Balanitis, una afección con graves consecuencias

Actualizado
  • 26/10/2020 00:00
Creado
  • 26/10/2020 00:00
Se trata de una inflamación del glande, ocasionada por causas múltiples como una higiene deficiente o lesiones premalignas que evolucionan a un cáncer de pene, si no son atendidas en sus inicios

En el mundo existen muchas enfermedades que afectan tanto a hombres como a mujeres por igual. Sobre todo, aquellas relacionadas con las infecciones por parte de patógenos, pues ellos no diferencian si el cuerpo que colonizan es femenino o masculino. Sin embargo, hay una serie de trastornos que, debido a las diferencias biológicas entre ambos sexos, presentan una mayor incidencia en los hombres.

De hecho, los expertos aseguran que la balanitis es una causa frecuente de consulta en urología.

Uno de ellos es la balanitis, la cual se caracteriza por la inflamación del glande en el hombre, aunque este padecimiento también puede presentarse con menor frecuencia en el clítoris, en mujeres.

Aunque si también se inflama el prepucio, se produce balanopostitis (una inflamación que solo pueden padecer las personas que no están circuncidadas), la balanitis se utiliza a menudo para referirse a ambos casos y los expertos aseguran que la balanitis es una causa frecuente de consulta en urología.

Alejandro Fernández Larrañaga, especialista en urología, menciona en el portal Top Doctors de España que la inflamación del glande puede ir de muy leve, con un suave enrojecimiento de la piel, hasta un enrojecimiento intenso. Las manifestaciones más frecuentes son: hinchazón, punteado rojizo del glande, picor, secreción entre el glande y en el prepucio desde una leve exudación hasta líquido claramente purulento, dolor, mal olor así como también la imposibilidad de retraer el prepucio (fimosis temporal o fimosis definitiva, como ocurre en las balanitis xerótica obliterante, producida por un liquen).

El médico asegura que en el caso de los niños esta dolencia también suele aparecer, ya que cuando sucede la fimosis fisiológica es difícil realizar una correcta higiene, pudiendo producirse una acumulación de esmegma y secreciones que se pueden infectar por bacterias.

Sin embargo, añade que en el caso de los adultos la balanitis puede estar producida por múltiples causas como: liquen o balanitis xerótica obliterante. Igualmente la balanitis candidiásica: la balanitis por cándida o candidiasis es la más frecuente. Representa un 35% de las balanitis de origen infeccioso. Está producida por un hongo llamado candida albicans. Se suele manifestar como un punteado rojizo en el glande y prepucio que evoluciona a un enrojecimiento total, y formación de una capa blanquecina y desprendimiento de la superficie de la piel de la zona, en forma de hebras o hilos, detalla el especialista.

Fernández menciona además, la balanitis por bacterias, las cuales se producen por falta de higiene, enfermedades de transmisión sexual (ETS), coito anal o por simples gérmenes oportunistas.

Así como también la balanitis por infección por el virus del papiloma humano. “La mucosa del glande y del prepucio se vuelve más frágil, provocando que se irrite con frecuencia tras tener relaciones sexuales, apareciendo pequeñas manchas rojizas en el pene. Casi siempre en las mismas zonas. Estas manchas no dolorosas vienen y se van. La penescopía y la prueba de la proteína C reactiva (PCR) ayudan al diagnóstico”.

Todos estos tipos de balanitis pueden llevar a un cáncer de pene así como también la producida por herpes genital y la balanitis de zoon, una inflamación crónica del glande que se presenta con una lesión de aspecto húmedo, de color rojo y brillante, asegura Fernández.

Afectación emocional

En este sentido, Eliécer Pérez Rivera, psicólogo clínico y psicoterapeuta de familia y parejas, señala que la salud del pene es un aspecto importante del bienestar general y va más allá de la capacidad para tener y mantener una erección, eyacular y la imposibilidad de retraer el prepucio (fimosis temporal o fimosis definitiva, como ocurre en las balanitis xerótica obliterante producida por un liquen) reproducirse.

