El recurso de lo oculto en la política

Cu entan los cronistas de la contratación de sacerdotes por parte del expresidente Arnulfo Arias Madrid para exorcizar y bautizar la Presidencia -llegó a ocupar este cargo en tres ocasiones-, y hasta de sahilas o brujos, que utilizando la medicina primitiva o popular (consistente en el uso intensivo de hierbas, y químicos extraídos de la naturaleza) logran ‘curar’ algunos males.

Noriega, el ex general, no escapó a la superstición c onductivista de su medio. Aunque siempre consultaba a su ‘brujo predilecto’, no era precisamente un fanático como lo pintaron los señores del ‘establishment’. Después de la invasión de las fuerzas militares estadounidenses se encontraron objetos relacionadas con la santería en una mansión secreta que el ex hombre fuerte tenía en Fuerte Amador.

Se puedo hallar lengua putrefacta de vaca en un tazón con maíz, rodeada de ochos huevos hervidos. La lengua infestada de gusanos había sido doblada por la mitad. En el lado interno de la lengua había un nombre inteligible escrito en tinta negra.

De acuerdo con un artículo publicado en el rotativo norteamericano ‘The San Francisco Chronicle’, el ex general recurrió a la magia negra en un intento por controlar enemigos políticos, para mejorar su vida sexual y para silenciar a quienes hubieran testificado en su contra. Al parecer, el interés de Noriega en el vudu era ampliamente conocido entre quienes se dedicaban a las prácticas ocultistas en América Latina.