Una mirada más detallada de nuestro pasado

Actualizado
  • 30/04/2017 02:06
Creado
  • 30/04/2017 02:06
Las nuevas tecnologías abren una puerta al estudio de nuestra historia con la restauración de una de las colecciones fotográficas del país

Los libros de historia describen con palabras cómo fueron tiempos pasados y cómo los acontecimientos vividos en esos momentos han ayudado a templar el día de hoy. Sin embargo, por muchos detalles que ofrezca el historiador en voz de los cronistas, estos recuentos no tendrán el peso que ofrece una imagen.

Muestra de ello, la exposición del Museo de Arte Contemporáneo, ‘Centenario de la Cruz Roja Panameña: Orígenes 1917', con fotografías de Carlos Endara en las que fue posible la impresión de imágenes de gran formato a partir de negativos originales de la época, en vidrio, tamaño 8 x 10 y cuyos detalles han dado paso al estudio y discusión de la vida en Panamá durante esa época.

‘Es la primera vez que se presenta una muestra de esta magnitud a partir de los negativos originales de Endara', asegura Ricardo López Arias, propietario de la mayor colección fotográfica tanto de fotos de época como de negativos del más importante fotógrafo que trabajó en el país.

Las impresiones logradas para la muestra conmemorativa del centenario de la Cruz Roja Panameña marcan el inicio de un arduo trabajo que abrirá las puertas a un mundo de estudio e investigación. ‘La evolución de la tecnología ha permitido que se pueda hacer este trabajo', admite López Arias, quien custodia una gran colección que hasta solo días atrás desconocía su magnitud.

‘Es un trabajo muy laborioso. Las placas estuvieron almacenadas por muchísimas décadas, prácticamente un siglo en un garaje, estaban llenas de insectos, de desechos de cucarachas y demás', detalla el abogado y filósofo. Y al trabajar con ellas en procesos de fotografía analógica, los resultados actuales jamás se hubiesen podido lograr.

El tiempo y la humedad han dejado su huella con fragmentos de polvo incrustados y manchas que en el tamaño del original no afectan mucho el resultado, pero de requerirse una ampliación, con la imagen también se magnificaba el daño.

Pero el perfeccionamiento de la fotografía digital hace que el proceso de restauración de estos negativos sea mucho más sencillo y rápido, pero lo más importante, ‘sin destruir la integridad de la imagen'.

Este cambio ha animado a López Arias a inventariar y digitalizar, poco a poco las imágenes contenidas en esta invaluable colección.

‘La ventaja de trabajar con el negativo original es que puedes hacer ampliaciones enormes porque bastaría digitalizar el negativo original con mucho más resolución de la que fue utilizada para este tipo de ampliaciones. Puedes hacer una foto del tamaño de un mural; eso no se puede lograr con copias de papel y eso convierte a esta colección en algo único.

LAS IMÁGENES DE CARLOS ENDARA

Además de fotógrafo, Carlos Endara era pintor. ‘Había estudiado en Ecuador —su país natal— y luego en París. Tenía toda una formación pictórica y compositiva muy fuerte así que estéticamente era un tipo de un rigor bárbaro', comenta Adrienne Samos, curadora y crítica de arte y gran conocedora de la obra del fotógrafo. ‘Sus imágenes tienen gran valor artístico, además del valor documental', agrega.

En Panamá, Endara fue contratado por el presidente Belisario Porras quien le encomendó hacer un gran trabajo de documentación.

‘Tuvo una curiosidad inagotable. Al servicio de los gobiernos de Porras documentó mucho del trabajo de modernización del país, la construcción de carreteras, caminos de penetración, la construcción del Hospital Santo Tomás, el Laboratorio Conmemorativo Gorgas, la estatua de Balboa y también colegios', detalla López Arias.

Pero su labor fotográfica se extendió por mucho más tiempo. ‘Endara empezó a trabajar en 1886 y murió en 1954, pero trabajó hasta la década del 40', informa el coleccionista. ‘No hay un fotógrafo que haya hecho un trabajo tan extenso y completo como el de Endara', afirma.

SUS COLECCIONES

Así como Endara documentó escenas de la ciudad y el campo y trabajos de modernización del país, atendía también en su estudio a familias adineradas como a otros grupos que pudiesen pagar por sus servicios. Copias de estas imágenes le fueron entregadas a Don Samuel Lewis, quien desde la década de 1910 publicó una revista llamada Épocas .

A la muerte del Sr. Lewis, estas copias fueron entregadas a Mario Lewis, su nieto, quien inicialmente mantuvo la publicación de esta revista y más adelante, tuvo la oportunidad de adquirir de manos de las hijas del fotógrafo, el edificio donde estaba ubicado su estudio fotográfico con algún equipo e instrumentos. Allí fue inaugurada la Casa Museo Carlos Endara donde se han presentado varias muestras con la colección fotográfica de Épocas.

‘La colección terminó de inventariarse hace unos días. Yo había estimado desde hace unos 25 años que podía tener unos 4,000 negativos pero no los había contado. En total son 5,519 negativos originales y 1, 300 y tantas copias de época',

RICARDO LÓPEZ ARIAS

Sin embargo, el grueso de su archivo de negativos y fotos de época permanecieron en propiedad de Nidia Endara -hija del fotógrafo- y su esposo Alfonso Lavergne.

