Movilidad, un reto para las personas con discapacidad

Actualizado
  • 16/02/2020 00:00
Creado
  • 16/02/2020 00:00
La eliminación de las barreras físicas y la implementación de una cultura de inclusión son determinantes para que quienes sufren algún tipo de discapacidad puedan ser autosificientes. Para ello se requiere tanto de una legislación como de buena voluntad
El acceso a lugares públicos por perros guía fue dispuesto mediante en Decreto ejecutivo no. 36 de 5 de febrero de 2019

Una 'story', de esas que en redes sociales solo duran 24 horas mostraba a Patricia Vlieg y a su hermana Ana Lucía, ambas con discapacidad visual, interactuando con su perra guía Cassie. Patricia ha aprendido a despalzarse con un bastón, y Ana Lucía, quien viven en Estados Unidos, lo ha hecho con la ayuda de un perro guía, toda una rareza en Panamá.

Se trata de dos formas distintas en que personas con discapacidad visual pueden utilizar como apoyo a la hora de movilizarse de un lugar a otro, pero ambos, un reto en una ciudad hostil incluso para quienes disfrutamos de todas nuestras capacidades.

Cassie es la segunda perra guía que tiene Ana Lucía. La primera fue una pastor alemán llamada Eclipse. Pocos la conocieron porque cada vez que Ana Lucía viajaba a Panamá, trasladarse con ella se convertía en una odisea.

Movilidad, un reto para las personas con discapacidad

“Tuve muchas dificultades cuando empecé a venir con Eclipse, mi primera perra guía, para acceder a los sitios públicos, restaurantes, taxis, uber, supermercados, farmacias, el mall … nómbralo. No hay un lugar donde esto no fuera un problema”, cuenta.

La reacción era siempre la misma: Usted no puede entrar con el perro. “No pasaban del concepto perro. No importa la función que tenga, es un perro. Era muy difícil que la gente entendiera. Y este año estoy muy contenta porque en febrero del año pasado se aprobó un decreto que da libre acceso a los perros de asistencia, así que cuando hay un problema saco el texto de la ley, y ya no tenemos tanto problema”, comenta.

Líneas guía han sido ubicadas en las nuevas aceras y estaciones del Metro de Panamá

Ana Lucía tiene ya 14 años de utilizar perros guía en su movilización. mientras que Patricia decidió mantenerse con su bastón.

“Nunca hice ni el intento de acostumbrarme, porque tenemos relaciones muy diferentes con los perros, Ana es amante de los perros y yo le tengo mucho temor a los perros”, explica Ptricia.

Por otra parte, tener un perro guía implica crear una relación con un animal, entrar en el mundo de los perros. Tienes que querer establecer esa relación. Y tienes que poder y no es lo que yo he querido hace”, argumenta. Además, sus actividades profesionales complican un poco más la escena. “entras a un estudio y no sabes a qué horas vas a salir, el perro también requiere un compromiso de tiempo, cuidados especiales todos los días, es todo un compromiso. Admiro y respeto mucho a quienes lo hacen, pero no es lo que yo quiero”, matiza.

Han de habilitarse rampas que faciliten el acceso a personas con discapacidad física.
Desplazarse con un perro guía

Ante todo, un perro es un ser vivo con necesidades y que requiere de atenciones.

“Tienes que tener un montón de cosas pendientes. Si vas a un sitio y no sabes a qué hora vas a terminar, tienes que llevar el alimento del perro, el agua, estar pendiente de a qué hora tiene que salir, Es todo un proceso de conocer al animal, y lo interesante de la relación con el perro guía, es que no es que ellos hacen el trabajo solos, es un equipo. Ella me indica, yo le indico. Izquierda o derecha, yo tengo que saber hacia dónde voy. Si yo no sé para dónde voy, ella tampoco. No es que le das la dirección al perro como si fuera un taxista. Esto no funciona así (ríe)”.

