Cáncer: atención tardía y falta de acceso a tratamientos impiden la cura

Actualizado
  • 06/02/2023 00:00
Creado
  • 06/02/2023 00:00
Hoy día el 100% de los tratamientos para esta enfermedad están enfocados en lograr una mejor calidad de vida y en algunos casos la cura, sin embargo, el cáncer también tiene un impacto emocional de los pacientes y familiares. En Panamá, el foco central de la lucha contra esta enfermedad es lograr un diagnóstico oportuno
De acuerdo con la OMS y la ONU, existen múltiples barreras que hacen que se presente la inequidad en el acceso a tratamiento.

Actualmente los casos de cáncer en el mundo siguen en aumento y con ello, también el número de víctimas.

El pronóstico para el año 2040 es que se diagnostiquen 28,4 millones de nuevos casos de cáncer, una cifra muy por encima de los 19,3 millones de casos detectados en 2020, un 50% más, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, muchos de los más de 200 tipos de cáncer tienen grandes probabilidades de curarse si se diagnostican y tratan oportuna y adecuadamente.

Sin embargo, de acuerdo con la OMS y las Naciones Unidas (ONU), existen múltiples barreras que hacen que se presente la inequidad en el tratamiento: por ejemplo las normas de género, los grupos de población minoritarios, la situación socioeconómica, la edad, la homofobia, la transfobia entre otros aspectos y los países más afectados en la región latinoamericana son los de ingresos bajos y medios.

El pasado 4 de febrero se conmemoró el Día Mundial contra el Cáncer bajo el tema de campaña 2022-2024: 'Por unos cuidados más justos', con lo cual se pretende comprender y reconocer las desigualdades en la atención del cáncer en el mundo, tratando de eliminarlas y que todos podamos acceder por igual al tratamiento necesario de manera justa.

Según el Registro Nacional del Cáncer, esta enfermedad en Panamá aumenta todos los años en un 20%.

En Panamá, pese a las campañas que se hacen todos los años tanto en febrero y en octubre, las cifras no son muy alentadoras. Según el Registro Nacional del Cáncer, esta enfermedad en el país aumenta todos los años en un 20%, y eso se ve reflejado en el Instituto Oncológico Nacional, el hospital más grande que trata el cáncer en Panamá y Centroamérica, puesto que todos los días las salas se llenan de pacientes que necesitan la atención.

De acuerdo con el Registro Nacional, en el país se detectan más de 8.300 casos nuevos y más de 3.000 muertes, es decir un 70% de defunciones por cada 100.000 habitantes, siendo esta enfermedad uno de los mayores problemas de salud en el país.

Los cánceres que producen más muertes son próstata, mama, estómago, pulmón y colon. En el istmo se registra un promedio diario de 14 casos y 7 muertes diarias relacionadas con algún tipo de cáncer.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), revela en un informe que el aumento de casos de cáncer al 2040 en Panamá sería de un 82%; es decir, se prevé que a esa fecha el número de casos llegarán a más de 14 mil, mucho más de 8.000 existentes hoy.

Por esta razón, las empresas agremiadas a la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), desde sus áreas de Investigación y Desarrollo, han volcado todos sus esfuerzos para entender esta enfermedad y así encontrar la forma de realizar un diagnóstico y tratamiento especializado, que le permita al paciente tener una mejor respuesta, y así elevar la sobrevida, disminuyendo las tasas de mortalidad, añade Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma.

“La investigación clínica se convierte en el gran aliado que ha permitido determinar cuáles pueden ser aquellas terapias innovadoras a las que el paciente podría reaccionar de forma positiva. Una situación que reafirma la necesidad de que nuestros sistemas de salud canalicen sus esfuerzos hacia esta práctica y revisen sus niveles de inversión, lo cual va a permitir a los pacientes acceder a terapias cada vez más novedosas, seguras y efectivas”, menciona.

Según Brenes, aunque ha habido un enorme progreso en la comprensión de muchos tipos de cáncer, también existen aún muchos retos por superar. Por ejemplo, en los países de renta media y baja (Prmb) se gasta solo el 5% de los recursos globales destinados a prevenir y controlar el cáncer, según la OMS.

Además de ser una amenaza a la salud, el cáncer tiene un gran impacto económico que en 2010 se cifró en 1160 billones de dólares y que ha continuado aumentando.

No obstante, pese al avance de este mal, la agencia de la ONU recalcó que muchos tipos de cáncer tienen grandes probabilidades de curarse si se diagnostican y tratan oportuna y adecuadamente.

Impacto del cáncer en las familias

De acuerdo con la American Cáncer Society, un diagnóstico de cáncer puede afectar la salud emocional de los pacientes, las familias y los cuidadores, provocando sentimientos comunes durante esta experiencia como: la ansiedad, angustia y depresión, así mismo los roles en el hogar, la escuela y el trabajo pueden afectarse.

