Un género que se renueva

Actualizado
  • 04/11/2008 01:00
Creado
  • 04/11/2008 01:00
PANAMA. Al margen de las corrientes musicales en vigor, el musical se distingue en combinar la actuación dramática y la canción, acredi...

PANAMA. Al margen de las corrientes musicales en vigor, el musical se distingue en combinar la actuación dramática y la canción, acreditando así sus raíces a la ópera, la opereta francesa y alemana, la comedia musical anglosajona, la zarzuela española e iberoamericana y otras formas escénicas en las cuales la música impone su presencia como vehículo conductor de la trama.

En los comienzos de este género, el fragmento musical tenía como objetivo impresionar al espectador sin mantener mucha conexión con el desarrollo narrativo.

Sin embargo, al alcanzar su madurez, las canciones se van entrelazando con la historia, y en esa evolución, ningún otro género cinematográfico ha llegado a ser tan americanizado como el musical.

El concepto del espectáculo y la grandilocuencia que impera en todos los aspectos de la sociedad de EE.UU. ha alcanzado uno de sus máximos exponentes en el cine y dentro de él, sus elaboradas danzas e inolvidables melodías.

Es entonces que pasan por la mente escenas imborrables como las de Judy Garland en “The Wizard of Oz” (1939), o las grandes coreografías de Gene Kelly en “Singing in the Rain” (1951), o el acertado conjunto de orquestación y danza de “West Side Story” (1961), que fue el génesis de historias juveniles que dieron paso a íconos representativos del momento como John Travolta en “Grease” (1978), o su antecesora “Saturday Night Fever” (1977), pero que recogían los mismos argumentos: conflictos románticos, desafíos de adolescentes, decisiones determinantes y el mismo final trillado, para salir del cine tarareando la canción pegajosa o practicar el “pasito” de baile en la disco.

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