Una persona ciega debe tener un mapa mental de dónde se encuentra. Y para poder acceder a un perro guía, hay que someterse a un examen que determinará si se tiene la capacidad de orientación suficiente. Además, el perro trabaja con un sistema de recompensa que hay que saber alimentar.

El acceso a sillas de rueda debe ser considerado en espacios de uso público.

Aparte de la relación de trabajo hay una relación afectiva que se debe crear y que variará de acuerdo con la personalidad del perro.

Patricia y su bastón

“Mientras el perro mantiene una velocidad al caminar y aporta decisiones inteligentes —en un cruce de calles el animal puede desobedecer una orden si sabe que estás en peligro—, el bastón depende mucho más de tu capacidad de orientación”, destaca Patricia.

“Yo soy una persona muy auditiva y reconozco que empecé mi experiencia de orientación y movilidad más tarde de lo que otras personas no videntes. ]Entonces mis estrategias quizá no son tan desarrolladas como otras personas que tienen unas estrategias impresionantes de movilidad”, reconoce. “Yo utilizo mucho la guía, de alguien o de cualquier persona”, asegura.

Es imprescindible a la hora de movilizarse, aprender a preguntar a solicitar direcciones y mantener un balance emocional entre la relación con el guía y la información que vas detectando con el bastón. “Eso para mí es importante porque puedes tener una mano con el guía y otra con el bastón y vas manteniendo tu autonomía en cierto sentido”, explica.

Pero el hecho de que una persona se deje guiar no significa una renuncia a la propia autonomía; “significa un dejarme acompañar, y también es establecer una relación”, afirma.

Existen diferentes tipos de bastón con diferentes características, dependiendo del terreno donde uno se maneje. Algunos simplemente son bastones de identificación con sus colores, quienes están alrededor se percatan que se trata de una persona ciega.

A mí, personalmente siento que me dan independencia, dependo más de mi capacidad auditiva o de mi capacidad de decisión o de la capacidad que tenga de trabajar en equipo de forma colaborativa con otra persona. A mí me viene bien, según mi estilo de vida me siento cómoda con esta opción que he elegido”, sostiene.

Para Ana Lucía, “con el bastó recibes más información, vas tocando. Con un perro, una de las cosas que más me sorprendió, en un principio, era la poca información y la confianza que tienes que tener a este animal de que sabe lo que está haciendo”,

El perro desarrolla cierta velocidad y si se equivoca, la persona puede hacerse daño. En ese caso, el bastón aporta más información, permite ir tanteando y frenar si es necesario. Pero el perro aporta otras ventajas, como la direccionalidad. “El perro guía me ayuda mucho porque te mantiene en una línea recta. Esto es crucial en un cruce de calles”, explica Ana Lucía.

Perros y bastones en Panamá

Panamá no es una ciudad caminable, ni con bastón, ni con un perro guía, ni con andaderas, muletas o sillas de rueda. Tampoco lo es para quienes no requerimos de ninguna de estas ayudas y gozamos de nuestros cinco sentidos.

“Una de las cosas que a mí me complica más en Panamá son las cunetas, porque hay una distancia enorme desde donde estás parado a donde tienes que cruzar y está esa hondonada que se puede llenar de agua; las aceras no son amplias, las raíces de los árboles se levantan, Panamá, no es la ciudad más caminable”, lamenta Ana Lucía.

En Panamá, Cassie tiene más trabajo en interiores ya que para movilizarse en panamá no se puede caminar tanto y hay que tomar algún transporte.

“La realidad de Panamá es una realidad difícil , yo admiro mucho a las personas que se desplazan solas, que hacen las travesías caminando, o en medios de transporte público”, dice Patricia, quien se apoya mucho de la tecnología y aprovecha plataformas como Uber.

Aplaude los avances que se han hecho con el restablecimiento de las aceras en las que se han incluido líneas de seguridad y puntos podotáctiles que anuncian una intersección , pero con ese aporte debe también existir un esfuerzo de divulgación.

“Es información para el bastón. También hay señales audibles, pero no en todas partes”, establece Patricia.

