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- 13/06/2012 02:00
LONDRES. El explorado británico George Murray Levick, que casi muere de hambre y frío durante una desastrosa expedición al Polo Sur, hace un siglo, confesó que lo peor para él fue... la perversión sexual de los pingüinos de Tierra Adelia.
El Museo de Historia Natural de Londres ha descubierto un estudio de referencia de Levick, un sobreviviente de la expedición Scott de 1910-13 a la Antártida, que describe con detalles el comportamiento sexual de estas aves, informó el diario The Guardian.
Actos de homosexualidad, de pedofilia con los polluelos, e incluso intentos de cópula de pingüinos machos con hembras muertas, son descritos en un artículo que Levick tituló: ‘Los hábitos sexuales de los pingüinos de Adelia’, trabajo que estuvo perdido durante décadas.
Levick, quien era de una moral eduardiana rígida, quedó tan horrorizado con sus propios descubrimientos que inicialmente los describió en griego para que sean inaccesibles a el lector medio.
Los pingüinos machos forman ‘pandillas des gamberros de media docena de individuos, o más, y vagan cerca de los refugios incomodando a los ocupantes con sus reiterados actos de depravación’, escribió más tarde en inglés.
Hasta la fecha, Levick es el único científico que ha estudiado un ciclo completo de reproducción de los pingüinos en Cabo Adare, ya que pasó allí el verano antártico de 1911-12. Levick sobrevivió, con cinco compañeros, a la expedición en que murieron el capitán Robert Scott y otros cuatro, en enero de 1912, pero debió pasar el invierno antártico en una cueva helada.