Los coros se apropian de la música popular y el folclor

Actualizado
  • 21/04/2019 02:03
Creado
  • 21/04/2019 02:03
El festival América Cantat, celebrado la semana pasada en Panamá, propició un conversatorio con reconocidos directores corales de Iberoamérica. Uno de los temas que más discusión generó fue el tipo de repertorio que estas agrupaciones prefieren

Panamá Canta, así se denominó el concierto de apertura de la novena edición del festival América Cantat. Panamá, como anfitrión de esta cita, preparó una velada en la que participaría una masa coral con integrantes de los coros Música Viva, Coro Polifónico de Panamá, Cantemus Panamá y Cantus Panamá. Participarían también la Cantoría Infantil Nacional y la Cantoría juvenil Nacional de la Red de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Panamá y un grupo de estudiantes de la escuela de música de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá.

La bienvenida no pudo ser más panameña. Hubo musica de Gonzalo Brenes, Georges Colbourne, Elcio de Sa, Jorge Ledezma Bradley. Se escucho la tamborera, la mejorana el tamborito y también el calypso. Fueron evocados los ritmos que acompañan diablicos sucios y también el bolero. Los asistentes se llevaron esa noche un pantallazo del rico bagaje cultural panameño y así mismo, en los días siguientes, los panameños recibirían por parte de sus visitantes, un rico obsequio cultural.

Y es que la música que habla de las raíces propias es mucho mejor comprendida. Y escuchando la de nuestros vecinos, podemos darnos cuenta de que no somos tan diferentes.

La mañana siguiente se llevará a cabo un conversatorio con directores corales procedentes de Argentina, Brasil, Cuba, España y Panamá. Todos ellos compartirían sus conocimientos en una semana de talleres de preparación de obras, pero discutirían también, en un encuentro, novedad en el programa del festival, propiciado por sus productores en Panamá, la Asociación Música Viva, sobre la evolución de los repertorios corales y cómo el folclor y , sobre todo, la música popular ha ido calando en las agrupaciones corales.

El argentino Oscar Escalada, recuerda cómo hace algunos años atrás, los estudios musicales separaban categóricamente la música erudita de la popular.

‘Afortunadamente está revirtiendo la enseñanza de la música que nos identifica en el mundo entero, que es el tango y afortunadamente hemos podido interpretar y tener escuelas de tango donde todo el mundo aprende de las tradiciones y vuelca los conocimientos de las novedades que puede haber par ir recreando, ir formando a su vez, música con característica s propias'.

Para Escalada, este proceso no ocurrió de un día para otro. Fue más bien un proceso que tardó en generarse. En cambio, recuerda cómo desde una edad temprana la música popular de Brasil, con alto grado de perfeccionamiento llegó a él.

‘Hubo un tiempo en que no habían escuelas de música popular' recordó el brasileño Paulo Malaguti. Sin embargo, la preparación que recibió de estudios formales de excelentes maestros, le permitió a él y a muchos más de su generación, un vínculo de lo clásico y lo popular.

El maestro a firma que en la actualidad hay un legado inmenso de compositores, la mayoría en Rio de Janeiro, pero ‘Hace unos 20 años, en el caso de un grupo que tuve en los años '80, casi no había nada. Nosotros mismos hacíamos los arreglos', comenta Malaguti. y agrega, la música coral hace parte de este movimiento que permite a la música popular colocarse en el lugar que debía'. Pero deja en claro que una buena educación formal es imprescindible para transformar piezas y hacer buenos arreglos.

Además hay que conocer bien las raíces de esta música ya sea folclórica o popular. ‘Hoy esta frontera no se define completamente. En el caso de Brasil, tenemos una vasta cultura indígena y negra, pero cada día gana más fuerza la música urbana. En Rio de Janeiro y Recife se están haciendo cosas muy distintas', reconoce Malaguti

Pero, ¿cómo trabajar con un arreglo de música popular? En algunas ocasiones lo escrito en una partitura no refleja el alma de la música que se quiere transmitir.

‘Quienes no nacieron en la música popular, no fueron enseñados y no transitaron ese camino no pudieron acceder a él con el espíritu de poder hacerlo. Son pocos los directores y arregladores que volcándose a los temas populares, les sacan el swing , el gusto, el sabor que tiene la música popular cantada por los propios autores', admite Escalada.

A falta de ese contacto se requiere del mismo esfuerzo y estudio que para interpretar música de Beethoven, quien era alemán. Si no siendo alemanes se logra hacer una gran aproximación sobre su música, pues también se puede lograr con la música popular.

¿Cuánto de música popular o folclórica se está interpretando en la actualidad?