Barreras físicas

Para nosotros es importante que las áreas de uso públicos sean accesibles, ya que acatando los lineamientos de accesibilidad universal, no solo garantizamos acceso a las personas con discapacidad sino a todo el mundo”, destaca Jorge Villalba, directo de equiparación de la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), entidad encargada de transversalizar el tema de las política s de discapacidad a todas las instituciones del Estado.

De acuerdo con Villalba, la secretaría ha estado adelantando conversaciones en los municipios del país para que “al momento de ellos realizar o aprobar un plano, ya cuente con las adecuaciones necesarias, para de esa manera poder garantizar la accesibilidad a la población con discapacidad”, dice. “ Las personas con discapacidad aprenden a ser autónomos, siempre y cuando se tengan las señalizaciones correspondientes, ya sean señales podotáctiles, líneas guías, señalísticas en braille; todas esas son adecuaciones que las entidades deben tener”, detalla Villalba.

“La ley 42 del 27 de agosto de 1999, que luego fue modificada por la ley 15 de 2016, establece que los municipios como entes rectores de las obras puedan corregir y sancionar”, agrega.

Estas sanciones van de $1,000 a $5,000 la primera vez, y para los reincidentes, de $5,000 a $10,000 por no tener las áreas accesibles”, detalla.

Lo recaudado con estas multas debe ir a un fondo de Senadis que se llama Fodis (Fondo de discapacidad ) para ofrecer a las personas con discapacidad, ayudas técnicas o genéticas (bastones, sillas de ruedas ).

Sin embargo, el tema de la accesibilidad y de la movilidad no se circunscribe solamente a los municipios.

La misma ley 42 de 1999, “plantea que la atención de las personas con discapacidad debe ser integral y atendida a nivel de todas las instituciones, se establece la responsabilidad del Estado en todos los aspectos e instancias de la discapacidad y se establece la política de transversalizacion”, aclara Migue Atencio, subdirector del Senadis.

Cada instancia debe asumir su responsabilidad. Debe haber oficinas de equiparación de oportunidades en cada una de las entidades. “Nosotros orientamos y damos acompañamiento pero cada institución debe hacer sus aportes”, insiste Atencio.

En el caso de la movilidad se involucran varias entidades como los municipios, encargados de revisar que los planos de obras y construcciones cuenten con las adecuaciones establecidas; el Ministerio de Obras Públicas, que vela por la construcción de aceras (con rebajes y respectivas señales podotáctiles) , pasos peatonales y los más recientes pasos pompeyanos; la ASEP, que establece la ubicación de los postes eléctricos y la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre; esta última, se encarga de los pasos de zebra, semáforos, transporte público con sus adecuaciones (rampas y espacio para personas con movilidad reducida).

Y ya se mencionó que los municipios son los encargados de penalizar.

Sin embargo, Atencio considera como primordial que “el concepto de accesibilidad no se limite o ajuste a una rampa, un pasamanos, inodoro o un mostrador. También tienen , componentes de las TIC (tecnologías de la información y comunicación). como los semáforos sonoros, letreros en sistema braille e incluso señales con iconografías sencillas para discapacitados intelectuales, analfabetas e incluso personas que desconocen el idioma”.

Barreras sociales

Pero también debe haber un programa de concienciación y sensibilización para con la comunidad.

“La concienciación es un trabajo que se debe hacer día con día”, admite Atencio. Aunque se han hecho campañas dedicadas a la sensibilización, no es hasta 2004 que toma fuerza una primera campaña institucional denominada 'Incluye', con anuncios, vallas, y spots en radio y televisión.

En la administración actual

arrancó una campaña llamada “Auténtico”, que promueve las potencialidades de las personas con discpacidad, sobre todo, jóvenes que realizan diferentes actividades. Más adelante se continuará con una nueva etapa de esta campaña.

Pero a nivel de instituciones Senadis ofrece talleres de concienciación a las instituciones que las solicitan. Y con el cambio de gobierno, se ofrece una capacitación a los nuevos funcionarios.

