La mujer del pelo rojo

Actualizado
  • 16/12/2018 01:03
Creado
  • 16/12/2018 01:03
Orhan Pamuk, ganador del premio Nobel en 2006, presenta en esta obra una historia dura y desgarradora en la que pone de manifiesto la colusión de dos culturas colindantes, la griega y la iraní

En la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la más importante de habla hispana, la apertura del salón literario ‘Carlos Fuentes' estuvo a cargo del escritor turco Orhan Pamuk, que ganó el premio Nobel de Literatura en 2006. El escritor es un hombre apuesto de 66 años, locuaz y extrovertido y que presentó su más reciente novela, La mujer del pelo rojo en el auditorio Juan Rulfo, el salón más grande de la Expo Guadalajara, espléndido edificio que alberga los congresos y exposiciones que se realizan en esa ciudad.

Su interlocutora en esta magnífica presentación fue la autora estadounidense-mexicana Jennifer Clement, presidenta del PEN International, la primera mujer que llegó a esa posición desde la fundación de esa agrupación en 1921. Mujer erudita, con un perfecto inglés y español, conversó de todas las aristas que esta novela, de apenas 288 páginas, con el escritor turco, lo que resultó una delicia para los asistentes, especialmente los que, como yo, ya nos habíamos leído el libro.

Tuve la dicha de sentarme al lado de mi admirado escritor colombiano Héctor Abad Faciolince en el avión hacia Guadalajara y él iba releyendo el libro de memorias de Pamuk, Estambul, ciudad y recuerdos , que yo también me había releído en abril, cuando estaba visitando Turquía. Los libros de este ganador del Premio Nobel casi siempre redundan en una de las capitales de lo que fuera el imperio otomano y se anclan generosamente en las vistas al Bósforo, las mezquitas y sitios de interés, como la Hagia Sophia, y los parques y plazas donde se reúne la gente común.

HISTORIA DE AMOR Y PARRICIDIO

Si bien el libro no tiene la estatura de los otros libros de Pamuk, quizá por su extensión, como pueden ser Nieve , Me llamo rojo o El museo de la inocencia , para mí resultó sumamente interesante el mezclar fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea con tan buen resultado. La fusión y confrontación de las culturas oriental y occidental entran en colusión y el resultado es desgarrador.

Se recrea en el Estambul de los años 80 y transcurre por 30 años, con su crecimiento desmedido y la adopción de culturas occidentales que van dejando de lado las tradiciones turcas. Se basa en dos mitos fundacionales como son Edipo Rey, tragedia de Sófocles (cultura griega) y la historia de Rostam y Sohrab, que fue inmortalizada por el poeta persa Ferdousi en la epopeya del Shahname o Libro de los Reyes. Absorbentes las dos, se entrelazan como fondo de esta novela de ideas que profundiza en temas familiares y, sobre todo, en la figura paterna.

El protagonista, de joven, se va a un pueblo a buscar agua con su maestro, Master Mahmut, y tras arduos días de trabajo y sin encontrar agua (aunque el maestro pocero era un experto) se asoma al pueblo y se enamora a primera vista de una mujer que tiene el pelo rojo y que forma parte de una compañía de teatro. En las noches el chico y su maestro (especie de padre adoptivo) solían contarse fábulas y, debido a una relación tormentosa con su padre, que era farmacéutico y además político incómodo —que abandona finalmente a la madre— tenían siempre en el repertorio la tragedia de Sófocles, en la que Edipo mata a su padre, se casa con su madre (sin saberlo) y tiene hijos con ella. Como castigo, al enterarse, se saca los ojos.

En cuanto a la fábula de Rostam, es un héroe iraní muy poderoso y contiene la historia y el folclore persa antes de la adopción del islamismo (cuando su religión era la zoroástrica). De forma recurrente, Rostam es el gran héroe y su llegada al mundo se vio dificultada por su gran tamaño, lo que hizo sufrir mucho a su madre hasta que le practicaron una cesárea (lo que era casi inusual). Rostam poseía una fuerza extraordinaria, llegando a matar, con solo un golpe, un elefante blanco de un rey. Pero la historia más famosa y popular en ese libro, el Shahnameh, es en la que mata a su propio hijo Sohrab. No saben que son padre e hijo, se dan cuenta cuando ya el hijo está herido.