En ese sentido, el ION, reconoce que la depresión afecta a una proporción de entre un 15% a 25% de los pacientes en las primeras semanas tras el diagnóstico de cáncer. Recibir un diagnóstico significa también impactar los sentimientos de las personas y de todos los que los rodean.

Otros sentimientos a los que se enfrentará el paciente son la frustración: una vez entendida la enfermedad y superado el cataclismo inicial del diagnóstico, las preguntas se orientan hacia obtener más información sobre las tipologías de tratamientos disponibles en la región en donde se ubica el paciente. Es en ese momento cuando el impactado empieza a sufrir la frustración de quien comprende que la velocidad a la que se mueve la innovación en la ciencia y la implementación de estas tecnologías de la salud en algunos países, no coinciden en el tiempo y forma, especialmente en países de Latinoamérica en los que los programas nacionales de control del cáncer siguen faltando o solo existen en papel dado que los costos pueden ser percibidos como demasiado altos, según detalla el ION.

Igualmente la confusión: los pacientes se enfrentarán a la falta de entendimiento y desinformación, sobre todo por la falta de fuentes confiables y entendibles que hoy existen enfocadas para el paciente, para enfrentar este sentimiento.

Es necesario incrementar campañas de concienciación para que los pacientes estén mejor informados e insistir en la generación de sitios de información fidedigna, avalada por los médicos especialistas que puedan resolver las principales dudas de los que se enfrentan a la enfermedad, señala la institución.

Otro reto es la impotencia. Las personas con cáncer se sienten a menudo solas o distanciadas de los demás, dado que es difícil abordar el tema del cáncer con amigos o familiares o no pueden participar en los pasatiempos y en las actividades que solían disfrutar.

Además, se encuentran en una situación en la que necesitan de mucha ayuda externa o sienten que dependen de los demás.

Una vez que las personas aceptan que tienen cáncer y luchan por combatirlo, a menudo sienten esperanza y optimismo. Hay muchas razones para dejarse llevar por esta sensación ya que millones de personas que han tenido cáncer están vivas hoy y eso se debe a un diagnóstico oportuno, al optimismo y la esperanza que brindan los avances en el tratamiento para muchos tipos de cáncer, especialmente con inmunoterapias, el desarrollo de fármacos para combinar terapias, así como también el desarrollo de vacunas enfocadas a las células cancerosas.

Luis Anaya, director senior de Healthcare de Llorente y Cuenca, explicó que la industria farmacéutica se está esforzando en realizar grandes inversiones en investigación y desarrollo de tratamientos innovadores para luchar contra esta enfermedad que nos roba vida. Sin embargo, existen aún desigualdades y retrasos en la adopción de la innovación en perjuicio de miles de pacientes.

Por tanto, si queremos atajar este problema persistente, el impulso de las alianzas público privadas para ofrecer una respuesta conjunta y mejorar los esfuerzos para controlar el cáncer deben ser determinantes y cada uno tiene que hacer su parte: desde los pacientes — siendo más cuidadosos con su tratamiento y partícipes en las exigencias que demandan a los gobiernos—, a las compañías farmacéuticas — priorizando nuevos tratamientos y alternativas como la terapia dirigida, inmunoterapia o medicina personalizada— así como los responsables de formular políticas en los gobiernos— poniendo el foco en el valor y beneficio para la vida del paciente.

Actualmente una de cada cinco personas padece cáncer en algún momento de su vida, provocando la muerte de uno de cada ocho hombres y una de cada once mujeres diagnosticados con algún tipo cáncer.

La OMS también siente preocupación sobre la tardanza y falta de acceso a diagnósticos y tratamientos asequibles que imperan, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, y que se agudizaron durante la pandemia.

El doctor Andre Ilbawi, del departamento de Enfermedades no Transmisibles de la OMS, dijo que antes de la pandemia, más del 90% de los países de renta alta podían dar tratamiento a los enfermos, mientras que en menos del 30% de los países pobres había ese servicio.

Sin embargo, un sondeo de la OMS muestra que la pandemia interrumpió los tratamientos para el cáncer en más del 40% de los países pese a que estos pacientes corren un mayor riesgo frente al coronavirus.

Otros problemas

Aunque un tercio de las muertes por cáncer se deben al consumo de tabaco, al exceso de peso, las dietas poco saludables, la falta de actividad física y el consumo de alcohol, el tabaco es el factor de riesgo más importante y se le atribuye el 22% de los fallecimientos a causa de la enfermedad.

Por su parte, los factores ambientales como la contaminación del aire y del agua, constituyen factores de riesgo de algunos tipos de cáncer, como el de pulmón, vesícula y colon. Las radiaciones ultravioleta del sol son la principal causa de cáncer de piel.

Con el objetivo de reducir los riesgos de cáncer, la OMS recomienda no consumir tabaco, hacer ejercicio con regularidad, tener una dieta saludable (frutas y vegetales de hojas verdes, frutos secos) y evitar el consumo de alcohol y grasas trans; y vacunarse contra la hepatitis B y contra el virus del papiloma. También aconseja reducir la exposición al sol intenso durante periodos prolongados.

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