Carlos Figueiredo, también de Brasil, asegura que aunque no tiene experiencia con este género musical, está en contacto con alumnos que sí la trabajan y el porcentaje es muy alto. ‘Puedo decir que hoy día en Brasil el 90% de los coros cantan música popular. Es difícil encontrar un coro que se dedique a repertorio tradicional. La música popular en los coros es una r ealidad total, y es muy bueno porque a la gente le gusta cantar la música popular, la gente quiere cantar en la música popular', sostiene. Y los arreglos corren por cuenta del director. ‘Cada director hace su arreglo para su coro de acuerdo con la realidad del coro que tiene, su conformación... esto se ha convertido en una regla', destaca.

Esto limita el campo de trabajo de los compositores. ‘Ellos componen música para coro que nadie canta'.

Analiza Figueiredo que esta golpeante realidad es el resultado de ‘composiciones muy difíciles, irreales'. Son piezas que probablemente utilizan música popular o folclórica, pero con música duodecafónica, muy compleja.

‘La Fundación Nacional de Arte en Brasil, tiene un catálogo disponible online donde se puede encontrar todo tipo de música para coro y orquestas de formaciones diversas; para coro hay mucho, pero la gente no las canta'. acota.

La dire ctora cubana Alina Orraca, cuenta que en Cuba la realidad no es muy distinta. ‘También se compone mucha música de gaveta, para engavetarla', dice y le arranca una carcajada a sus colegas. ‘Los compositores tienen derecho a crear, a hacer lo que sienten adentro, pero después la realidad es que cuando intentas interpretarla no suena o es muy difícil para sonar y cuando tú trabajas para un coro con personas que tiene que leer la música, hacer el ritmo, poner una letra y hacer la intención musical, la gente se aburre y te cuesta como arar un campo de caña', relata.

En algunos casos, la pieza se guarda y se vuelve a intentar más adelante... ‘y no sé qué pasa, que hasta yo misma la miro de otra manera', comenta.

Orraca destaca el trabajo de excelentes compositores ‘que hacen muy buena música coral, obras muy importantes y muy interesantes', pero esto no significa que toda su producción tenga ese mismo nivel.

La directora cubana recuerda muy bien que en su tiempo de estudiante, esa absolutamente prohibido tocar música popular. Se trataba de una prohibición tan seria que si se hacía público, se era candidato a la expulsión.

Actualmente no existe una escuela de música popular, ‘lo cual para mí es chocante porque los muchachos que estudian tocan más música popular, los que terminan tocando música clásica son muy pocos y esto debería estar ligado a lo que se quiere hacer', acota.

En el caso de los coros, a finales de los años setenta, los maestros Electo Silva y Miguel García empezaron a hacer arreglos de música popular cubana, ‘arreglos muy de academia', según Orraca. Más adelante, una nueva generación de músicos empezaría a ‘desarreglar' esos arreglos y cambiarlos con otras tendencias musicales que por mucho tiempo fueron prohibidas. Cuba busca en estos momentos una nueva identidad y de acuerdo con Orraca, algunos músicos ya la han encontrado, mientras que otros, todavía están en su búsqueda.

En Panamá, la cantidad de arreglos musicales ya sea para coro o para orquesta y coro está creciendo, esto gracias a los nuevos porfesionales egresados del Insituto Nacional de Música y de la Escuela de Música en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá. El segundo concierto Panamá canta, con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional presentó el estreno de una obra del maestro Erick Parris, dos obras recientes del maestro Dino Nugent y la misa del Manglar de Georges Colbourne, pero no todas las obras llegan a ser conocidas por un público amplio y algunas de las razones son similares a las expuestas por algunos de nuestros invitados.

Los compositores escriben obras considerando sus propios gustos y creatividad y no todas las conformaciones de los grupos panameños tienen las características necesarias para interpretarlas.

Pero existe una realidad mucho mayor: en el país los coros profesionales son inexistentes. En el resto de la región es una realidad compartida. Las dos agrupaciones corales panameñas con más trayectoria y tiempo de vida están conformadas por amateurs que ofrecen su tiempo libre y entusiasmo para el disfrute de esta actividad,

El grueso de los coros que actualmente funcionan en el país son de reciente fundación y muchos de ellos en escuelas, institutos y/o programas como la Red Nacional de Orquestas y Coros infantiles y Juveniles de Panamá. Se trata de una generación de relevo que se entusiasma con la música popular y el folclor, pero que puede evolucionar a repertorios más complejos con apoyo institucional y también de un público que también irá cultivándose a medida que entra en contacto con nuevas melodías ritmos y géneros, así como de grandes clásicos y nuevas tendencias que enriquecerán el menú musical.

‘Los compositores tienen derecho a crear, a hacer lo que sienten, pero la realidad es que cuando intentas interpretarla no suena o es muy difícil para sonar',

ALINA ORRACA

DIRECTORA DE CORO DE CUBA

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