El palo de mamón

Actualizado
  • 22/12/2018 01:00
Creado
  • 22/12/2018 01:00
En la esquina de la calle. Me encontraba con los chiquillos del barrio

En la esquina de la calle

Me encontraba con los chiquillos del barrio

Y caminábamos en silencio hasta la escuela.

No necesitábamos hablar.

Con pequeños actos nos decíamos el universo.

Uno le pasaba el brazo por encima del hombro al compañero

Que arrastraba los pies casi dormido;

Una le subía el zipper a la bolsa del hermano,

Aquel le cargaba la lonchera y la mochila

Al que era más pequeño y se atrasaba.

Nos esperábamos para cruzar la principal.

No había muchos carros, nuestro mundo era reciente,

Pero aún así, un grupo vigilaba la derecha y otro la izquierda.

El vigía en jefe daba la señal y todos corríamos a la orilla opuesta,

Como una bandada de garzas

Que vuela sin saber hacia el invierno.

El palo de mamón estaba a la mitad del regreso a casa.

Encaramado entre sus ramas me dedicaba a estudiar mi libro de lectura.

Mamá me regañaba porque las camisas blancas de la escuela

Volvían con manchones chocolates

Que no salían ni con el mejor de los jabones.

Pero lo que mamá no sabía es que todos teníamos manchadas las camisas,

Que el uniforme de la escuela no era con camisa blanca;

Era falda o pantalón azul

Y camisa blanca con manchones de mamón.

Acabó la escuela.

Se rumoreaba que los norteamericanos

Se preparaban para invadirnos.

Mis viejos se veían preocupados,

Había como un ruido de taladro en sus rostros.

Mamá sacó los ahorros de Navidad

Que guardaba en un sobre bajo el colchón

Y se fue al supermercado.

Papá dejó el taxi frente a la casa,

Limpió el viejo revólver del abuelo

Y cerró con tablones las ventanas.

La primera bomba fue como si el amanecer

Hubiese irrumpido con la fuerza del mar en nuestras cabezas.

Escuchamos el canto enloquecido de una multitud de aves

Que batían las alas con los ojos ciegos.

Mamá trató de explicarnos el concepto de la muerte.

Papá nos advirtió que si los soldados

Intentaban entrar a nuestra casa

Tendríamos que huir por la puerta trasera;

Que él dispararía las seis balas bendecidas del

Revólver del abuelo

Para darnos tiempo.

Nadie se asomó a nuestra puerta,

Pero entendí lo que era la muerte:

Esperar en la oscuridad a que algo pase.

Nunca olvidaré el día en que veinte soldados, tres Hummers

Y un tanque de guerra,

Rodearon la casa de mi amigo Marcos.

Vi la fotografía en carne viva del Apocalipsis:

Una mujer embarazada

Y dos pequeños niños

Con las manos en alto,

Mientras un tumulto de ametralladoras los observa.

El palo de mamón en el que aprendí a leer.

El árbol en cuya copa por vez primera besaron mis labios,

Esa frágil patria de follaje ya no está,

En su lugar solo nos dejaron el muñón de nuestra infancia.

JHAVIER ROMERO

Escritor

Poeta, dramaturgo, director de teatro, actor, músico y profesor. Premio Ricardo Miró 2017, sección ‘Poesía' con La brújula del invierno . En 2015 ganó el Premio Escena en tres categorías.

Ha publicado en México, Venezuela, España, Cuba, Luxemburgo e Italia. Su obra Sensación de la lluvia en los zapatos (Poemanía) fue publicado en Argentina.

‘Tenía seis años. Mi hermano y yo jugábamos en el patio cuando vimos aparecer un pequeño avión color negro; dos destellos brotaron de la máquina y un temblor de tierra'.

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