Las mujeres del pintor Ruiz Melgar

‘Ahora que estoy divorciado, lo puedo decir. Muchas de las mujeres que pasaron por mi vida, son las que pinté', confiesa el maestro Jorge Ruiz Melgar, quien desde muy joven mostró inclinación y talento por el dibujo, la pintura al óleo y acrílico sobre tela.

La figura femenina se ha convertido en seña indiscutible de la creación artística del maestro, que inició su trabajo con obras de estilo cubista, abstractos figurativos y surrealistas, influenciado, según propia confesión, por Salvador Dalí. Hoy día, en su continua búsqueda artística, ha empezado a pintar recientemente piedras sobre bases de madera, un inusitado género que ha despertado el interés de los coleccionistas.

En los 70, cuenta Ruiz Melgar, ‘las mujeres siempre estaban desnudas'. En esa época su cuerpo era poco atractivo, recuerda el pintor. ‘Luego, sus curvas se volvieron un embeleso femenino que hechizaba, y fue cuando comenzó el embrujo de las mujeres. Empecé a pintarlas entonces ensombreradas y vestidas de azul. Siempre mostrando sus rostro', explica Ruiz Melgar.

‘Un día pinté las mujeres con el sombrero, pero sin mostrar la cara y recibí un rotundo respaldo del público. Durante casi diez años no me pedían otra cosa', señala.

‘A las mujeres las he pintado acostadas, sentadas, en el mar, en una palmera, arriba de un bote, sobre una roca, en habitaciones, en una cama, en una sofá y en mil formas. Son las mujeres mías y las mujeres que todos tenemos en nuestros sueños', exterioriza susurrando.

En medio de la entrevista, una mujer interrumpió la charla. ‘A ella la voy a pintar con colores azules', anunció el pintor, tras veladamente confesar su poder de seducción con el arte como aliado. ‘Ese fue el motivo de mi vocación de pintor: tener para mí a las modelos que luego serían mis obras', añadió con pícara sonrisa mientras fijaba su mirada en la figura ya de salida de la chica, pensando en su próximo lienzo.

‘Ahora he regresado a lo abstractos, pero sin abandonar las mujeres', parece justificar Jorge Ruiz Melgar. ‘Siempre alguien quiere que la pinte', añadió.

INICIOS

Ruiz Melgar, como se le conoce en el mundo del arte, empezó a pintar a los 13 años, sobre papel blanco y con lápices de colores, témperas, acuarelas y frutas de maquenca —esas que tiene un color violeta oscuro—. También con café, la jagua que usan los indios y un líquido rojo que arrojaba un árbol de La Villa de Los Santos, su pueblo natal.

A los 16 años decidió ser pintor, quien naciera en La Heroica Villa en 1954. ‘Una tía me quería obligar a estudiar arquitectura en Barcelona, pero me empeciné en la pintura, y la suerte me acompañó, porque el general Omar Torrijos becó a tres pintores de Azuero, y yo estaba entre ellos. A inicio de los 70 yo estaba en tercer año, así que me tocó esperar a graduarme para estudiar pintura fuera de Panamá', relata el maestro. Al graduarse de Bachiller, partió a Florencia, Italia, donde realizó estudios superiores de pintura en el Liceo Artístico de Bellas Artes, y luego se trasladó a la Academia de Arte La Esmeralda, en México D.F. Así inició el recorrido internacional el hijo de Cornelio Ruiz y Sara Melgar, que hoy se encuentra atrapado por el eterno y rebelde espíritu de pintor.

Ruiz Melgar rompió reglas. Sus maestros le dijeron que no se podía manchar el amarillo con el negro y sombrearlo, porque se ensucia. ‘Tengo cuadros en los cuales he puesto textura con base amarilla, blancos sombreados y he hecho transparencia con ellos, con los colores marrones y negros, y me salieron bien, espectaculares. El arte es para romper las reglas. No solo se puede, se debe', asegura, quien se siente dueño de los colores de sus creaciones.

El artista admira la pintura de Aguilar Ponce, un reconocido artista plástico, pintor y muralista, nacido en 1943 y que falleció repentinamente este año. Lo considera un maestro. ‘Me gustaba cómo dentro del arte inventaba más arte'. De los nuevos artistas, reconoce la habilidad de Roosevelt Díaz, nacido en 1963 en Chitré y lograra el primer premio de la Bienal en 1996. ‘Tiene un talento para hacer locuras', comenta el hombre que ha creado un mundo de figuraciones y colores infinitos en sus pinturas.

