Orit Btesh: 'Hay una falta de liderazgo en el país que se nota y se siente'

Actualizado
  • 11/07/2020 00:00
Creado
  • 11/07/2020 00:00
La presidenta de Capali calienta los motores para una nueva edición de la FIL que se desarrollará del 13 al 16 de agosto. Comparte sus inquietudes en materia sociocultural y abraza el afán de un sistema más humano y sensato que se ocupe de inyectar recursos a la educación con la brújula de un buen liderazgo gubernamental

Orit Btesh es una mujer frontal. No se quiebra ni se autocensura. No pretende agradar, solo difundir su verdad a través de un verbo en el que apuesta por un país que haga honor al poder de la enseñanza. Como presidenta de la Cámara Panameña del Libro (Capali) y tras el reciente lanzamiento de la Feria Internacional del Libro (FIL) que se realizará del 13 al 16 de agosto, platicó sobre los retos del aprendizaje digital, gobernabilidad, liderazgo y la necesidad de un Estado en el que no solo se fortalezcan las instituciones tradicionales, sino que se le dé un merecido sitial a la cultura. En un encuentro que sucede vía telefónica, lejos de la quietud y los colores de El Hombre de la Mancha, Btesh se muestra tajante sobre el peso del gobierno en la edificación del bienestar social: sin un líder, el camino es un abismo. “Cuando hay un líder y un almirante en el barco, se siente que hay un norte; los capitanes se levantan todas las mañanas y dan la dirección que el barco tiene que seguir, y aquí no la hay. Hay fuerzas políticas que jalan cada una para su lado y para su bolsillo; el pueblo se siente abandonado”.

Orit Btesh, presidenta de la Cámara Panameña del Libro
'Leer nos acerca' es el mensaje de esta nueva edición, ¿qué tanto nos aproxima la lectura al reconocimiento de nuestra sociedad?

Siento que a través de la lectura, la gente se puede conectar con una historia, las personas; realmente es algo que podemos tener en común y nos hace sentir más cerca luego de estar tan alejados los unos de los otros con esta pandemia. Estamos tan aislados y hemos perdido tanto el contacto físico que los seres humanos necesitan... estoy tratando de manejar de la mejor manera posible las herramientas virtuales para lograr el acercamiento que la gente requiere y, a través de la lectura, lo podemos lograr. En la plataforma virtual cada quien podrá escoger su avatar y sentir que está caminando dentro de la feria; estoy tratando de llevarlo lo que más pueda a la realidad.

¿Cuáles han sido las dificultades de producir el evento en una versión digital?

Entender cómo funciona la tecnología (ríe). Me ha costado mucho a nivel personal; todavía emitía cheques para pagar cuentas en mi empresa y no hacía transferencias, así que ahora tuve que reinventarme prácticamente. Tuve que tirarme al agua y nadar (ríe, de nuevo), cuando empecé a indagar sobre cómo implementar la feria y hacer la diferencia. Entré en la feria de Bogotá, en la feria de Latinoamérica y luego en una reunión con la Casa de las Américas, en Portugal, participando con varios editores para ver la realidad de otros países en la búsqueda de marcar la diferencia; encontré una plataforma interesante, sin saber si podría conseguir el dinero y los patrocinios –de hecho, de la FIL de 2019 la Alcaldía todavía no nos ha pagado el patrocinio–, pero me dije que hay que seguir luchando contra los molinos de viento y adquirimos la plataforma, que tiene un costo alto y estamos tocando puertas para cubrir los gastos.

La pandemia parece ser una oportunidad de reflexión acerca de la importancia de motivar la lectura, especialmente, entre los niños y jóvenes que de un día para otro han debido abandonar las aulas para estar en casa, ¿coincides?

Sí, definitivamente. La lectura en Panamá había cogido fuerza antes de la pandemia. Posteriormente traté de apoyar al Ministerio de Educación junto con Unicef; lo que hicimos fue crear unos módulos de cuentos con valores para transmitirse en SerTV y en algunas plataformas del Meduca para impulsar el aprendizaje virtual. Quiero hacer un paréntesis para hablar sobre la falta de accesibilidad en ciertos estratos sociales; es una pena que Panamá invierta dinero en cosas que no son importantes y no en la comunicación que abarca también la internet. Apoyando a Meduca nos dimos cuenta de todos los lugares que no tienen acceso a internet; hay padres de familia que compran tarjetas prepago y el niño se puede conectar a través del celular del papá, pero la tarjeta dura solo dos horas. Toda esta problemática es lo primero que tenemos que superar para pensar luego en otras cosas.

La comprensión lectora es una de las habilidades de mayor impacto en el desarrollo humano, en la adquisición de habilidades sociales y en el desarrollo del pensamiento. ¿Qué tanto hemos avanzado en Panamá?

Panamá está mejor que antes, pero falta un camino largo por recorrer y todo viene del hogar; si no invertimos, los niños no tendrán acceso a la lectura ni a la educación.

¿Cómo evalúas la actuación del sector gubernamental en la profundización de iniciativas como la FIL?

Si hablamos del papel a través del Ministerio de Cultura, que para mí es un bebé de cuyo parto me siento parte, te quiero decir que he recibido mucho apoyo del ministro Carlos Aguilar, de Daniel Domínguez; hacemos reuniones semanales y estamos logrando sacar la feria adelante. En materia económica, sobre haber recibido algún apoyo, no puedo darte una respuesta afirmativa. Por otra parte, también da un poco de pena tener que llamar a la Presidencia o enviar un e-mail pidiendo apoyo, o a otras organizaciones, porque siento que hay un poco de desorden en la comunicación y en todo el manejo. Hay una falta de liderazgo en el país, y eso se nota, se siente. De parte del Ministerio de Cutura hay apoyo, pero falta la parte económica que es fundamental; acceder a todas esas tecnologías no es gratuito, al contrario, tienen un costo muy alto.

