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- 28/04/2012 02:00
La era Guardiola en el Fútbol Club Barcelona ha culminado y, aunque el banquillo azulgrana ya tiene sucesor con Tito Vilanova para asegurar el fútbol, se echará de menos ese personaje varonil ataviado de vanguardismo y buen vestir.
Una de las combinaciones favoritas de Josep Guardiola i Sala, el jersey sobre camisa inmaculada, han sido imitadas por hombres de todas partes del globo terráqueo, incluso en este país.
También es propulsor del pantalón con basta pitillo, ya sea en pantalones de tela o en vaqueros.
TESTIMONIO
La primera vez que vi al entrenador del Barza fue la noche del sábado 16 de abril de 2011, luego de hacer trato con un socio del Real Madrid, quien me cedió su asiento en el Fondo Sur por 350 euros (464 dólares), días antes.
Allí estaba el ‘míster’ con su traje gris, camisa blanca y pañuelo blanco, su sexy barba de días y su cabello rapado; más allá, en el otro banquillo José Mourhino, su archirival en el oficio de guías del fútbol, no le hacía competencia en elegancia, aunque también vistiese de traje y corbata.
Guardiola tiene predilección por los trajes DSquared2, marca de los gemelos Dean y Dan Caten; por los conjuntos Dior, Armani, Pr ada y Toni Miró, para este último llegó a modelar en la pasarela Gaudí.
Se dice que Guardiola tiene a su fashion stylist en casa, su esposa Cristina Serra, a quien conoció en la época que era jugador del Barcelona Futbol Club, en una de las tiendas de la familia de Serra.
El nacido en Santpedor en 1971 no solo sabe vestir de traje, sino que ha demostrado tener su propio estilo, el cual conserva aunque vaya de vaqueros y zapatillas.
Fue el primero en bajar del Barza-bus y recorrer la alfombra roja colocada en el hotel The Westin Valencia, para recibir el 20 de abril del pasado año a uno de los dos equipos que disputaba la final de la Copa del Rey.
Zapatillas, jeans, chamarra de cuero, una mochila y una gran sonrisa encierra el misterio del enigma del entrenador, a quien todos los presentes miraron como a un semidios.
Su gusto por la literatura, sus buenos modales y su buen vestir próximamente alumbrarán otro banquillo.