Queremos contagiar a Panamá el interés por la lectura

Actualizado
  • 18/08/2017 02:05
Creado
  • 18/08/2017 02:05
Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro, conversa sobre la participación de Colombia como país invitado a la FIL Panamá y explica el proceso que se ha llevado en Colombia para convertirlo en un país lector

Como país invitado a la XIII Feria Internacional del Libro de Panamá, Colombia se ha lucido. La noche inaugural fue amenizada con un concierto de Fonseca, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Colombia, con unos 90 músicos en escena. La representación oficial de la producción editorial colombiana y sus principales escritores consta de catorce personas entre poetas, escritores de literatura infantil y para adultos. Se suman otros escritores que han sido invitados por entidades panameñas, lo que completa una delegación de 18 personalidades colombianas vinculadas con el libro y la literatura, además de los representantes de la Cámara Colombiana del Libro y editores.

‘Será una fiesta de la lectura y del libro y de toda la cadena del libro que comienza con el escritor y termina con el lector'.

ENRIQUE GONZÁLEZ V.

‘Es una delegación bastante importante, un acto de brindar amistad hacia Panamá y poder compartir todo este ambiente que tenemos en Colombia de procurar que haya más lectura, más lectores, que haya más búsqueda por el desarrollo del recurso humano. Queremos contagiar a Panamá con ese objetivo del gobierno colombiano de que Colombia sea un país de lectores', dice Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro, en entrevista a La Estrella de Panamá .

Y es que, como dice González Villa, ‘la lectura y la escritura son la base de la formación de una sociedad compuesta de gente con pensamiento crítico, que es lo que aporta solidez a una democracia'.

Colombia ha trabajado de manera constante en un proceso que le ha tomado varias décadas y que empieza por reconocer en qué punto del camino se está.

‘Latinoamérica está compuesta por naciones jóvenes, no tenemos esa historia como Europa en que la lectura y la escritura se han inculcado por generaciones en un proceso familiar; los niños viendo a sus padres leer, los niños estando con sus padres y sus padres leyendo. La iniciación a la lectura se hace en familia', explica González Villa.

De acuerdo con el experto, en nuestra región no tenemos esa sensibilidad y nos toca hacer un trabajo a largo plazo y hay que unificar los esfuerzos porque la lectura no es solo un problema de los gobiernos, sino que hay que involucrar a la familia.

Los padres deben garantizar a los hijos que traen al mundo una formación que les permita desarrollarse y el hábito de la lectura hace que el cerebro logre mayores destrezas. ‘Está científicamente comprobado que las neuronas funcionan a una velocidad mayor y la posibilidad de razonar es mucho mejor', destaca el colombiano.

En ese sentido, todavía hay grandes pendientes. ‘En Colombia los indicadores establecen que el 50%, o sea, la mitad de los niños de 15 años, no comprenden lo que leen. Aprenden a leer y escribir, pero cuando leen no comprenden', asegura. Ya que todo aprendizaje está relacionado con la lectura y la escritura, se requiere de maestros que estén sensibilizados con la lectura, acota.

Luego, los gobiernos tienen el compromiso de proporcionar a la población que no cuenta con recursos suficientes, los libros necesarios para que puedan dedicar espacio a la lectura.

‘Hay que poner bibliotecas públicas suficientes y bien dotadas', sugiere.

De acuerdo con González Villa, en su país se cumplió ese objetivo. Cada población tiene por lo menos una biblioteca. El siguiente reto es mantenerlas actualizadas, porque la gente quiere leer lo que está de moda. ‘Es un trabajo en el que no se puede desistir, hay que estar siempre insistiendo. Tiene que haber libros suficientes, porque los libros en manos de los lectores es lo que hace que un país se vuelva lector', asegura.

COLOMBIA Y EL MERCADO PANAMEÑO

Panamá representa el 10% de mercado de las publicaciones colombianas, según cifras de la Cámara Colombiana del Libro en 2016.

Para González Villa, se trata de una cifra interesante, ya que demuestra que nuestra historia nos une. ‘Es algo lógico que si Colombia tiene un desarrollo editorial un poco mayor, tiene que cautivar a los mercados cercanos y Panamá es el país más cercano', señala.

Colombia suministra a Panamá textos escolares y libros de lectura. Los autores colombianos son muy conocidos en nuestro país. La interacción entre lectores y escritores en actividades como la FIL permitirá no solo que el lector panameño conozca a sus escritores, sino que el escritor sepa qué piensa su lector. ‘Será una fiesta de la lectura y del libro y de toda la cadena del libro, que comienza con el escritor y termina con el lector'.

La participación de Colombia en la feria incluye un espacio con libros infantiles y escritores de literatura infantil porque ‘vemos que hay un movimiento en Panamá de colegios haciendo presencia en este recinto ferial y eso nos encanta. Ahí se forman los lectores'.

En el centro del recinto ferial se ubica una librería con mil títulos distintos de la nueva literatura colombiana, las novedades de los últimos años, en todos los campos, incluyendo publicaciones universitarias e investigaciones.

También se está presentando la exposición ‘Nereo y el río de nuestra vida', una muestra fotográfica de los viajes realizados por Nereo López, uno de los fotorreporteros más destacados del siglo XX en Colombia.

Por otra parte, se llevará a cabo una rueda de negocios entre editores y distribuidores que están en busca de material nuevo.

‘Estamos trayendo los escritores para ampliar el mercado porque en la medida en que el lector conoce a los escritores, desarrolla un gusto por esa literatura que ya leyó una vez y que le produjo algún entusiasmo. Eso hace que no solo Colombia se beneficie tratando de exportar más libros, sino que el lector panameño y Panamá se involucrarán más en ese circuito que fomenta la lectura, que hace que el gobierno se sensibilice, que promueva el establecimiento de más bibliotecas, porque siente la presión internacional', destaca.

El origen de Latinoamérica es el mismo. Como naciones jóvenes, hace escasamente 100 años aprendimos a leer y escribir. En la segunda mitad del siglo XX, cuando se estableció y se organizó la educación, se hizo obligatoria la asistencia de los niños y jóvenes a las escuelas. Al día de hoy en los países latinoamericanos existe una cobertura casi plena en alfabetización. Pero esto no es suficiente.

‘Ahora esa destreza hay que aplicarla. Hay que involucrarla en nuestra vida. Uno no puede imaginar cómo se manejaría un país sin escritura y lectura. ¿Cómo se establecerían las leyes? La transmisión del conocimiento no podría hacerse solo de manera oral como en las sociedades primitivas. Al escribirla y leerla es que presentamos un desarrollo grande', comenta.

González Villa insiste en que la meta en Colombia es llegar rápido a los mismos niveles de Francia que establecen que en promedio se leen 20 libros por habitante al año.

En Panamá, comenta González Villa, el promedio es de medio libro por habitante.

‘Así empezamos nosotros en Colombia', dice el presidente de la Cámara. ‘Cuando Colombia empezó la Feria del libro hace 30 años, ese era el indicador de lectura. Pero ahora tenemos una feria grande (Bogotá), además de ferias del libro en todas las ciudades importantes. A través de ellas se ejerce presión a la sociedad, a los padres de familia, al gobierno, a los maestros; a todos juntos pensando que tiene que haber lectura de calidad y que se debe comprender lo que se lee', concluye.

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