Lo que falta

(Al recuerdo de mi madre, Amy Levi Sasso de Jaramillo)

En la mesilla de noche
sus gafas abiertas
viendo nada;
la huella tenue de sus manos
marcando el borde de la sábana
en su lecho
cuando afirmaba el peso frágil
de su tórax hacia adelante
tratando inútilmente
de levantarse sola.
En el piso frío
ese par de pantuflas derruidas
que nunca más sentirán sus pies.
Y en el ambiente todo
de aquel cuarto
-deshabitado solo a medias-
un olor a eucalipto y rancio menticol.

(Para mi hija Arabelle, con todo mi cariño)

Hay que vencer al temor,
sus descarados avances,
no darle paso,
en absoluto,
dejarlo allá afuera
a la intemperie.
Hay que respirar profundo.
Muy profundo.
Una y otra vez.
Es preciso sobrevivir
a lo que nos acosa a veces
sin tregua,
a nosotros mismos.
Sobrevivir.