Pedro Miguel González:

‘El PRD no va a cambiar mientras que no se cambie el liderazgo político del partido’

  • 06/07/2025 00:00
El exdiputado cuestiona a su partido y la dureza del presidente con determinados sectores de la población. Advierte de una deriva autoritaria y el rol de la “nueva” Asamblea como contrapeso

Para el exdiputado y antiguo secretario general del Partido Revolucionario Democrático (PRD), Pedro Miguel González, el gobierno del presidente José Raúl Mulino es débil y su propio liderazgo acrecienta esa característica, como ocurrió con la Ley 462 que reforma la Caja de Seguro Social. Para este Polígrafo de La Estrella de Panamá, da su lectura de los cambios en la Asamblea tras el fracaso del oficialismo con respaldo del PRD. Cuestiona la dirección de su colectivo y advierte sobre una deriva autoritaria del Ejecutivo, que podría agudizar la crisis. Un escenario en el que la Asamblea puede jugar un rol clave para construir puentes.

¿Cuál es su lectura del reciente matraqueo en la Asamblea?

Son alianzas que se dieron casi que de forma natural. Luego de todas las contradicciones vistas y sobre todo los efectos de la Ley 462, era lógico que en medio de la crisis política que vive el país, en la Asamblea surgiera una expresión que intenta hacerle contrapeso a Mulino.

Está claro que el gobierno perdió, pero ¿quién más ganó y perdió?

Sin duda, el presidente y su equipo de gobierno; obviamente Realizando Metas y también el liderazgo actual del PRD. Está por verse si esta nueva mayoría en la Asamblea va a tener el manejo y la madurez suficiente para hacer balance y contrapeso, pero también estirar la cuerda y no romperla. Es decir, hay que hacer contrapeso, pero también tener una actitud de armónica colaboración entre los órganos del Estado. La Asamblea tiene un papel importante que jugar en la crisis. Entre el año 2001 el gobierno de Mireya Moscoso se tambaleaba por movilizaciones sociales importantes, la Asamblea estaba controlada por la oposición, pero abrió espacios y tendió puentes con los actores sociales con el gobierno. Igual podría pasar con la Ley 462, al ser una propuesta impopular y que condena a esta y a las futuras generaciones a pensiones de miseria. Es difícil hacer eso con un presidente intolerante e intransigente; debe cambiar esa actitud si no quieren agudizar la crisis.

El presidente quedó en una situación entre Shirley Castañedas, ligada el expresidente Martinelli por un lado, y Jorge Herrera, cercano a Juan Carlos Varela por otro. Dos figuras problemáticas para Mulino. ¿Cómo ve esa dicotomía?

El presidente y su equipo estaban tan incómodos con la candidatura de Shirley Castañedas, que el día domingo, regresando de su viaje a Europa, él veía con buenos ojos tanto la candidatura de Jorge Herrera que ha sido un diputado del panameñismo que ha estado muy articulado también con el liderazgo de la Asamblea pasada [...] igual con la diputada Dana Castañeda y el diputado Manuel Cohen, esas eran las dos opciones. Para evitar que Castañeda llegara a la presidencia, desde el propio Palacio de las Garzas se movieron estas opciones. Ahora, al final, cuando ve que está dejando en oposición y minoría a su propio partido por falta de cálculo y de error político, trató de recoger las velas y ya le fue tarde, no pudo. El resto de los diputados todos estaban articulados. ¿Cómo se articulan estos diputados que históricamente se han articulado con el poder? No importa quién gobierne, no importa si ellos son de partido de gobierno o de oposición, siempre se articulan con Ejecutivo porque esa es la forma en que ellos entienden la política. Porque desde San Felipe se dieron las señales. Ellos armaron la tormenta perfecta.

¿Cómo explica la postura del PRD? Dice ser de oposición apoyando al partido de gobierno

La bancada del PRD tuvo la intención de llegar a entendimientos con esta nueva mayoría. Ellos desde el miércoles de la semana anterior intentaron reunirse con el panameñismo, con Vamos, y aunque Juan Diego Vázquez, que ya ha tenido experiencia en la Asamblea y dice que dirige el grupo de diputados independientes no lo veía con malos ojos, hubo posturas muy radicales tanto del panameñismo como de Vamos para que el PRD se sumara a esa mayoría. Hay algo también que debe saberse y lo vamos a ver en corto plazo: como el PRD estuvo en el gobierno en la vuelta pasada y controló la Asamblea durante el gobierno de Cortizo, hay muchos espacios en la planilla de la Asamblea copados por compañeros de nuestro partido y de otros partidos. Hay quienes forman parte de la nueva mayoría, tanto de Vamos como de los otros partidos, que ven esos espacios como una especie de botín político. Pronto nos daremos cuenta de si ese nuevo liderazgo va a hacer barrería de funcionarios. Se habla incluso de aprobar una ley para echar para atrás la ley de carrera legislativa y aquellos con estabilidad serán removidos.

¿Entonces el PRD es progobierno?

