Un buen estudiante, tranquilo y algo introvertido, que fue monaguillo y empleado en un supermercado antes de alcanzar la fama. Esos son algunos retazos...
- 05/12/2008 01:00
PANAMÁ. La rana dorada, símbolo de las particularidades de la fauna panameña, se encuentra en un grave peligro de extinción, y con ella otros animales anfibios, como el gusarapo, la salamandra y las celias, que han sido afectados por un hongo patógeno.
La voz de alerta la dio el biólogo y zoólogo panameño Edgardo Griffith, director del Centro de Conservación de Anfibios de El Valle (EVACC por sus siglas en inglés), ubicado en Antón.
Se trata del primer centro de anfibios en el área centroamericana, con lo que Panamá marca un hito a nivel regional.
“Estamos perdiendo nuestra biodiversidad”, consignó Griffith, resaltando la necesidad de que el pueblo panameño y las autoridades sean conscientes de ello.
Pero el problema tiene características mundiales, advierte Griffith.
De forma global, de acuerdo con un informe realizado en el año 2004 por Conservación Internacional y organizaciones asociadas, de las 5,700 especies de ranas, sapos, salamandras y celias de forma agusanada (anfibios ápodos, es decir, sin patas), la tercera parte se encuentra amenazada, mientras que en los últimos 20 años, 168 especies ya se han extinguido. Una cifra mucho mayor que en cualquier otro grupo de animales.
La quitridiomicosis está presente en más de 15 países de todo el mundo, afectando a más de 100 especies de anfibios.
Australia, con más de 40 especies afectadas, y Estados Unidos, con 15, son los países con más casos conocidos, aunque la situación en países menos estudiados podría ser mucho más dramática.
Sin embargo, la lucha no es reciente data en Panamá. Ya en el año 2000 se venía pensado en proteger a los anfibios, especialmente a la rana dorada, pero según cuenta el experto, no había dinero ni existía la infraestructura para ello.
Fue en el 2005 que el Zoológico de Houston aprobó dar dinero a Panamá para hacer realidad este acariciado proyecto.
Con ello, Panamá se convirtió en el primer país de América Central en ir más allá de hablar de la conservación de los anfibios para incorporarlos a un verdadero programa.
De la iniciativa de Griffith surgió una propuesta del Parque Municipal de Summit al Zoológico de Houston y de Boston, que encontró buena acogida.
Con esto, el Parque Municipal de Summit será revestido como un laboratorio para un centro de investigación del hongo.
“Vamos a contar el próximo año con un centro de exhibiciones públicas de los anfibios”, dijo Adrian Benedetti, del parque Summit.
Los anfibios no solo son amenazados por este hongo, sino también la falta de hábitat, cuya tarea la lleva a cabo el hombre, el mayor depredador del universo.
Los seres humanos destruyen los bosques primarios y los secundarios, explica Griffith, de 30 años de edad. Para Grittith “hay que sacar a los anfibios del campo y reincorporarlos a programas de conservación (exitu) para garantizar que la especie no se pierda”.
“En Panamá contamos con 196 especie de anfibios, indentificadas formalmente con sus nombres”, puntualizó el experto.
El Centro de Conservación de Anfibios de El Valle se encuentra ubicado en el Zoológico El Níspero, un ente privado con unos 20 años de existencia, y forma parte de una ONG, el Zoológico de Houston. El centro y el zoológico, trabajan en forma mancomunada.