'Winter on Fire', la batalla por la libertad de Ucrania

La invasión de Rusia a Ucrania ha puesto en contexto la crueldad y las secuelas de las guerras. El conflicto que comenzó hace un mes, ha dejado ya más de 1,5 millón de niños ucranianos cruzando las fronteras en busca de seguridad, mientras que otros 78 han fallecido por las acciones militares.

En este panorama llega nuevamente la cinta del director Evgeny Afineevsky –Winter on Fire: The fight for Ukraine's Freedom (Invierno en llamas: La lucha por la libertad de Ucrania, 2015) disponible en Netflix–, quien capturó la realidad y la devastación de los 93 días de conflicto militar en la plaza Maidán en la ciudad de Kiev, conocida como 'Euromaidán'.

El documental muestra la crudeza de la intervención militar contra la población ucraniana liderada por la juventud, y que desencadenó un mayor deseo de libertad para todo el país, en aquel entonces.

El documental empieza con imágenes caseras del día 92 del conflicto, escombros en el suelo, cuerpos sin vida, y un joven habla sobre estar “en la primera línea de defensa” contra los policías de su país.

En ese momento era 2014 y las acciones del expresidente ucraniano prorruso Víctor Yanukóvich, así como del ex primer ministro Mykola Azarov, que se negaban a firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea, habían llevado al pueblo a padecer las consecuencias de una crisis económica.

El conflicto tuvo su inicio el 21 de noviembre de 2013, en la Plaza de la Independencia de Maidán, en medio de una manifestación pacífica que arrancó con 400 personas y avanzó hasta alcanzar una decena de miles, en el primer día. “Vine aquí porque hace varios días el gobierno desechó el futuro de Ucrania y las aspiraciones de la juventud ucraniana”, comentó un joven en la plaza aquel noviembre, “vine a defender mi futuro, el futuro de mis hijos, de mis compatriotas y de mi país”.

“¡Ucrania es parte de Europa!”, gritaban miles de estudiantes y jóvenes trabajadores en medio de la plaza de Maidán, dejando en evidencia la activa participación civil que sostenía la juventud ucraniana.

Afineevsky cumple con explicar que en 2004, la primera vez que Yanukóvich aspiró a obtener el control presidencial de Ucrania, las elecciones fueron declaradas como fraude y el pueblo furioso salió a protestar en la llamada Revolución Naranja, hasta que las elecciones fueron anuladas y Yanukóvich fue destituido.

10 años después, el mismo hombre estaba siendo perseguido por el pueblo y detestado de forma pública con carteles que señalaban “Yanukóvich firma o muere en el infierno”; sin embargo, las fuerzas policiales de Berkut arribaron a la zona de protestas donde iniciaron los ataques violentos contra los protestantes.

La crueldad es capturada en el lente de Afineevsky y de decenas de testigos en el comienzo de una de las manifestaciones más violentas en Ucrania.

Otro de los momentos insignia fue la firma de legislaciones dictatoriales en enero de 2014, cuando obligaban a los pobladores a no utilizar cascos durante las protestas y que el gobierno podría prohibir el uso de internet a su voluntad. En el documental se evidencia la contratación de titushkis, mafiosos y sicarios ucranianos que perseguían a los protestantes junto a la policía de Berkut.

Este hecho, sobrecogedor y escalofriante, que surgió como algo circunstancial, motivó a millones y originó un movimiento social transversal que dio voz a todos los sectores de la población ucraniana: médicos, profesores, obreros, militares retirados, sacerdotes, niños, jóvenes, etc. “Esto sirvió para mostrarle al Gobierno ucraniano que no debe enfurecer al pueblo, porque no somos cobardes”, expresó un testigo.

Afineevsky nos hace partícipes de la brutalidad policial y la violencia sin medida por parte de diversas entidades de autoridad que sufrió la población ucraniana durante diciembre de 2013, en pleno apogeo de las acciones del gobierno contra las protestas pacíficas.

Visto desde una perspectiva latinoamericana, es imposible no sentir compasión o no sentirse identificado contra la violación de derechos humanos vivida en Maidán, incluso invita a cuestionar por qué nuestro continente y nuestros países no han dejado tanta evidencia cinematográfica de los enfrentamientos policiacos que se han dado en calles latinas desde hace décadas y que aún persisten.

Lo que Afineevsky enseña a través de su lente es la resiliencia y el valor que potencia la supervivencia de los ucranianos.

Una historia real de persecución, esperanza y fuerza de la unidad es lo que Afineevsky muestra a través de la crudeza de las trincheras civiles de Maidán. Jóvenes de hasta 16 años se encontraban bajo la lluvia de balas en Maidán, donde las fuerzas policiales y francotiradores atacaron a los manifestantes y destruyeron diversos centros de atención médica para víctimas. “Tener que decidir quién está muerto en una situación crítica es la decisión más difícil”, comentó una médica asistente a las manifestaciones.

En casi dos horas el documental sigue las acciones de la oposición, pasando por la Marcha de los Millones (diciembre, 2013) hasta el 23 de febrero de 2014, cuando las marchas se disiparon con una pequeña victoria; sin embargo, fue entonces que Yanukóvich huyó del país, siendo captado por cámaras de seguridad.

La decisión de Afineevsky de no dejar nada sin decir o mostrar, mantiene un resultado puro y transparente, gráfico y desgarrador.

En la actualidad, cuando la lucha de los ucranianos continúa, recorrer la historia y mirar el espíritu de unión de aquellos dispuestos a morir por un cambio sociopolítico, debe ser una inspiración y una hoja de ruta para las demás sociedades en el mundo.

'Solo conocen a Putin' (2020): Testimonios de varios jóvenes rusos nacidos durante el mandato del presidente ruso, Vladimir Putin, cuentan sus experiencias al sistema público de radiodifusión alemán 'Deutsche Welle' (DW), mostrando la realidad del aprendizaje en Rusia en la actualidad. Disponible en el canal de Youtube de DW.