El realismo mágico de los afromexicanos

Actualizado
  • 21/05/2017 02:00
Creado
  • 21/05/2017 02:00
Una exposición de fotografías muestra el lado menos conocido de México: las poblaciones afrodescendientes

En el marco del festival ‘África en América', que organiza la Alcaldía de Panamá, ha llegado a la capital una singular colección de fotografías que revelan lo imprevisible: en México también existen poblaciones afrodescendientes.

Se trata de la exposición de la fotógrafa Mara Sánchez-Renero titulada ‘El Cimarrón y su Fandango. El desconocido mundo del negro afromexicano', inaugurada el pasado miércoles en la Alianza Francesa.

‘No quería hablar de esta historia desde el contexto real, sino llevarlo a un lenguaje más simbólico', explica la autora, quien pasó tres semanas en la Costa Chica de Guerrero, al sur de México, documentando con su cámara la comunidad afromexicana más grande de esta región.

Un ejemplo de esa simbología que menciona es el retrato de una mujer afromexicana con los ojos vendados, parada dentro de un círculo de fuego. Una obra que, según la fotógrafa, representa la marginalidad en la que vive la población y la espiritualidad que los caracteriza.

A esta imagen se suma ‘La Danza de los Diablos', similar a la de diablos y congos de Portobelo en Panamá, donde los bailarines visten trajes negros y máscaras pintorescas fabricadas con pelo de caballo, una expresión que encuentra sus raíces en África.

‘La exposición es un trabajo que representa la africanidad en México, enfocado en la gente de la Costa Chica. Las imágenes son analogías con un tema del pasado, pero también hablo del presente a través de estas personas', explica Sánchez-Renero.

‘Las imágenes son analogías con un tema del pasado, pero también hablo del presente a través de estas personas'.

Si bien la mayoría de los negros llegaban al puerto mexicano de Veracruz, continúa la fotógrafa, a la Costa Chica, el lugar que escogió para documentar, también llegaron barcos con esclavos y cimarrones.

La colección deja ver la transformación y la actualidad que se respira en la comunidad de afromexicanos, quienes aún no están reconocidos en la Constitución de México, y su entorno.

‘México es un país con una diversidad étnica y geográfica enorme. Y para mí era muy importante fotografiar la geografía porque es donde se han asentado estas comunidades de afrodescendientes', añade la autora.

CIMARRÓN Y FANDANGO

Otro de los personajes que quedó inmortalizado por la cámara de Sánchez-Renero fue Bucho, un pescador, músico e instructor de danza tradicional.

En la imagen se le observa a orilla del mar, sin camisa, con un sombrero de vaquero y un collar de pescados.

A través de una conversación con él surgió el título para la muestra, recordando el grupo de música que tenía y que había bautizado como Los negros y su ‘fandango', esto último, un baile típico de España y Portugal, presente en algunos lugares de América Latina, como Veracruz, México.

El término cimarrón, explica la fotógrafa, lo añadió al título por su significado. En un inicio, la palabra se utilizaba para nombrar a un carnero difícil domar y, más tarde, para describir a los negros indomables, rebeldes y fugitivos.

La exhibición, que ya ha estado en Francia, Cuba, Jamaica y Belice, la integran en total ocho fotografías, que poseen un trato de imagen particular. ‘Todas las imágenes dan la impresión de tener un velo negro, que transmite un sentimiento místico, lúgubre, misterioso', concluye Sánchez-Renero.

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