El desafío de proteger los bienes culturales de Panamá

  • 19/09/2016 02:00
Una iniciativa organizada por la Unesco refuerza las capacidades del país para combatir el tráfico ilícito de su patrimonio cultural

En los últimos años se han incrementado los robos y el tráfico ilícito de bienes culturales provenientes de las iglesias en América Central.

Guatemala, uno de los países más afectados, hizo un llamado a la Unesco para solicitar la capacitación de sus profesionales en materia de prevención del tráfico ilícito y la recuperación de bienes culturales.

Esta iniciativa devino en un proyecto centroamericano financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) e implementado por la Unesco, para capacitar en estos temas a distintos países, entre los que se encuentra Panamá.

PATRIMONIO COTIZADO

‘El patrimonio prehispánico sigue siendo objeto de tráfico ilícito pero el que está en auge es el patrimonio de la iglesia', aseguró a La Estrella de Panamá Montserrat Martell, especialista de cultura para la Oficina de la Unesco Multipaís para Centroamérica y México. A esto agrega que el patrimonio cultural subacuático también se ha visto muy codiciado recientemente.

‘LA CONVENCIÓN DICE QUE DEBE HABER UNA LEGISLACIÓN QUE PERMITA CONDENAR ROBOS O TRÁFICO ILÍCITO Y ESTABLECE LA NECESIDAD DE TENER UN INVENTARIO Y UN EQUIPO DE TRABAJO INTERINSTITUCIONAL CAPACITADO Y OPERATIVO'

MONTSERRAT MARTELL,

ESPECIALISTA DE CULTURA PARA LA UNESCO

‘A partir del momento en que Panamá tiene pecios y patrimonio cultural subacuático, corre el riesgo de que sea saqueado y traficado', considera. Esta es una situación que el istmo ha experimentado recientemente a raíz de las exploraciones realizadas en el galeón San José.

‘Panamá ha firmado la convención sobre patrimonio subacuático, pero hasta la fecha no existe un área encargada de aplicarla', dice Gustavo A. Ramírez, arqueólogo, arquitecto, restaurador y consultor de la Unesco. ‘No basta con firmar. Se deben generar leyes que estén acordes con estas convenciones, se necesita tener dentro de las instituciones departamentos encargados de perseguir esos objetivos, y se requiere de personal capacitado para hacerlo'.

Ante esta situación ha surgido el tema de contar con profesionales formados en arqueología subacuática en Centroamérica.

DESAFÍOS MODERNOS

La iniciativa de la Unesco se ha orientado hacia esta región justamente porque ‘es la que presenta más debilidades, en cuando a instrumentos, instituciones, presupuesto y conocimiento sobre esta convención', admite Ramírez. Se refiere a la de 1970, firmada por Panamá en 1973, sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, exportación y transferencia de propiedad ilícita de bienes culturales.

Para empezar, la lucha principal ya no es contra huaqueros, coleccionistas individuales o casas de subasta. El Internet ha globalizado el mercado para el tráfico ilícito de bienes patrimoniales, haciéndolo más difícil de rastrear.

‘Por eso se hacen menos denuncias y se tiene menos idea del volumen de los negocios', sostuvo Martell.

A raíz de esto, la especialista apuntó hacia la necesidad de contar con personal dedicado al rastreo de piezas panameñas por Internet.

Esto lo hizo durante su intervención en un taller dictado a representantes de distintas instituciones —como la Autoridad Nacional de Aduanas, Policía Nacional, Servicio Nacional Aeronaval, el Servicio Nacional de Fronteras, los Archivos Nacionales, la Interpol, el Ministerio de Economía y Finanzas, la Autoridad del Canal de Panamá y la Autoridad de los Recursos Acuáticos—, en materia de prevención del tráfico ilícito de bienes patrimoniales.

También mencionó la limitada cantidad de bienes culturales centroamericanos robados listados en la base de datos de la Interpol.

‘Uno de los objetivos podría ser que esa base de datos esté mejor alimentada por parte de los países, porque permitiría una restitución más fácil, cuando objetos declarados a la Interpol se detectan en subastas en l ínea', subrayó.

COOPERACIÓN EN DISTINTOS NIVELES

Uno de los objetivos del taller que se impartió en Panamá el pasado jueves y viernes, fue hacer un diagnóstico de la situación local.

Es decir, evaluar cómo está organizado el estado para prevenir el tráfico ilícito de bienes culturales. Si se cuenta con un inventario actualizado y si existe legislación para protegerlos o medidas para que no queden impunes los casos de tráfico ilícito en el país.

‘La convención dice que debe haber una legislación que permita condenar robos o tráfico ilícito y establece la necesidad de tener un inventario y un equipo de trabajo interinstitucional capacitado y operativo', destaca Martell.

Esto último es uno de los propósitos del proyecto que se extenderá hasta marzo, en tres fases: crear equipos interdisciplinarios a nivel nacional que sigan trabajando sobre el tema.

Durante la segunda fase, representantes de distintas instituciones panameñas participarán en un taller regional en Antigua con expertos internacionales sobre las distintas convenciones existentes para combatir el tráfico ilícito de bienes culturales.

Allí podrán conocer a sus homólogos de la región centroamericana. ‘Es muy importante trabajar este tema a nivel regional y que haya cooperación entre los diferentes países para rastrear las piezas que se están traficando', resalta Martell.

La tercera fase consistirá en una campaña de sensibilización en toda Centroamérica.

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