RECONOCIMIENTO

Su obra forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá, Banco Cuscatlán-Panabank, Caja de Ahorros, Grupo ASSA, Cable & Wireless-Panamá y Universidad Latina de Panamá, así como en importantes colecciones privadas. A nivel internacional su obra se encuentra en la colección del Museo Casa de Las Américas de La Habana-Cuba, y colecciones privadas en países como Arabia Saudita, Portugal, Costa Rica, Honduras, San Salvador, México, Estados Unidos, Italia y Puerto Rico.

Ha sido merecedor de diversos premios entre los que figuran: el primer premio en el Concurso Rumbo a España 92 en conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América, en 1998 el III Premio de la IV Bienal de Arte de Panamá y en el 2000 estuvo en el Salón de Invitados Especiales de la V Bienal de Arte de Panamá. En 2009, recibió el Premio de Pintor del Año ‘Anita Villalaz' de Panamá.

De los panameños que nacieron en la década del 50 e intentaron ser artistas, Ruiz Melgar es uno de los pocos artistas que sigue pintando con eterna vehemencia.

El desaparecido escritor y periodista, Herasto Reyes, lo atrapó muy bien en sus letras. ‘Ruiz Melgar marca una huella en la nación de los colores y las artes, y al él dejarlo marcado, se torna ese andar intemporalmente imperecedero de una obra, la obra que ha crecido, como crece el camino del camino, gracias a la perseverancia y la dedicación de mucho tiempo al tiempo de pintar', describe.

También Moisés Chong Marín (1924-, escritor, filósofo y catedrático universitario) lo reseñó. ‘Se advierte en Ruiz Melgar la pasión en su pintura derramada de luz, en los perfiles que se difuminan en el espacio, en una especie de tiempo que se detiene al hacer que el ojo se enamore de la forma, en el candor de niño, del artista que se sabe prisionero del arte'.

Con cerca de 100 exposiciones individuales y colectivas, Ruiz Melgar compartió su arte en muchos rincones de Panamá y el mundo. Los amantes del arte pudieron disfrutar de sus exposiciones ‘Los Perdidos' (1978), ‘Camino del Trueno' (1986), ‘Buscando la Luz' (1991), ‘Vibraciones desde el Alba' (1992), ‘Las Huellas de Ruíz Melgar' (1993), ‘Exmujeres de Ruíz Melgar' (1999), ‘Huellas de Retorno' (2000), ‘Recreando la Creación' (2002), ‘Aconteciendo Sobre Mí' (2002), ‘Creación y Orígenes' (2004) y ‘Resurgimiento' (2009), entre otras.

En el plano internacional, fueron seducidos los amantes del arte en la Casa de las Américas de Cuba (1987), en el Castel San Giorgio, en la ciudad de Setubal de Portugal (1987), en la Galería 1-2-3 de El Salvador (2000), en la Galería Botticelli's de San Pedro Sula y en el Instituto Hondureño de Cultura Interamericano de Honduras (2001), entre otros rincones del mundo.

El artista también se destacó como profesor titular de pintura, en las Escuelas de Bellas Artes del Instituto Nacional de Cultura de Panamá, y como conferencista sobre arte dentro y fuera del país.

A pesar de ser considerado uno de los grandes maestros de la pintura panameña, Jorge Ruiz Melgar no ha perdido la sencillez y modestia de la gente del campo. Ahora que envejezca solo quiere un pequeño pedazo de tierra. No quiere vivir en la ciudad. ‘Mi nombre, Jorge, significa agricultor. Quiero construirme un ranchito, pequeño, pero bonito. Que a la gente le guste ir a visitarme y vivir allí el resto de la vida que Dios me dé, pintando, esculpiendo y partiendo piedras para pintarlas, que es mi última técnica. Porque si hay algo que yo no voy a dejar es el arte. Eso es lo que yo quiero', precisa al final de la entrevista, a modo de deseo y colofón de una vida comprometida con la aventura de crear.

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‘Ahora he regresado a lo abstractos, pero sin abandonar las mujeres... Siempre alguien quiere que la pinte',

JORGE RUIZ MELGAR,

ARTISTA PLÁSTICO PANAMEÑO