La gestión de los pensamientos y de las emociones

Actualizado
  • 14/06/2019 02:00
Creado
  • 14/06/2019 02:00
Gestionar lo que pensamos debe ser parte de la vida; así como nos ocupamos de nutrir nuestro cuerpo, de la misma forma debemos hacerlo con nuestra salud emocional. No debemos ser gobernados por el pesimismo

Sería importante iniciar este artículo definiendo qué conocemos por gestión. Al pensar en este concepto, viene a nuestra mente el término administrar; es decir, dirigir, planificar, organizar y controlar lo que se hace en un ministerio, empresa o proyecto.

En esta oportunidad pensemos que tenemos que administrar los distintos proyectos que nos proponemos en nuestra vida. Esto guarda relación con lo que he escrito en artículos anteriores que señala Augusto Cury acerca del conocimiento de la mente. Una vez lo escuché decir lo siguiente: ‘¿Usted tendría el valor de viajar en un avión y hacer un largo viaje sabiendo que el piloto no tiene experiencia, que tiene pocas horas de vuelo? ¿Estarías relajado si estuvieras al tanto de que desconoce los instrumentos de navegación? ¿Dormirías si él no tuviera habilidad para desviarse de rutas turbulentas, con alta concentración de nubes y descargas eléctricas?

‘Tomamos diariamente la más compleja de las aeronaves, comandada por un piloto que frecuentemente no está preparado, mal equipado y, por lo tanto, sujeto a causar innumerables accidentes. Esa aeronave es la mente humana, y el piloto es el propio yo'.

Haber escuchado esa reflexión me impresionó y reafirmé la necesidad que tenemos de conocernos a nosotros mismos.

Recientemente, me invitaron a compartir en la provincia de Colón, con la Escuela de Padres, del Colegio San Vicente de Paul, herramientas socioemocionales en la educación de los chicos. Pero al iniciar mi exposición preferí comenzar con el tema del funcionamiento de la mente, y les expliqué a los padres que se encontraban ahí que antes de querer conocer a sus hijos y entenderlos tenían que conocerse primero cada uno, pues sería la forma de comprender por qué en muchas ocasiones tenemos conductas que no queremos hacer y que después no nos explicamos por qué las hicimos.

Podemos decir que cuando ocurren estas situaciones un alto porcentaje de las veces es porque no logramos la gestión de nuestros pensamientos negativos y de las emociones que nos causan ansiedad, ya sea a nivel personal, laboral, familiar o económico.

‘Cuando usted utilice esta técnica, gestiona su pensamiento y su emoción, ya que no permite que una idea lo controle. Consigue, entonces, ser líder de su mente, autor o autora de su realidad en vez de víctima'.

Un ejemplo: Una madre quiere ir de vacaciones a Orlando con su familia. La primera idea que puede venir a la mente de esta señora es que no tiene dinero, que tiene una familia grande, que no le darán permiso en el trabajo, que es posible que le suceda algún percance a sus hijos en el viaje. Todos estos pensamientos partieron de un pensamiento pesimista y esto incide directamente en nuestra emoción haciéndonos sentir frutados, lo que incluso nos puede llevar a renunciar a nuestros sueños.

Por lo anteriormente expuesto es por lo que debemos aprender a conocer nuestra mente, entendiendo que la memoria registra de manera involuntaria todo lo que vivimos, que no pueden borrarse nuestras experiencias como si le diéramos el comando ‘delete' a un ordenador; que la emoción puede incidir en la calidad del registro de la experiencia, lo que la puede tornar positiva o negativa. Esto permite la apertura a la inteligencia. Si bien no existen recuerdos puros, afortunadamente se puede reeditar la memoria.

Como una vez me explicó una amiga psicóloga, es posible colocar ante un pensamiento negativo un pensamiento positivo, o como diría Augusto Cury, se debe recurrir a la técnica del dudar, criticar o determinar (DCD): dude del pensamiento negativo, deseche ese pensamiento y accione a lograr lo que se propuso o desea.

Cuando usted utilice esta técnica, gestiona su pensamiento y su emoción, ya que no permite que una idea lo controle. Consigue, entonces, ser líder de su mente, autor o autora de su realidad en vez de víctima.

Gestionar los pensamientos debe ser parte diaria de nuestra vida; así como nos ocupamos de nutrir nuestro cuerpo, de la misma forma debemos hacerlo con nuestra salud emocional. No podemos ser gobernados por el pesimismo, pues seríamos entonces nuestros propios verdugos.

Por esto es importante incluir este tema desde el sistema educativo. En mi caso, doy clases en la Facultad de Administración de Empresas y Contabilidad y le digo a mis estudiantes que antes de administrar una empresa, de gestionar equipos de trabajos, primero deben gestionarse ellos mismos, ya que eso les ayudará a no ser personas pasivas y manipulables socialmente, pues la vida no sólo representa desafíos académicos; también tendremos que confrontar retos en la vida, en donde existirán momentos de tensión. Lo haremos de mejor manera si conocemos nuestra mente.

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