En paz y serenidad

Actualizado
  • 18/08/2010 02:00
Creado
  • 18/08/2010 02:00
Dos intelectuales comprometidos, eminencias de intachable talante moral. El teólogo suizo Hans Küng y el filólogo y escritor, Walter Jen...

Dos intelectuales comprometidos, eminencias de intachable talante moral. El teólogo suizo Hans Küng y el filólogo y escritor, Walter Jens, reflexionan sobre la eutanasia. Morir con dignidad: un alegato a favor de la responsabilidad es una obra profundamente humana y escrita conjuntamente por dos intelectuales comprometidos, Hans Küng y Walter Jens. Estas eminencias de intachable talante moral reflexionan sobre la eutanasia. Estas meditaciones intensas penetran lo más íntimo del ser. Cavilan acerca del destino final, la decisión más trascendental en la existencia. Küng sabiamente cuestiona: ¿Tenemos derecho a decidir si queremos seguir viviendo en una condición degradante, dolorosa? ¿Es justo someternos a una muerte indigna? ¿Hasta qué punto podemos disponer de unas vidas que pertenecen a Dios en situaciones de una muerte próxima, inevitablemente dolorosa e ignominiosa? ¿Logramos ayuda médica para morir sin dolor, en paz y dignamente?

Las religiones y los gobiernos se oponen a la eutanasia: una responsable manera de morir tranquilos, en quietud y paz. Cuando uno ve a una persona desgastarse, agonizar, degradarse en la enfermedad, lo más humano y noble es dejarlo ir con decoro hacia una muerte sobria e íntegra, propiciando un desenlace digno. Morir con decencia, pacíficamente. Acompañarlo en su trance, estar a su lado hasta el momento final. Todo con el mayor decoro. Sintiendo el inquietante espacio de la ausencia del ser amado.

Estoy convencida que con la muerte no termina todo, se transforma. Nadie sabe cuándo ni cómo será su propia muerte. Cada ser fallece con paz y tranquilidad, o en medio de un pánico aterrador, lleno de gritos y sufrimientos intolerables. No esperamos la prolongación indefinida en condiciones indignas. Estamos destinados a una nueva vida. Debemos poder participar con libertad en la determinación de la muerte, del modo y momento de la misma, en tanto nos sea concedida la posibilidad de morir serenamente, de despedirnos con entereza y confianza, sin amarguras, desesperación, sin lamentos, ni quejas, en una consciente gratitud.

Una responsabilidad sobria de morir responsable y dignamente, con una inquebrantable confianza en la misericordia de Dios, en su gracia eterna.

Recomendamos la lectura de esta apasionada, serena y objetiva obra, dirigida a políticos, juristas, médicos, etc.

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