“A través de la dirección de participación ciudadana y el departamento de capacitación y sensibilización, se brindan esos apoyos. También se ofrecen a las empresas comunidades y escuelas, solo hay que enviar una solicitud ya sea en Panamá Centro o en las oficinas regionales que hay en las provincias”, detalla Atencio.

El Viceministro de Cultura Gabriel González está consciente también de las barreras sociales y aboga por una cultura inclusiva: Es igualdad de oportunidades en el acceso y la participación de personas con discapacidad en la cultura, que todos podamos expresarnos a través de la cultura, poder tener acceso a las diferentes expresiones culturales y poder generar una cultura libre de barreras y obstáculos.

“La falta de educación nos lleva a la discriminación. Necesitamos capacitar a los maestros para que ellos puedan entender las necesidades de los estudiantes y lograr una educación inclusiva, brindando diversas oportunidades de aprendizaje para el desarrollo de las personas con algún tipo de discapacidad y de esa forma poder disminuir la discriminación en las escuelas”, reflexiona.

Y desde su cargo en MiCultura, está determinado a establecer políticas públicas que garanticen el acceso a la cultura a todos, incluyendo a personas con cualquier tipo de discapacidad. “Necesitamos eliminar las barreras físicas, de comunicación y actitudinales que dificultan la capacidad de las personas de tener una participación plena en la cultura y por tanto en la sociedad”, afirma.

Y es que de acuerdo a González, “el arte y la cultura son herramientas que facilitan la inclusión y a su vez promueven la visibilidad de las personas con discapacidad. Es muchas veces la única forma que tenemos para poder expresarnos. La pintura, la danza, la música o el teatro son instrumentos de comunicación que favorecen la integración social y además permiten desarrollar nuestra creatividad e imaginación. Podemos expresarnos culturalmente de manera autónoma si encontramos el entorno adecuado por eso es muy importante la accesibilidad en la cultura”,

Hoy y hacia el futuro

Para Patricia es prioritario tener una ciudad caminable, accesible y con seguridad. “Creo que es tan prioritaria la parte arquitectónica como la parte de seguridad a nivel de cultura. Y quizá la cultura no se prioriza. Siempre se habla de las barreras arquitectónicas, pero nos olvidamos del resto. Creo que es prioritario el tema de una cultura de respeto. Respeto a las aceras, respeto a los estacionamientos de discapacidad, respeto al peatón cuando va cruzando la calle. Yo te diría que entre los elementos prioritarios es una cultura de respeto. Es la accesibilidad y la cultura en pro de la accesibilidad”, explica Patricia.

En tanto, para Ana Lucía, esta reciente visita le ha hecho notar algunos cambios.

“Creo que se está creando un poco más de conciencia. Este avance con el decreto sobre los animales de servicio, y en momentos en que me han dicho, no usted no puede entrar, la misma gente alrededor dice 'oiga cómo no la va a dejar, si es un perro guía'. El hecho de que hay gente que conozca de qué se tratan las cosas, gente que te diga, ¿necesita ayuda? gente que tiene la conciencia de que necesitas cierta asistencia y que te pueden dar esa asistencia, es un avance muy bueno, pero están ocurriendo cosas que se deben corregir”, resalta.

“Y no es que en otros lugares, en otros países no ocurran, pero levantas una queja y se sanciona a la persona. hay un sistema al cual tú puedes acudir y eso se soluciona”, cuenta.

Por otra parte, su perro guía, le ha servido también como un puente de comunicación con otras personas. “Si no es por el perro, no se hubiesen acercado a mí”, plantea Ana Lucía.

Y es que el grueso de la población no conocen la forma correcta de dirigirse a una persona con discapacidad y evitan hacerlo.

“Hay una necesidad de ampliar el tema de la discapacidad”, reclama Ana Lucía. Cómo abordar a una persona, de acuerdo a su condición. Y esto solo se logra con educación”, concluye.

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