Pérdidas, el efecto de El Niño en el desarrollo económico

  • 06/06/2023 00:00
Dos investigadores de la Universidad Dartmouth analizan las pérdidas que deja el fenómeno de El Niño en la economía global, en su estudio 'Persisten effect of El Niño on global economic growth'
De acuerdo con el estudio, el fenómeno de El Niño desacelera el crecimiento económico cinco años.

“Nuestro bienestar se ve afectado por la economía global, y la economía global está ligada al medio ambiente. Variaciones climáticas, como el fenómeno de El Niño, son increíblemente costosas y estancan el crecimiento [económico] por años, lo que nos deja con estimaciones de costos de magnitudes más grandes”, señaló Justin Mankin, profesor de geografía en la Universidad de Dartmouth y uno de los investigadores de 'Persistent effect of El Niño on global economic growth', estudio que analiza las consecuencias económicas de El Niño, 2023.

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), El Niño comenzará entre julio y septiembre de este año, provocando el aumento de la temperatura global, así como sequías y lluvias en diferentes regiones del mundo.

Los expertos pronostican que este fenómeno se extienda hasta finales de 2023 y los primeros meses de 2024, con un 90% de probabilidades, lo que podría desencadenar cambios drásticos para el panorama medioambiental.

“Acabamos de tener los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que en los últimos tres años hemos tenido un enfriamiento de La Niña que ha actuado como freno temporal al aumento de la temperatura global. Lo más probable es que el desarrollo de El Niño provoque un nuevo repunte del calentamiento global y aumente las posibilidades de batir récords de temperatura”, señaló Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

'Persistent effect of El Niño on global economic growth' fue publicado este año en la revista científica Science. El proceso de investigación del profesor Mankin y el candidato a doctorado Christopher Callahan tomó dos años, los expertos analizaron la actividad económica global en los años de 1982 a 1983 y 1997 a 1998, años en los que también ocurrió el fenómeno de El Niño.

El resultado de la investigación encontró un patrón de ralentización en el crecimiento económico que persistía incluso cinco años después de que ocurriera El Niño.

Las pérdidas de la economía global alcanzan las cantidades de $4,1 trillones en 1982-1983 y $5,7 trillones en 1997-1998, y El Niño de 2023 podría costar un retroceso de $3 trillones para los sistemas económicos del mundo en 2029, de acuerdo con los investigadores.

“Podemos decir con seguridad que las sociedades y economías no se golpean y se recuperan fácilmente. Los lugares que experimentan los efectos de El Niño tienen un patrón de retroceso de cinco años”, agregó Callahan, quien lideró el estudio.

Los investigadores sostienen que las pérdidas globales podrían superar los $84 trillones en el siglo XXI, si se toma en cuenta el calentamiento global y la frecuencia del aumento de la temperatura, así como la intensidad del fenómeno de El Niño.

Otros efectos secundarios

Aunque las consecuencias del fenómeno de El Niño no son únicamente monetarias, los daños infraestructurales contribuyen a los costos económicos y al retroceso del que hablan los autores del estudio.

Las devastadoras inundaciones dejan a miles de hogares en pérdida e irrumpen las cadenas de suministro de alimentos, las sequías acaban con los cultivos, se ve un aumento en las enfermedades tropicales y la fauna acuática tiende a caer en picada.

“Frecuentemente, lo que pasa durante El Niño es que cuando la lluvia llega, ocurre muy rápido. Esto puede causar deslizamientos de tierra en zonas afectadas por la sequía o por incendios forestales, que además pueden ser devastadores”, destacó David DeWitt, director del Centro de Predicción del Clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, en una entrevista con la BBC.

Según la OMM, El Niño también puede producir un mayor número de huracanes provenientes del océano Pacífico, lo que puede afectar a por lo menos 48 países que tienen costas pacíficas, incluyendo Panamá, Costa Rica, Chile, Perú y Ecuador. Por otro lado, esto dificulta la formación de huracanes en la cuenca atlántica.

“El mundo debería prepararse para el desarrollo de El Niño, que suele asociarse a un aumento del calor, la sequía o las precipitaciones en distintas partes del planeta. Podría traer un respiro a la sequía en el Cuerno de África y otros impactos relacionados con La Niña, pero también podría desencadenar fenómenos meteorológicos y climáticos más extremos”, argumentó DeWitt.

A pesar de esto, también recuerda que no hay dos fenómenos de El Niño iguales y que los efectos de este fenómeno dependen de la época del año en la que aparezca, es por eso que organizaciones parecidas a la OMM siguen evaluando de cerca la situación.

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