Tiempo comprado para vivir

El neozelandés Andrew Niccol tiene una trayectoria relativamente corta, pero muy puntual en el cine norteamericano. El director ha sido ...

El neozelandés Andrew Niccol tiene una trayectoria relativamente corta, pero muy puntual en el cine norteamericano. El director ha sido capaz de llevar al cine premisas arriesgadas en distopias interesantes que aunque levantan mucha masa crítica, no han sido muy efectivas en la taquilla, salvo por su aporte como guionista para The Truman Show, que dirigiera Peter Weir, con Jim Carrey en su primer protagónico serio.

Este año, Niccol presenta El precio del mañana y recluta a Justin Timberlake, cantante de música pop que se mete de lleno en el cine para protagonizar al personaje principal en una fantasía elaborada sobre la premisa de una sociedad en la que se ha conseguido anular el gen que provoca el envejecimiento.

En esta sociedad propuesta por el director, el tiempo se ha convertido en una unidad de moneda, pues a partir de que todas las personas pueden aparentar tener 25 años y entre los más acaudalados pueden comprar tiempo de vida eterna y los pobres simplemente se las juegan para negociar sus días, pues a un cuarto de siglo, el reloj biológico simplemente se detiene.

La pregunta para este filme es: ¿quiere vivir mejor? La respuesta es: Compre su tiempo.

Sobre este tema, la productora de esta cinta Amy Israel comentaba que en el mundo presentado ante los ojos del espectador: ‘El tiempo es dinero y todo mundo nace con un reloj corporal incrustado en la muñeca. A los 25 años, cuando se considera que el lóbulo frontal del cerebro y el cuerpo están completamente desarrollados, ese reloj comienza a correr en cuenta regresiva y tienes un año para vivir’.

Niccol ha tenido créditos importantes por su capacidad narrativa. Su primer reconocimiento fue cuando creó a Truman Burbank, un hombre común y corriente que se da cuenta que su vida es controlada por la televisión. En esta producción, su principal logro fue construir un relato que cuestiona el papel de los medios en la sociedad actual.

Asimismo, en la primera aparición de Andrew en la silla de director, nos presentó una sociedad futurista en la cual los hijos nacían solamente con los genes más poderosos de sus padres, creando un mundo que juzgaba a sus semejantes por las deficiencias genéticas.

Algunos años más tarde, nos presentó un mundo real en donde un personaje femenino generado por computadora (Simone) se convierte en la actriz más poderosa del mundo y se gana la simpatía de la comunidad artística, a tal punto que su creador queda en segundo plano.

Más adelante, retó a las audiencias a entender la dinámica del tráfico de armas en el mundo globalizado en tono de comedia negra, a travpes de su filme El señor de la guerra, con Nicolas Cage, basada en hechos reales y muy actuales.

Lo cierto es que este director, en su haber tiene el mérito de crear fantasías originales dentro de realidades cotidianas y nos permite hacer las reflexiones necesarias sobre qué es lo que estamos haciendo como sociedad y hacia dónde vamos con lo que hacemos.

El género del director es ciencia ficción social y en este mismo contexto, el público ha reconocido el talento narrativo de este importante realizador.

Lo Nuevo