¿Cuál sería entonces el escenario ideal en el que con un buen liderazgo se estimule el aprendizaje en Panamá?

Quisiera escuchar a un gobierno que le dé importancia a la parte cultural y educativa. No puede ser que... y no quiero apuntar a nada específico, pero cuando hay un líder y un almirante en el barco, se siente que hay un norte; los capitanes o almirantes se levantan todas las mañanas y dan la dirección que el barco tiene que seguir, y aquí no lo hay. Hay fuerzas políticas que jalan cada una para su lado, y para su bolsillo, y el pueblo se siente abandonado; todos nos sentimos abandonados porque no sabemos qué va a suceder mañana. Como empresaria, estoy en el bloque tres y debo invertir para tener listas las tiendas sin tener certeza de nada, no sabemos qué va a pasar mañana; todo se resume a murmullos; no hay un líder que se pare en la pantalla de televisión y nos diga cuál es el orden del día y a qué atenernos. Eso es doloroso. Cuando estuvo en la Asamblea, el Presidente dijo que habría préstamos para la pequeña y mediana empresa; cuando te acercas a los bancos, eso no existe porque están apretando. Todo se queda en el aire y no hay nada concreto.

¿Qué tanto de su natal Israel y qué tanto de Panamá hay en el espíritu de Orit Btesh?

(Ríe) Te voy a responder de esta manera... ¿Quién es una madre verdadera, la que te parió o la que te educó? Realmente crecí en Panamá; llegué a los seis años, me crié acá, me siento muy panameña. Como judía, celebro todos los rituales religiosos de la cultura, pero me siento muy panameña. He dado bastante por este país en el que crecí, donde mis hijos y nietos también han crecido, y quiero dejarles, al final de mi vida, un Panamá con un nivel de cultura y educación más alto.

En nuestra última entrevista comentaste con preocupación que en Panamá hay mucha corrupción. ¿Cómo desmontamos este patrón a través de la educación?

La educación es la base de todo. Para mí, los seres humanos nacen buenos y la gente se corrompe en el camino por los modelos que ve a su alrededor. No puedes decirle a tu hijo que no fume, si tienes un cigarrillo en la mano, porque eventualmente lo hará. Lo mismo sucede con la lectura; si tu hijo no ve libros en tu mesita de noche, no lo imitará. El ser humano funciona por imitación. Desgraciadamente, si seguimos teniendo líderes corruptos que piensan solo en su bolsillo, verás la corrupción a todo nivel; si no modificamos eso de raíz, nada va a cambiar. El modelo de liderazgo político que el pueblo recibe, es el que va a imitar, así como el hijo imita al padre; el cambio vendrá si invertimos en educación y no está pasando... Panamá tiene un porcentaje altísimo en inversión educativa, pero se diluye porque no hay una mejora en el nivel educativo.

¿Cuál sería la mancuerna entre los sectores público y privado para robustecer la cultura?

Primero debe existir la conciencia de que tenemos que ayudar al país. Me entristece mucho pensar en los programas de responsabilidad social que tienen muchas empresas, porque al final lo ven como una inversión en mercadeo y no en su país. Si la empresa privada no cambia y piensa en sus colaboradores y en mejorar la situación económica, de salud y de educación de sus colaboradores, no está pensando en el país. Todos tenemos que cambiar esa mentalidad, porque así como lo vemos en el gobierno, también sucede en el sector privado. Tenemos que unir fuerzas y dibujar una nueva ruta para encaminar a Panamá de otra manera, con un liderazgo positivo.

Hace casi un año me decías que “cuando le damos un lugar a la cultura, toda la población mira con otros ojos”. ¿Cuáles crees que podrían ser son los retos de MiCultura para propiciar nuevos acercamientos con la población, fuera de los canales convencionales como eventos presenciales o salas de teatro?

En el ministerio están haciendo un esfuerzo importante. No es fácil, recuerda que todo el gremio que vive de la cultura, como artistas, músicos o teatristas, en este momento no tiene para comer. Voy a tratar de incluir a todo ese equipo humano para que sea parte de la feria de manera virtual; estoy tratando de invitar a músicos, se trata de un todo y de la cultura del país. Estoy confiada en que el ministro Carlos Aguilar tiene buenas intenciones; son verdaderas y sé que hará todo el esfuerzo. Panamá ha pasado por varias crisis y hemos salido adelante; creo que somos un pueblo con fortalezas, positivismo, y con esa buena disposición avanzaremos.

¿Qué otras iniciativas consideras que las entidades sociales, culturales, y políticas deben fomentar para generar espacios de debate sociocultural?

Creo que el gobierno debería escuchar más a su gente, y los debates deben encaminarse a ejecución. Pueden tomar a un genio con ideas maravillosas, pero si no la llevan a cabo, no sirve de nada. Falta un buen liderazgo. Yo confié en el nuevo gobierno, fui parte de la Junta Nacional de Escrutinio y pensé en todo momento que Nito Cortizo tenía liderazgo, aunque a veces veía que no participaba en algunos debates, pero pensé que tendríamos un liderazgo más fuerte y enérgico... nos falta un líder fuerte y con el deseo de echar el país hacia adelante. Cuando las personas llegan a una edad de madurez, se atreven a escuchar a los demás; creo que todos debemos madurar para que podamos sentarnos a dialogar y ejecutar los cambios. Que las cosas no se queden en el tapete.

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