Obesidad y diabetes, dos males sin solución

Actualizado
  • 14/11/2018 01:00
Creado
  • 14/11/2018 01:00
Más del 50% de la población en Panamá tiene sobrepeso u obesidad, mientras que la diabetes es la quinta causa de muerte en el istmo

La obesidad (o sobrepeso) y la diabetes tipo 2 prevalecen cada vez más en el mundo; tanto así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya habla de ellas como la ‘epidemia del siglo XXI'. Más de la mitad de la población mundial tiene obesidad (actualmente afecta a más de 420 millones de personas y se calcula que en 2045 serán más de 600 millones.

Pero, ¿qué cifras maneja Panamá respecto a obesidad y diabetes?

Desde 1982 a la fecha, ha habido un marcado aumento de personas con obesidad en el país, especialmente entre las mujeres.

Según el más reciente censo de Salud Preventiva que maneja la Caja de Seguro Social (2017) más del 50% de la población en Panamá tiene sobrepeso u obesidad y alrededor del 20 al 25% está dentro del rango de obesidad mórbida, uno de los factores de riesgo de diabetes mellitus tipo 2, lo que representa cerca del 90% de los casos reportados.

El doctor Edgardo Saavedra, del hospital Pacífica Salud, afirma que todo paciente con obesidad mórbida tiene entre 3 a 5 veces más probabilidades de desarrollar un evento cardiaco y morir; así como 10 veces más riesgo de muerte súbita. ‘De los pacientes obesos, aproximadamente el 55% son hipertensos, 75% diabéticos, 35% presentan enfermedades coronarias y el 20%, enfermedades cardiacas. La obesidad aumenta la probabilidad de cáncer de próstata, de colon y de pulmón en el hombre, y de ovarios y útero en las mujeres', subraya.

DIABETES EN PANAMÁ

Actualmente la diabetes es la quinta causa de muerte en el istmo, siendo las provincias de Colón y Bocas del Toro las de mayor tasa de mortalidad. Ante esta realidad, la OMS indica que el Estado panameño invierte entre $1,200 a $1,700 al año por paciente, mientras que el costo de los diabéticos sometidos a hemodiálisis ronda los $30 mil anuales.

Datos del Ministerio de Salud detallan que las tasas de prevalencia de diabetes son mayores en las áreas urbanas en comparación con las rurales y las indígenas. Y, a partir de los 60 años, la prevalencia de diabetes mellitus es superior en las mujeres que en los hombres, mientras que antes de los 60 años el c omportamiento es inverso.

Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, con el lema, este año, ‘La familia y la diabetes', cuyo objetivo es aumentar la concienciación sobre el impacto que la diabetes tiene sobre la familia y para promocionar el papel de esta en la gestión, atención, prevención y educación de la condición.

HÁBITOS IMPORTANTES

La presidenta de la Fundación para la Alimentación mexicana, Liliana Martínez Lomelí, hace énfasis en que las enfermedades crónico-degenerativas son multicausales, y además de esta pluralidad, las causas son de orden genético combinadas con ambientales. ‘Se han englobado las causas ambientales con el término ‘estilo de vida', que es la forma en la que el discurso médico se refiere generalmente a los componentes de alimentación, ejercicio y manejo del estrés. Pero más allá de ello, el estilo de vida tiene que ver con la manera en la que creamos nuestros hábitos cotidianos', apunta la socióloga.

‘Un hábito puede ser desde nuestro horario de sueño hasta la hora en la que se consumen los alimentos, acciones repetitivas, por ejemplo, como la manera en que nos vestimos. Estos hábitos se construyen socialmente, es decir, los horarios en los que comemos, por ejemplo, están normados a partir de lo que se ve en casa, con lo que crecimos, y son moldeados por nuestras experiencias posteriores de vida'.

En el caso de las personas con diabetes, el apoyo de su núcleo familiar en el cuidado de su enfermedad resulta esencial en el éxito del control. ‘La paradoja es que el cuidado de un miembro de la familia con diabetes, en muchas ocasiones resulta una carga emocional fuerte para todos los miembros de la familia, que también debe ser atendida', explica Martínez Lomelí.

Una enfermedad modifica sin duda no sólo a quien la padece, sino a su círculo social más cercano. Por ello, la atención integral sobre el bienestar y la prevención se deben centrar también en aspectos que tomen en cuenta factores sociales, culturales y psicológicos que propicien un mejor estilo de vida.

‘El tema familiar nos ayuda a reflexionar más allá de las enfermedades en relación a su costo para el Estado, o en sus causas y efectos para quien las padece',

LILIANA MARTÍNEZ

SOCIÓLOGA

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