Se estrenaron como un partido colero del gobierno. Pero en el camino fueron tomando decisiones acertadas, como el rechazo a la Ley 462. No solamente en la bancada, sino incluso en el Consejo Directivo Nacional del partido, que fue el que tomó la decisión y obligó a los 12 diputados del PRD en la Asamblea a votar en contra del proyecto de ley, eso les dio crédito. Lo contradictorio ante la opinión pública y ante el propio partido es que entonces termine, luego de haber hecho eso, endosando la candidatura de gobierno. Si tú no haces una lectura de lo que está ocurriendo en la sociedad, cometes muchos errores. Y eso es lo que está ocurriendo con la actual dirección del PRD que se confunde también con la dirección de la bancada de diputados [...] el PRD no va a cambiar mientras que no se cambie el liderazgo político del partido. El PRD puede y debe jugar su rol crítico al gobierno, para hacer más robusta las fuerzas de oposición.

Algunos diputados hablan de que la verdadera oposición se verá cuando se discuta la Ley 462 ¿Lo ve así?

Hay varios diputados, incluso de la bancada que hace mayoría en esta ocasión, que han planteado esa posibilidad; yo creo que es necesario. Ahora, el presidente ha dicho que no va a sancionarla. La Constitución dice que si no lo hace y pasa el tiempo, el presidente de la Asamblea lo puede hacer. Si Mulino la objeta por inconveniente, la Asamblea la puede aprobar por insistencia, y si la objeta por inconstitucional, que a veces lo hace el Ejecutivo aunque no tenga méritos para ello, es la Corte Suprema la que debe verlo. Es importante que la Asamblea dé ese paso.

¿Cómo evalúa el último discurso del presidente?

Hay quienes piensan que lo que ocurrió en julio (protestas por alza de la gasolina) del 2022 y en noviembre del 2023 (protesta antiminera), fue por falta de liderazgo, que Cortizo era un presidente ausente. En contrasentido, Mulino trata de ser un presidente de carácter para corregir eso, ellos creen que fue lo que ocurrió en ese momento. Lo que está ocurriendo en la práctica es que el presidente con su autoritarismo ha conseguido ser en los últimos 35 años el presidente con mayor desgaste en su primer periodo. No hay posibilidades, por ejemplo, de que hablemos ahora de convocar a una constituyente [...] tenemos un gobierno extremadamente débil, que no puede someterse al escrutinio de una elección [...] es un presidente autoritario ante los débiles, ante la población, con el respaldo de la fuerza pública, pero se muestra dócil ante las presiones del poderoso del gobierno de Estados Unidos. Además, él y su entorno, son de estos panameños que piensan que aquí en Panamá no hay ninguna opción política viable si no cuenta con el beneplácito de Washington. Ojalá que en algún momento se planten con firmeza. Hay un despertar ciudadano en defensa de la soberanía.

El presidente dice que hay fuerzas que buscan desestabilizar su gobierno...

El principal desestabilizador del gobierno y Panamá es José Raúl Mulino. Es su actitud, su posición. Él no está gobernando, él está mandando. Dice que “si tiene que ser dictador, lo será”. Está muy rodeado de ese eslogan militar, siendo él de la Cruzada Civilista. Esa actitud intransigente es la que tiene encrispados los ánimos; Mulino se está jugando la gobernabilidad.

¿Qué piensa que puede ocurrir si siguen las cosas como están?

La única forma de sostenerse es el miedo y la imposición, utilizando la fuerza pública con entrenamiento militar, como el Senafront o Senan, para sofocar protestas, fue lo que hizo en Bocas del Toro. Días antes del vandalismo en Bocas del Toro, había más de 2,000 efectivos en la provincia, pero ocurrió el saqueo de Changuinola. El propio ministro de Seguridad dijo que no fueron los docentes ni los sindicalistas los que realizaron los actos vandálicos, sino miembros de pandillas. ¿Dónde estaba la fuerza pública? ¿Fueron estos actos vandálicos promovidos desde el gobierno? Es una gran interrogante, pero fueron la excusa perfecta para establecer el estado de urgencia y suspender las garantías constitucionales. Ese camino de la confrontación y debilitamiento del movimiento social y sindical busca facilitar la imposición de medidas impopulares. Mulino construye algo parecido a lo que había antes de 1968, un matrimonio entre los sectores económicamente poderosos y la policía. Los miembros de la fuerza pública, que en su gran mayoría, estoy seguro, son torrijistas, no se dan cuenta de esto que estoy diciendo.

Ni a trabajadores, empresarios ni al propio gobierno le conviene profundizar la crisis. ¿Cuál es la alternativa?

Hay una oportunidad ahora con el nuevo liderazgo en la Asamblea Nacional si quienes conforman la nueva mayoría no entran en el rejuego del clientelismo y el electoralismo. Me refiero a que pretendan ahora no solamente disfrutar de los espacios que tienen dentro de la Asamblea o someterse a las aspiraciones del órgano Ejecutivo a cambio de prebendas. Deben actuar en consecuencia con un liderazgo opositor, así se puede hacer el balance y el contrapeso, no solo por la crisis del Seguro Social, sino por los otros temas que vienen. En algún momento el señor Mulino tendrá que comprender que él tiene que gobernar generando consensos; no lo está haciendo. Ha venido imponiendo la voluntad de él y de los sectores económicos que lo respaldan.

Pedro Miguel González
exsecretario general del PRD
Mulino y su entorno son de estos panameños que piensan que aquí en Panamá no hay ninguna opción política viable si no cuenta con el beneplácito de Washington”.
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