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  • 22/08/2020 00:00
Creado
  • 22/08/2020 00:00
Cuentos y Poesías del 22 de agosto de 2020
Nepenthes

Las flores más exóticas y las más raras plantas, además de toda clase de gatos de cualquier edad y tamaño, siempre fueron sus mejores amigos. Desde pequeña, Sofía los coleccionaba. Cuidó siempre de unas y otros más que de la niña de sus ojos. No importaba su especie en el primero de los casos ni lo particular de su raza en el segundo. Y ahora de grande, en la casa heredada de sus padres, las seguía podando, abonando y rociando con justo el agua necesaria, así como a los gatos los continuaba adoptando de la calle. Era inmensamente feliz pendiente de todos, viéndolos convivir entre las plantas en el patio de tierra mientras los alimentaba a diario con cariño de madre primeriza. Ya eran treintitrés, ninguno se le había muerto o enfermado en todo ese tiempo. Al más viejo, que llevaba añales con ella, prefirió no calcularle la edad y desde el principio lo llamó Fuz. Todos los días los contaba, llamándolos por su nombre, no fuera a perdérsele alguno. Menos mal que con las plantas no había ese peligro, sabían estarse quietas en un solo lugar.

Un día llegó a sus manos una realmente extraña. Color púrpura, sarmentosa, medía más de un metro en posición vertical, que es como quedó trasplantada en la parcela de buen tamaño que le dedicó junto a la parte de atrás de la cerca de madera rústica que rodeaba al patio. Jamás había visto nada semejante. Por su aspecto desmelenado y su gran tamaño apenas unos días más tarde, un buen día la llamó Leona, acaso para que los gatos no la percibieran tan exótica y como fuera de lugar, y así continuó llamándola cuando la atendía. Se la había traído un buen amigo de regreso de un viaje al Amazonas, cuidadosamente envuelta en una amplia cubierta de plástico resistente llena de diminutos agujeros por donde respiraba, la cual protegía por completo a la planta misma y al gran pote de barro en donde la habían trasplantado para su venta. Él tampoco sabía de qué especie se trataba; en realidad, nada sabía de ella, simplemente como era natural su curioso aspecto le llamó la atención y pensó en su amiga. “¿Cómo puedes ser tan distraído, Jorge, cómo no preguntaste?”, quiso saber Sofía, pero él no era coleccionista ni científico y no le aclaró si es que no se le ocurrió hacerlo o no tuvo tiempo con los complicados ajetreos del regreso.

Una mañana Sofía se dio cuenta de que faltaba uno de los dos gatitos más pequeños, encontrados con hambre a la vuelta de la esquina la noche anterior. Roque y Lupe, los bautizó de inmediato, uno gris y el otro negrito pero parecían siameses. Hacía horas que no veía por ningún lado a Roque. Lo buscó por todas partes, incluso dentro de la casa, adonde nunca dejaba entrar a los felinos. Esa misma tarde, por casualidad de la vida, llegó su amigo y, mostrándole su celular, excitado le pidió ver lo que había descubierto en Google. Vieron numerosas fotos de plantas carnívoras brasileñas, entre ellas una idéntica a la que él le había regalado, de nombre Nepenthes que, según decía, tenía dieciocho variedades.

Al acercarse ambos a la planta, casi de puntillas, Sofía creyó ver que abría de par en par unas fauces que su amigo le aseguró no existían. Y juró escuchar un diluido maullido lastimero que según dijo provenía del interior, más abultado que de costumbre, de aquella horrenda criatura que ahora, titilando toda ella en su púrpura encendida, se mostraba satisfecha. Imaginó a Roque hecho trizas entre todo tipo de asquerosos residuos.

Sin pensarlo dos veces corrió a buscar las tijeras de podar y, enfurecida, fue haciendo pedazos, de arriba hacia abajo, a aquella vil asesina.

Autor
Nepenthes
Enrique Jaramillo Levi

Escritor y gestor cultural.

Colón, Panamá, 1944. Cuentista, poeta, ensayista, profesor universitario, promotor cultural, editor. Fundador y director de la revista cultural 'Maga' y del diplomado en creación literaria de la Universidad Tecnológica de Panamá.

En 2005 ganó el Premio Nacional Ricardo Miró por los cuentos de 'En un instante y otras eternidades' (2006); y en 2009 los Juegos Florales Hispanoamericanos de Quetzaltenango, Guatemala, por los cuentos de 'Escrito está' (2010). Entre sus libros recientes encontramos 'Sinestesia. 100 Minicuentos' (Uruk Editores, San José, Costa Rica, 2016), 'Palabra de escritor' (ensayos, Panamá, 2016) y 'Cerrar los ojos no es una opción' (el duende gramático, 2019).

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