'Poco ortodoxa', la reinvención de la libertad

Actualizado
  • 09/04/2020 00:00
Creado
  • 09/04/2020 00:00
La nueva propuesta de Netflix muestra la historia de Etsy, una joven judía de Nueva York que decide tomar un avión y alejarse de su comunidad de una vez por todas. Así llega a Berlín, donde el proceso de descubrimiento personal la envuelve en una lucha constante para dar paso a su verdadera identidad

Etsy sueña con la libertad lejos de la comunidad jasídica en la que nació y creció, y cerca de un matrimonio que se encuentra en la cuerda floja, por lo que planea su huida en busca de nuevos horizontes para descubrir su verdadero ser. Para Shira Haas, quien interpreta a la protagonista Etsy, encarnar a la joven tímida fue un proceso largo e intenso en el cual tuvo que entregarse al personaje en todo sentido, aun cuando su ascendencia israelí no encajaba del todo con la historia.

La serie fue grabada en su mayor parte en Berlín, contando con sitios auténticos de la II Guerra Mundial.

En la nueva miniserie limitada de Netflix, 'Poco ortodoxa', –basada en las memorias de Deborah Feldman, 'Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots'– el timón está en manos de la directora Maria Schrader, de la guionista Anna Winger y de Alexa Karolinski, quienes llevan de manera sutil y equilibrada los temas de búsqueda de la identidad personal, el escape de los orígenes de Etsy y su desarrollo como una nueva persona, independiente de una comunidad estricta y las expectativas de su familia.

De manera valiente, Etsy deja todo atrás y llega a las calles de Berlín sin dejar rastro de escape en Nueva York, sin embargo, es seguida por su marido Yanky Shapiro, como parte del plan de su familia para devolverla a la comunidad. Para Haas, pasar por las diferentes etapas de Etsy entrelazadas en yidis (lengua de comunidades judías) e inglés –que no comparten casi nada con su lengua materna hebrea– fue un proceso de aprendizaje, como indicó al medio Indiewire: “El rol me exigió que investigara mucho, lo que incluía, por supuesto, leer el libro varias veces, pero también internet y ver muchas entrevistas y conferencias, y leer sobre los rituales, que son muy diferentes, y el lenguaje, por supuesto”.

Desde el diseño de interiores hasta la fotografía empleada en la serie, la transformación de Etsy de niña a mujer es repasada ante el espectador con gran detalle, sin perder el foco en la importancia de mostrar la evolución emocional de la protagonista mientras se desenvuelve en la Alemania actual. Pese a que cada uno de los cuatro episodios dura cerca de 55 minutos, la trama mantiene un ritmo interesante, mostrando cada escena como parte del rompecabezas que supone la vida de Etsy.

Entre recuerdos de un pasado menos tormentoso y la vida presente de la joven judía se pueden encontrar las verdaderas razones de su huida a Europa, sus experiencias dolorosas e inseguridades al conocer un mundo nuevo que se le había negado sin explicaciones. Incluso, el lenguaje corporal de Haas deja ver claramente los momentos en los que su personaje va aceptando la transformación en su interior, siendo notable para quienes la rodean.

Aún cuando la serie trata de no desprestigiar las tradiciones religiosas de la comunidad jasídica, entre las motivaciones de Etsy para abandonarla está la infelicidad de su matrimonio –impuesto por la unión de una casamentera antes de cumplir la mayoría de edad–. “Las mujeres son máquinas de hacer bebés”, comenta un personaje dentro del programa, una frase que cala en lo que Etsy busca olvidar: su fallido intento por tener una vida normal y un hijo.

Las escenas de intimidad que destacan son tratadas por Schrader de manera muy sutil, sin caer en la lascivia o la violencia emocional, sino enfatizando todo aquello a lo que la protagonista ha debido renunciar para obtener la oportunidad de reconstruirse. “Fue una parte importante de su viaje y siempre fue tratado así, muy gentilmente, con tanta sensibilidad. Hablamos mucho antes sobre por qué necesitábamos contarlo y cómo hacerlo, y fue realmente importante mostrarlo en la historia, no solo los puntos de vista físicos o el dolor, sino también su viaje emocional”, anotó Haas a Indiewire.

