolas Islas Canarias. ‘Esto es un desgaste enorme para esta palmera preciosa, la más alta del mundo, con un tronco muy fino que puede llegar a medir hasta 90 metros’, precisa el biólogo, que indica que la pérdida de estos árboles influyó en la pérdida de loros orejiamarillos, hasta tal punto que se creyó que había desaparecido el último reducto. Sin embargo, tras años de búsqueda a finales de 1998 se redescubrió en la cordillera central de los Andes colombianos una colonia de 82 ejemplares en torno a varios ejemplares de palmeras de cera y se decidió formar la ONG Fundación Pro Aves, que contactó con la Fundación Loro Parque para emprender la protección de estos animales.
Los biólogos de Loro Parque colaboraron para conocer los desplazamientos y hábitos reproductivos de esta especie y así poder usar la información para planificar la estrategia de recuperación del loro orejiamarillo. Esto se hizo en años sucesivos y ahora se ha llegado posiblemente a los 2.600 ejemplares, relata David Waugh, quien indica que se han visto grupos de loros en lugares en los que previamente habían vivido, en un proceso de recolonización de la zona.
ÉXITO
Este es uno de los proyectos más exitosos en los que está implicado la fundación española, que desde 1999 ha contribuido con $1,300 millones a una iniciativa que beneficia ‘no sólo al loro, sino a toda la comunidad ecológica, los bosques y los residentes allí, que ahora tienen garantizado el suministro constante de agua’, detalló Waugh.
El biólogo explicó que con el suministro de agua las municipalidades locales acordaron con los usuarios el abono de pequeñas cantidades para garantizar el suministro continuo de agua potable y de riego, y que esta contribución ayude a mantener el bosque. Además, desde el inicio del proyecto se habló con los curas locales para lograr el apoyo de la Iglesia en Colombia para que se dejasen de utilizar las hojas de palmera de cera en las procesiones, especialmente en la del Domingo de Ramos y se utilizaran hojas de palmera común o incluso artificiales. Para ello se contó también con el respaldo del Vaticano. ‘El efecto es impresionante. En Colombia, el proyecto es conocido en toda la nación y tiene una importancia enorme con la implicación de las municipalidades. En una de ellas se ha incluido al loro orejiamarillo en el escudo oficial’, afirma David Waugh.
Según el biólogo, esto significa que la iniciativa ‘ha tocado a los políticos y hay apoyo por parte de todos’, concluyó el científico.