El regreso a América de Miguel de la Quadra-Salcedo

Un espíritu "valiente, soñador, aventurero", así definen a Miguel de la Quadra-Salcedo, el deportista y reportero español que dedicó gran parte de su vida a tejer una gran comunidad iberoamericana de jóvenes a los que transmitió su pasión por América Latina.

Esa pasión inquebrantable que le llevó a realizar 31 expediciones al continente americano acompañado de 10.000 jóvenes gracias al programa Ruta Quetzal impregna ahora las paredes del Museo de América de Madrid, en una exposición que reúne más de un centenar de piezas etnográficas de su propiedad y fotografías de sus viajes.

"Hemos cumplido con su deseo", dijo su hijo mayor, Rodrigo de la Quadra-Salcedo, durante la inauguración de la muestra el pasado día 28, a la que asistieron amigos del reportero español, fallecido el 26 de mayo de 2016.

"Estoy muy orgulloso de que su legado esté en el Museo de América, porque durante el trabajo de investigación de sus archivos encontré una entrevista suya del año 1972 en la que decía que lo que más le hubiera gustado es que el día de mañana todos sus papeles, sus recuerdos, estuvieran aquí", explicó su hijo.

DOS AÑOS DE INVESTIGACIÓN

El trabajo para reunir los 172 objetos -procedentes del Amazonas, del Ártico, de Isla de Pascua o de Indonesia y África, entre otros lugares- y un archivo documental integrado por 10.940 fotografías, documentales y bibliografías no fue fácil y requirió de dos años de investigación.

Para Rodrigo de la Quadra-Salcedo, comisario de la muestra, ese trabajo ha significado el "descubrimiento" de la figura de su padre, una persona "que no era nada de darse a conocer, apenas contaba nunca nada, ni entre la familia".

"Como era un desordenado terrible, tenía mezcladas fotos de nuestra comunión con las de indios del Amazonas, y ha sido una locura poder conseguir identificar y ver los viajes que hizo, los sitios donde estuvo, las expediciones que realizó. Como hijo suyo ha sido un trabajo verdaderamente precioso", señala.

LA GRAN FAMILIA "QUETZAL"

La inauguración de la muestra reunió a los miembros de la familia, allegados y amigos, pero también a antiguos expedicionarios que participaron en algunas de las 31 ediciones de la Ruta Quetzal, un viaje que De la Quadra-Salcedo definía como "iniciático", y que cambió la vida de muchos de sus integrantes.

"Miguel ha sido y es un referente increíble, sorprendente, una persona que ha marcado a generaciones de expedicionarios a lo largo de 31 años de expediciones", dijo a Efe Jesús Luna, amigo y estrecho colaborador del aventurero español.

"Ha sido los vientos alisios, como él decía, que impulsaban esas naves que viajaban hacia América, con su espíritu valiente, soñador, de aventura, de conocimiento, de respeto a las culturas indígenas, y sobre todo una persona que transmitía la sensación de que todo es posible", recordaba Luna.

El que fuera jefe de campamento en gran parte de las expediciones destacó la perseverancia de De la Quadra-Salcedo, "su trabajo en equipo, su capacidad para sacar de lo peor lo mejor de uno mismo".

"Eso ha sido fundamental. Dar alas a los jóvenes para que pudiesen conseguir sus sueños, y sobre todo para crear una comunidad iberoamericana, ese era uno de sus grandes sueños que yo creo que ha conseguido. Hoy en día esos jóvenes son su espíritu, su corazón, llevan su legado, son sus herederos", remarcó.

La Ruta Quetzal fue concebida por el aventurero español con motivo de la conmemoración del V Centenario de la llegada a América y a propuesta del Rey Juan Carlos I.

De la Quadra-Salcedo ideó una expedición de exploración y aventura, de formación académica, y, sobre todo, de convivencia e intercambio entre jóvenes de 16 y 17 años procedentes de países con una conexión histórica con España.

"El programa no tiene parangón en el mundo y ha servido para destacar lo importante que ha sido la historia de América para España y de España para América", indicó Luna.

"Miguel ha sido el mejor embajador que hemos tenido en América y en el mundo y sobre todo ha sido una persona que nos ha marcado profundamente. Nosotros somos 'quetzales', como a él le gustaba decir. Tenemos alas para volar allá donde nos lleven nuestros sueños", concluye.