Latidos de nuestro canal

PANAMÁ. Las raíces históricas de un país son lo que sostienen el presente y futuro de una sociedad. Y hay panameños que en busca de esos orígenes llegan a hacer florecer todas las historias que aún con más de 100 años de vida republicana seguimos descubriendo.

Por eso mañana comienza el rodaje de la ficción Historias del Canal, una película de inspiración nacional, un largometraje con 5 historias de panameños y zonians entrelazadas entre si. Construidas gracias al genio de cinco directores encargados de cada uno de los relatos: Carolina Borrero, Pinky Mon, Luis Franco Brantley, Abner Benaim y Pituka Ortega Heilbron.

La iniciativa que nació hace casi 2 años por la propuesta de Pablo Schverdfinger, busca reflejar en la pantalla grande nuestra identidad nacional, a través de historias fuertes que prometen hender al espectador.

En palabras de Pituka Ortega Heilbron, directora y productora, ‘Un país no es un país hasta que se ve reflejado en sus pantallas dignamente’ e Historias del Canal apunta a plasmar momentos puntuales de nuestra historia moderna en busca de ese nacionalismo que muchas veces palpitó con energía entre los canaleros y que se reflejó por ejemplo, aquel 9 de enero de 1964.

Es así que no es casual que esta gesta patriótica que este año cumplió 50 años, sea uno de los contextos en que se desarrolla uno de los cinco relatos, él de José, un joven institutor panameño y Lucy una chica zonian, que aunque separados por un cerco se enamoran.

Seguido, está la crónica de Leónidas un hombre común que hace de espía para el bando panameño, en 1977 para la firma del tratado Torrijos/Carter.

El relato comienza en 1913 con la historia de Clarisse Thompson una jamaiquina que vive en la vera del canal, siendo su futuro esposo víctima de una injusticia con un capataz estadounidense. Esta historia que podría ser la de cualquier bisabuelo de un panameño se cierra en el 2013 con el relato de Clarisse Jones, la bisnieta de de Thompson, que vive en Nueva York y que en una búsqueda desesperada de su porqué interno viaja a Panamá.

Esta producción que tiene un costo de 2.5 millones de dólares es un homenaje a los 100 años que cumple el Canal de Panamá este año, pero sobre todo es un abrazo necesario a los colores, sabores y personas que nos parieron como país.