Refugiada en la música, Etsy se encuentra con una oportunidad de crear una nueva faceta en un prestigioso conservatorio alemán –pese a la prohibición de su familia de cantar o tocar algún instrumento–, pero los retos que enfrenta parecen hacerle retroceder en algunos momentos, mientras en otros actúan como combustible para la representación de Haas. Al tratar de hallar su propio camino, los recuerdos de su familia la siguen, con una madre exiliada y un padre ausente emocionalmente; su abuela es su único contacto en Nueva York, y representa sus días como parte de una sociedad que no formará parte de su futuro.

División entre dos mundos

Si bien la serie tiene tacto sensible ante las necesidades de Etsy y sus sueños, también muestra el lado de su esposo, Yanky (Amit Rahav), que es arrastrado por su primo Moishe (Jeff Wilbusch) a Berlín para encontrarla y regresarla a Brooklyn. Desde el primer momento la trama muestra a Yanky como un ejemplo de hombre judío, que quiere hacer todo “como Yahveh manda”, lo que incluye su vida en pareja con Etsy.

Las intenciones de él como esposo se muestran confusas y divididas entre el mundo que conoce y que cree que será mejor para Etsy, y las ansias de ella por dejarlo, lo que le hace dudar de la posibilidad de tener un matrimonio estable en un futuro. El camino hacia el descubrimiento personal también le afecta y hace que se muevan pequeños engranajes en su interior.

“No sé nada sobre las mujeres”, confiesa en una escena, lo que deja al descubierto para el espectador que se mantiene en la ignorancia de la infelicidad de su joven esposa, incapaz de hacer algo al respecto por mejorar la deteriorada relación. La escapada de Etsy hace eco en el necesario crecimiento de su cónyuge y el nivel de madurez que le obliga a aumentar durante su búsqueda.

Para Haas, protagonizar la serie representó un salto en su carrera actoral tras haber participado en 'Shtisel' para Netflix.

Con un guion potente y acertado, las cocreadoras Winger y Karolinski logran dar un golpe de tensión y alivio, envuelto en un ambiente casi de thriller, mientras el espectador sigue paso a paso el viaje de Etsy en Berlín y sus experiencias, dando una perspectiva fresca que no siempre se explora en cuanto a la reinvención de un personaje. Esto se demuestra en la pérdida de la identidad de Etsy cuando es llamada “la esposa de Yanky Shapiro”, y es aquella etiqueta la que confirma su ideal de vivir fuera de los límites de su comunidad arraigada al pasado y con barreras invisibles, pero firmes.

Con pocas habilidades aplicables en el mundo moderno –ya que ni siquiera sabe utilizar una computadora o navegar en internet hasta que llega a Berlín–, Etsy lucha día tras día para conocerse lejos de las reglas religiosas de su familia, aún cuando esta se mantiene inamovible en sus raíces, y en sus enseñanzas enfatizan: “Cuando olvidamos quiénes somos, desatamos la ira de Dios”.

Para su comunidad, Etsy se convierte en un ejemplo de abandono y traición, mientras que ella se ve a sí misma como quien toma las riendas de su vida a los 19 años, después de muchas humillaciones y ofensas en su contra. Aunque la trama muestra el respeto de Esty por sus raíces y la importancia de tener bebés para “recuperar los 6 millones de judíos sacrificados por los nazis”, también se ve su determinación por no regresar, ya que sabe que nada será igual y su libertad estaría en juego.

“Williamsburg no es América”, apunta Haas en personaje, en una escena donde desborda seguridad en sus pasos, decidida a conseguir su libertad a toda costa, y fuera de toda mirada de su pasado, la joven deja salir un suspiro de alivio y reinvención de manera magistral, dando por entendido que, es entonces, el momento en el que su nueva vida comienza.

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