Un arte que se expresa a través de la piel

Actualizado
  • 18/05/2012 02:00
Creado
  • 18/05/2012 02:00
PANAMÁ. Con ocho tatuajes en su cuerpo, Marisol Trigar se considera una amante del arte en la piel.

PANAMÁ. Con ocho tatuajes en su cuerpo, Marisol Trigar se considera una amante del arte en la piel.

Empezó a tatuarse a los 22 años. A pesar de que tenía un padre muy tradicional y ya estaba casada, también reconocía que este es un tipo de expresión con el que las mujeres podían mostrar sus pensamientos.

Trigar tiene tres hijos y cuenta que ya le ha regalado —a dos de sus hijos— sus primeros tatuajes. Ella es una de las concursantes para el Miss Tattoo, que se desarrollará dentro de Inked Up 2012.

DIVULGAR EL ARTE

Inked Up es un encuentro nacional de tatuadores, que se realizará el 16 de junio, en el Hotel Manrey, en la capital panameña.

Olga Castro, organizadora del evento, comenta que ‘el objetivo es dar a conocer la calidad de artistas que tenemos. Reunirlos en un solo lugar’. Añade que pretenden que las personas ‘vean que aquí hay talento y cuando quieran hacerse un tatuaje que se lo hagan aquí y no se vayan al extranjero’.

En esta especie de feria del tatuaje estarán presentes los tatuadores y perforadores de Panamá Tattoo, Humanoy Tattoo, Prisma Tattoo, Black Deville Studio y National Tattoo, exhibiendo su trabajo y explicándoles a las personas qué detalles deben evaluar antes de tomar la decisión de tatuarse.

Otra actividad de Inked Up es el concurso Miss y Mister Tattto, una competencia en la que participarán mujeres y hombres tatuados; la única exigencia que se tiene es que los tatuajes hayan durado ocho horas o más de elaboración.

CONOCIMIENTO

Tatuarse tiene sus pro y sus contra, reconoce Castro, quien es perforadora.

‘Si la persona desconoce del tema y se hace un tatuaje va a llegar un momento en su vida en la que se va a arrepentir. Pero si tú conoces todo, sabrás cómo y cuándo hacerlo’.

Para ella, lo que le hace falta al consumidor panameño es conocimiento de causa.

El error sería caer en las manos equivocadas, dice Tony Antonely, tatuador profesional y dueño de Humanoy Tatto.

Antonely aconseja no ser conejillo de indias de alguien que se acaba de comprar una máquina.

‘El panameño está errado, aquí una persona se compra una máquina y hace un tatuaje y ya la gente empieza a decir que es un tatuador profesional y eso no es así, se debe tener mucho cuidado’.

Según los organizadores del encuentro de tatuadores, las cinco empresas participantes tienen personal que si bien inició como empírico fue en su propio cuerpo hasta que logro un dominio del dibujo, la pintura y la máquina. Además varios de ellos han salido a otros países como Costa Rica y Puerto Rico a actualizarse.

TRABAJO DURO

Castro manifiesta que tiene ocho años en el negocio y confiesa que antes no se podía vivir del tattoo. Para sobrevivir la persona debía tener otro trabajo, advierte.

Toby Morrel, dueño de Tattoo Panamá, comentó que la realidad es que hace 18 años atrás el negocio de tatuador era difícil porque la mentalidad del panameño era más reservada.

Panamá Tattoo va a cumplir 18 años de existir y Morrel cuenta que los clientes que ellos tenían en 1994, que fue cuando se creó el estudio, eran en un 90% estadounidense, ya que para ese entonces estaban las bases militares de ese país aún en Panamá.

‘Hoy ya la gente piensa diferente, la gente es más open mind’, comenta Morrel, quien ahora sí tiene clientes panameños.

Trigar, quien es una apasionada por los tatuajes, asegura que programas como ‘Miami Ink’ y ‘LA Ink’, ayudaron al panameño para que se interesara en los tatuajes y que alejó un poco el tabú de las personas.

Castro asegura que hoy sí se puede vivir del tattoo y que eso es algo en lo que ella, al igual que todos los tatuadores panameños han trabajado muy duro para que en el futuro otras generaciones puedan trabajar el arte y expresarlo.

Ahondando un poco más en cuán lucrativo es el negocio en la actualidad, Tony Antonely asegura que semanalmente realiza de 10 a 11 tatuajes. Mientras que Toby Morrel comenta que mensualmente en su local llegan alrededor de 200 a 300 personas.

En general, el tatuaje más económico puede costar 40 dólares, en blanco y negro, y 50 dólares, si es con color.

MIRADA DESPECTIVA

T odavía hay muchos panameños que discriminan a las personas con tatuajes y perforaciones; sin embargo, es una tendencia que ha vuelto a florecer en la localidad.

Olga Castro asegura que sí hay muchos jóvenes que se toman este arte como un relajo y creen que gira en torno a la moda, pero para ella tatuarse debe tener un significado.

Castro asegura que también hay trabajos que no les estimula para nada, como cuando un cliente llega solicitando estrellas o diseños tribales. Según Castro, ese tipo de dibujos los lleva el resto del mundo.

Agrega que hay quienes llegan y dicen que quieren hacerse un tatuaje fuera de este mundo, a lo que ella contesta: ‘bueno si quieres un tatuaje así vas a tener que irte a otro planeta’.

‘Las personas deben tatuarse algo que sea importante para ellos, que sea una experiencia de vida, puede ser cualquier cosa, los tattos no tienen significado si la persona no se los da’, puntualiza.

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