El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 13/04/2024 00:00
- 12/04/2024 16:00
Abril es el Mes de Concienciación sobre el Maltrato Animal. Aunque los casos más populares de violencia hacia la fauna son los domésticos, los silvestres también son lastimados desde el momento en que son sacados de su hábitat natural. Situación que sucede con frecuencia en Panamá.
Según el director nacional de la Policía Ambiental, Rural y Turística, Elmer Caballero, en el país es común que se practique la caza, sin embargo, muchos no lo hacen por subsistencia, sino por deporte o para vender la carne en restaurantes. Las personas que se dedican a esto no necesitan dinero, ya que las escopetas que utilizan para matar a los animales cuestan mucho. “Los cazadores no tienen escrúpulos. Están alterando el equilibrio de las especies”.
La gente que mata al animal por subsistencia es muy respetuosa, como los indígenas, ellos matan, pero por necesidad. “La utilización de los recursos naturales debe ser sostenible”.
Los animales que más rescata esta dirección son las iguanas, el pepino de mar, las aves, que subrayó Caballero “no son para estar encerradas (...) Los animales silvestres los quieren domesticar y sacarlos de su hábitat, lo que es una forma de maltrato porque no están hechos para esa vida”. Se han podido atender hasta la fecha 148 especies silvestres.
Por otro lado, Caballero indicó que aunque la dirección no debería atender casos de denuncias relacionadas con los animales domésticos –ya que le compete a la Alcaldía de Panamá– para la entidad es “grato poder atender estos tipo de casos”.
Los perros y gatos son los más maltratados. Los dejan amarrados, sin agua, sin comida; esto se ve en todas las provincias. “Nos ha tocado ver animales atropellados en la calle en condiciones muy feas (...) Tenemos siete perros que son parte de nuestra familia policial. Todos tienen una historia de abandono”, explicó a La Estrella de Panamá.
El gran desafío, alertó Caballero, es que no hay un lugar al que se pueda llevar a los animales domésticos que han sido maltratados, “para que puedan recibir un mejor trato y ser adoptados. Destacó la labor de los rescatistas. Son muy entregados”.
De acuerdo con el departamento de Biodiversidad de la Dirección de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), la mayoría de las especies de animales silvestres que recibe la entidad, provienen del decomiso ilegal de especies que han sido mantenidas como mascotas, y al ser evaluadas se evidencia que han sufrido de maltrato en diferentes grados.
“Es fácil que cualquier especie de animal silvestre sea víctima de algún tipo de maltrato, ya que ellos tienen necesidades fisiológicas, sociales y conductuales complejas que no pueden ser suplidas por el hombre en una ambiente doméstico. Un animal silvestre no puede ser domesticado ni en la primera ni en varias generaciones. Para que los gatos y perros fueran hoy animales domésticos que se sintieran cómodos en los hogares y pudiesen ser alimentados fácilmente por el hombre, se sometió a sus antepasados salvajes a un proceso de selección y reproducción de cientos de generaciones”, dijo la dirección a este medio.
Caballero detalló que los casos más comunes de maltrato se deben a una alimentación inadecuada, que en el caso de aves puede causar debilitamiento en su pico, lo que impide que se puedan alimentar de semillas e insectos que pueden obtener de su hábitat natural.
“Entre los alimentos no apropiados suministrados a primates, está la comida rápida, pan, snacks, leche y arroz, lo que ha provocado malformaciones óseas, problemas de crecimiento, tumores y desnutrición. También el cautiverio, recintos inapropiados, exposición al ruido urbano, cortar el plumaje, y el aislamiento, causan estrés, traumas psicológicos y modificación de conducta, que por ejemplo en el caso de las aves provoca que ellas se quiten las plumas o que los monos ataquen a los humanos”.
En MiAmbiente se reciben muy pocas denuncias por maltrato de la fauna silvestre, aclaró la dirección. Se reciben principalmente denuncias por presunta tenencia ilegal o porque causan conflictos entre vecinos. Las provincias que más reciben denuncias son Panamá, Panamá Oeste y Colón, puntualizó.
“La fauna silvestre que sufre de más maltrato son los primates no humanos (monos), felinos y psitácidos (guacamayas, loros y pericos), que son los grupos que principalmente las personas mantienen como mascotas”.
La dirección añadió que los primates “son especies sociales que viven en grupos (tropas), habitan en los bosques y pasan la mayor parte de su vida en las copas de los árboles de donde obtienen su alimento y se protegen de depredadores. Recrear su hábitat en nuestros hogares nunca cumplirá con los requisitos que este animal necesita; además de privarlo de su contribución con el mantenimiento de las poblaciones naturales y de relacionarse socialmente con miembros de su misma especie, los afecta gravemente, causando hasta modificaciones en su conducta”.
Y estos animales mantenidos en cautiverio, al llegar a su etapa reproductiva, explicó la dirección, se vuelven más agresivos y podrían atacar a los humanos. “Los monos más populares como mascotas son los tití, que provienen de hogares que los mantienen casi siempre en jaulas pequeñas donde apenas pueden moverse y son alimentados con frutas como guineo y papaya (lo más usual) hasta leche de fórmula y otro tipo de alimentos que consumen los humanos que son inadecuados para ellos”.
Esta mala nutrición recibida les causa malformaciones óseas, problemas de crecimiento y otras enfermedades. “También hemos recibido otros primates de mayor tamaño, como los monos cariblancos y monos aulladores que los han mantenido amarrados a una cuerda, lo que les ha causado lesiones físicas y modificaciones negativas de conducta. El caso más grave de maltrato atendido fue de un mono aullador que falleció por problemas de salud, causados por la ingesta de bebidas alcohólicas y consumo de cigarrillos”.
La norma sobre vida silvestre no establece sanciones directas por maltrato, pero sí establece las contravenciones por tenencia ilegal, que estipula sanciones que van desde $100 hasta $5.000, informó.
Para la bióloga especialista en pesquerías y elasmobranquios (tiburones y rayas) Yehudi Shark, una manera de evitar el maltrato animal es generar conciencia en las escuelas. Para ella, este sería el principal pilar. “Cuando he dado charlas sobre protección ambiental, los propios pescadores me dicen que sus hijos son quienes les dicen que deben cuidar a los tiburones”.
En los centros educativos se puede generar conciencia, tienen que promover campañas para el cuidado de los animales, ya que a los niños se les puede decir que les lleven agua o alimentos, y darles de comer a los animales. Esto genera sensibilidad. Si existe un animal enfermo, se podría hacer una colecta para generar fondos y darle asistencia veterinaria, recomendó la rescatista de animales.