Una dieta rica en fibra o una cirugía

  • 10/02/2015 01:00
Tratar la diverticulitis depende de qué tan avanzada esté. Pero comer cierta clase de alimentos ayuda a la zona afectada a mejorar

El tratamiento de la enfermedad diverticular del colon o diverticulitis depende de qué tan avanzada esté o si presenta síntomas o no.

En el caso de la diverticulitis asintomática (no hay sintómas presentes) el paciente primero debe estar informado de su condición. Esto se puede realizar a través de diversos exámenes médicos como: una radiografía, una ecografía, resonancia magnética, colonoscopia y otras.

Una vez informado, lo que se recomienda es un aumento de la fibra natural en la dieta, explica el doctor Alfredo Martiz.

Alimentos como las lentejas, frijoles negros, arvejas secas, frijol colorado, habas, garbanzos, son alimentos ricos en fibras. Los granos son otra fuente importante de fibra vegetal: cereales, arroz y pan integral. Frutas como manzanas, peras, ciruelas y otros son recomendados también.

Sin embargo, cuando se trata de una diverticulitis que presenta síntomas las acciones son distintas.

En el caso de la diverticulitis leve ‘se puede manejar en forma ambulatoria con dieta líquida baja en residuo, hay que iniciar antibióticos de amplio espectro y analgésicos’, señala el doctor Eric Peñafiel. A su vez, Peñafiel recomienda no emplear antiinflamatorios para este tipo de diverticulitis. Y agrega que la mayoría de los pacientes mejoran entre ‘48 a 72 horas’.

Cuando la diverticulitis es complicada ‘hay que hospitalizar al paciente’, explica Peñafiel. Se busca que el intestino descanse, por lo que al paciente se le alimenta a través de una venoclisis. A su vez se administran antibióticos y también, como en la diverticulitis leve, no se emplea antiinflamatorios.

Cuando este tratamiento no funciona, los pacientes ‘necesitan cirugía’, explica Peñafiel.

La técnica quirúrgica empleada depende de varios factores: ‘condiciones generales del paciente, compromiso del segmento de colon afectado y fundamentalmente de la experiencia del equipo quirúrgico’, explica Martiz.

En pacientes menores de 50 años la mortalidad por este tipo de cirugía tiene un riesgo ‘razonable’. En el caso de personas por encima de los 50 años, se complica más debido a que es posible que estos padezcan otros problemas como diabetes, patología coronaria u otros, indica Martiz.

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