Sanatorio encantado

Actualizado
  • 09/03/2014 01:00
Creado
  • 09/03/2014 01:00
El Sanatorio Durán fue creado por el ex-presidente de Costa Rica, doctor Carlos Durán Cartín. El lugar donde se levantan sus ruinas fue ...

El Sanatorio Durán fue creado por el ex-presidente de Costa Rica, doctor Carlos Durán Cartín. El lugar donde se levantan sus ruinas fue seleccionado por sus condiciones climatológicas, altitud, humedad, disponibilidad de agua potable, etc. También fu escogido por ser un lugar ideal para el reposo, donde el enfermo de tuberculosis podría recuperarse.

El sanatorio fue concebido para que estuviera en capacidad de albergar toda la infraestructura médica necesaria para tratar la tuberculosis de una manera efectiva. Finalmente se escogió una finca en Potrero Cerrado de Oreamuno, en la provincia costarricense de Cartago, en las cercanías del Volcán Irazú.

Mientra se mantuvo en operaciones, contó con todos los servicios que en aquel entonces podía disponer un hospital del primer mundo, con espacio para albergar cerca de 300 camas, áreas para hombres, mujeres y niños, además de una zona exclusiva para enfermos de la alta sociedad.

Jorge Sáenz, uno de los directores médicos que tuvo el lugar, destacó en un informe que el tratamiento recibido, que estaba basdo en una buena alimentación, exposición al aire fresco y al sol y el reposo absoluto, fueron esenciales para la recuperación de algunos de los enfermos.

Años después, los avances científicos en materia del tratamiento de la tuberculosis, así como la erradicación de esta enfermedad en Costa Rica, contribuyeron a que el sanatorio dejase de ser utilizado para el fin por el cual fue creado. A partir de 1950, el centro médico entró en un período de decadencia, para posteriormente ser desalojado por completo en 1963.

Su deteriorada estructura aunado a su peculiar arquitectura y la desolación del paisaje han fomentado los testimonios que hacen alusión a una posible actividad paranormal, como es la aparición de una monja y una niña que supuestamente recorren los solitarios pasillos y cuartos del Sanatorio.

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