Un día Cem, el chico que fue a trabajar al campo a buscar agua, se encuentra desesperado porque no encuentran agua, obsesionado con la mujer del pelo rojo y porque el inversionista que pagaba sus estipendios no desembolsará ni una lira más hasta que no obtengan agua de un pozo, y huye del sitio, dejando al maestro en lo más profundo del mismo, sin saber si está herido de gravedad. Trata de pedir ayuda, pero al no obtenerla se marcha.

En La mujer del pelo rojo , como una invocación a lo que tanto conversó con Master Mahmut, Cem se regresa a casa, estudia, se casa, pero su mujer no puede concebir. No logra entrar a la carrera que aspiraba —quería ser escritor—, sino que estudia comercio y establece, por su habilidad, un imperio de construcción. Casualmente, llama a la empresa Sohrab, por el hijo que no ha logrado tener. Cem no hurga en el pasado, como Edipo, trata de olvidar, pero siempre tiene presente la interrogante de qué destino habrá corrido su maestro.

Y por esas casualidades de la vida, vuelve al lugar donde hace 30 años estuvo cavando un pozo, Öngören, y se da cuenta de que ha prosperado, es casi parte ya de Estambul (del otro lado del Cuerno de Oro) y se reencuentra con algunas personas que conoció en su breve periplo por allí. Siente aprehensión de preguntar por Master Mahmut, pero resulta que el pocero logró encontrar agua y de allí la prosperidad del pueblo y la veneración que por él sienten. Y también lo bien que habló siempre del joven ayudante que tuvo.

Casi al mismo tiempo se entera de que tiene un hijo y su abogado, así como su mujer, le previenen de que seguramente lo que quieren es extorsionarlo, pues ahora es un próspero empresario de la construcción. Se reencuentra con la mujer del pelo rojo, que coincidentemente fue amante de su padre. El desenlace es más que demoledor, la magia de repetir las historias si uno se apega demasiado a ellas se hace evidente. Como se dice, la vida sigue al mito. En este libro se hace patente.

ORHAN PAMUK

El escritor turco Pamuk ganó el Premio Nobel de Literatura con 54 años. En algunas de las reseñas que leí de este libro, La mujer del pelo rojo , señalaban que era una obra menor, incluso de que no debieron darle el premio tan joven o con una obra literaria tan breve. Pamuk estudió cuatro años de arquitectura y pinta, y su constante es la melancolía y la añoranza. También es un duro crítico político.

En muchos casos, los escritores que han llegado a obtener el preciado galardón son criticados por las siguientes obras que publican, como ha sido el caso de García Márquez, Vargas Llosa, por hablar de algunos de los latinoamericanos. Con Pamuk pasa igual, se espera demasiado de él y en cambio, el libro no deja de tener sus recovecos interesantes y sus claves sicológicas que toca desentrañar.

Con esta historia, dura y desgarradora, pone de manifiesto la colusión de dos culturas colindantes, la griega y la iraní, y en lo personal, el resultado es muy interesante.

‘Para mí resultó sumamente interesante el mezclar fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea. La fusión y confrontación de las culturas oriental y occidental entran en colusión y el resultado es desgarrador'.

ORHAN PAMUK

En octubre de 2006 ganó el Premio Nobel de Literatura como un escritor que, ‘en búsqueda del alma melancólica de su ciudad natal, ha encontrado nuevos símbolos para reflejar el choque y la interconexión de las culturas', según dice el veredicto de la Academia Sueca. Es el primer turco que recibe este galardón. Sus obras han sido traducidas a más de 40 idiomas. Antes de dedicarse a escribir había estudiado cuatro años de arquitectura y pinta, y su constante es la melancolía y la añoranza. También es un duro crítico político.

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