A finales de los años ochenta, López Arias se acercó a Lavergne interesado en las placas ya que planeaba escribir sobre la historia de la fotografía en Panamá.

‘Un día, él me dijo que quería hacer un homenaje a su suegro y le propuse imprimir unas 30 placas, con los procesos que usaba Endara en la época. Encargué papel especial a Chicago y mandé a hacer 2 litros de cloruro de oro. Montamos una exposición en la Embajada de Francia en 1992, que fue inaugurada por el entonces presidente Guillermo Endara', recuerda.

Tiempo después, Lavergne se comunicó con López Arias y le manifestó su interés en venderle la colección.

‘Las tenía en el garaje, en una cajas enormes, estuve una semana limpiando y las fui trasladando. Después hice un portafolio y se las envié a Bobby Eissenmann a La Prensa. De allí nació ‘Raíces' en el ‘96, con textos de Harry Castro. Allí se publicaron unas 300', dice.

Pero en esos momentos, López Arias practicaba la abogacía y luego decidió estudiar filosofía y sus compromisos familiares le impedían acometer una empresa tan grande como la de poner en orden un archivo de negativos tan extenso.

El paso del tiempo le ofreció a López Arias una gran oportunidad. Los avances tecnológicos en fotografía digital y digitalización de imágenes le dieron la posibilidad de llevar a cabo esta restauración.

‘La colección terminó de inventariarse hace unos días, yo había estimado desde hace unos 25 años que podía tener unos 4,000 negativos, pero no los había contado. En total son 5,519 negativos originales y 1,300 y tantas copias de época', anuncia.

NUEVOS PLANES

La puesta en punto de esta colección que permaneció guardada por décadas permitirá llevar a muchas personas una mirada mucho más profunda sobre nuestra historia.

El inicio fue la exposición sobre La Cruz Roja Panameña en su centenario, que ha permitido ahondar en figuras como Lady Mallet y Enriqueta Morales, pero ya hay en ciernes algunos otros proyectos.

‘Contamos cerca de 90 placas de la época de la construcción del canal francés —que ilustran estas páginas— que imprimen con una calidad exquisita', dice López Arias. ‘Con la curadora, Adrienne Samos hay un proyecto de una mini exhibición para el mes de agosto con motivo del aniversario de la fundación de la ciudad y más adelante, probablemente hagamos algo sobre el Hospital Santo Tomás', agrega.

Sobre esta colección Samos tiene ‘todas las expectativas, es un arma tremenda, imagínate, tener casi 6,000 negativos después de no tener ninguno...', asegura.

El principal proyecto que arrancan López Arias en conjunto con Samos es la creación de una página web en la que estarán a disposición unas 1,500 imágenes para que puedan ser apreciadas por investigadores, historiadores, estudiantes y público en general.

‘Es lo bueno de estas muestras', dice Samos, ‘una cosa lleva a la otra', concluye.

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HISTORIA

La fotografía, una fuente documental primaria

'Me encantaría haber podido contar con esta colección fotográfica antes, me hubiese ayudado mucho. La fotografía, independientemente del punto de vista artístico, es un documento inestimable porque te da información de contexto, ves las caras de la gente, dónde están cómo están, cómo están vestidos, cómo es el lugar donde están, te da una cantidad de información impresionante', afirma la historiadora Yolanda Marco.

Para la también historiadora Patricia Pizurno, las imágenes son muy valiosas. ‘Yo elucubro mucho, a veces me paso días, semanas o meses con una idea que me ronda la cabeza, y la exploro en distintos documentos, también en fotografías', dice.

En un país como Panamá donde no existen archivos fotográficos ni archivos de voces y una buena cantidad de archivos de documentos escritos no se pueden consultar o están en condiciones precarias, una colección fotográfica como la de Carlos Endara, a disposición es un lujo.

‘Tenemos tan pocas fuentes, tan pocos testimonios que las fotografías son fundamentales. Poder unir esa imagen gráfica con el documento, y con las relecturas de esos documentos, sí son fundamentales.

‘Las imágenes siempre han sido una gran referencia, primero la pintura, luego la fotografía. No es lo mismo saber que existían las cédulas color rojo para los hombres y azul para las mujeres que verlas. Certifican que los hechos fueron así. Es el poder sugestivo de la imagen', agrega Marco.

López Arias completa esta idea estableciendo que ‘la fotografía es una fuente de evidencia primaria en la investigación, así como son documentos como leyes, actas y archivos'.

Pero un aspecto importante que hay que tomar en cuenta es que esta imagen documental debe ser evaluado, analizado e interpretado por un investigador entrenado para que aporte de manera adecuada a las investigaciones'.

Y es que si bien, no es nuevo el hecho de que personas inescrupulosas puedan utilizar estas imágenes con propósitos mezquinos, hoy es muy sencillo alterar o manipular imágenes y minar la autenticidad y la integridad de la fotografía.

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