“Los problemas con el pene pueden ser el signo de una afección de salud de fondo. Los problemas de salud que afectan el pene también pueden afectar otras áreas de la vida, y causan estrés, problemas de relaciones o falta de autoestima”, sostiene.

Como medida de protección, Pérez aconseja llevar una vida sexual responsable, tanto a hombres como a mujeres, además de considerar que “el glande es la proporción final del cuerpo del pene, es la parte más sensible y sobresaliente del miembro; por ende, está expuesta a cualquier tipo de enfermedades, mucho más que los testículos y la estructura del pene”.

Medidas de prevención

Las normas preventivas incluyen una buena higiene con la maniobra de retirar la piel del prepucio hacia atrás de forma habitual mientras se baña, el uso de preservativo en las relaciones sexuales, secar la zona luego de orinar y mantenerla seca o lavarse las manos antes y después de ir al servicio.

En cualquier caso, los expertos aconsejan acudir a un especialista en caso de enrojecimiento del glande y el prepucio, hinchazón, ardor y picazón porque “cuando la infección en el glande o el prepucio no se trata a tiempo puede ocasionar lesiones premalignas; por lo que es necesario realizar una biopsia para descartar esta posibilidad, que aunque poco frecuente, se produce ya sea por falta de higiene, no acudir a consulta médica o porque se trata de lesiones que no ceden ante el tratamiento”, explica Manuel Díaz Soto al diario español ABC.

La mayoría de los casos de balanitis se controlan fácilmente mediante cremas o ungüentos, una buena higiene y evitando sustancias que irriten el pene, afirman los médicos.

Es necesario tomar medidas preventivas antes visitar al especialista.
Qué dicen los estudios

Las características clínicas de la balanitis por cándida incluyen eritema leve, y pápulas con o sin pústulas satélites.

Generalmente los pacientes se quejan de quemazón y prurito, sin embargo este aspecto clínico es inespecífico la mayoría de las veces. Los factores predisponentes a la candidiasis genital masculina incluyen a la diabetes mellitus, inmunosupresión y la no circuncisión, detalla un estudio realizado por los doctores Carmen Lisboa, Alcina Ferreira y Carlos Resende publicado en el International Journal of Dermatology.

Según la investigación, la no circuncisión parece ser uno de los factores predisponentes mayores para la balanopostitis. Las bacterias representan la segunda causa más frecuente de balanitis infecciosa: estreptococo, estafilococo aureus, pseudomonas, gardnerella vaginalis, anaerobios, treponema pallidum, chlamydia trachomatis y mycoplasma han sido causas de balanitis, según documenta el portal médico Intra Med.

En este sentido, la investigación muestra que las causas menos comunes de balanitis son las virales y parasitarias. Se evalúan una serie de pacientes con diagnóstico clínico de balanitis infecciosa poniendo especial énfasis en la etiología, factores predisponentes, características clínicas, procedimientos diagnósticos, opciones de tratamiento y seguimiento.

Se revisaron los datos de pacientes con balanitis y balanopostitis de un hospital de Portugal entre 1995 y el 2004. Se recolectaron los datos de edad, estado civil, orientación sexual, número de parejas sexuales en los últimos seis meses, historia de enfermedades de transmisión sexual, enfermedades concomitantes, resultados microbiológicos, biopsia, diagnóstico final, tratamiento prescripto, y datos de seguimiento.

El diagnóstico de balanitis se estableció en base a la presencia de eritema en parches o generalizado con o sin erosiones en el pene o debajo del prepucio, con o sin exudado subprepucial.

En el grupo de pacientes con un diagnóstico clínico de balanitis infecciosa, se realizaba un hisopado y se cultivaba (hongos y bacterias). Cuando se sospechaba herpes genital, se realizaba mediante hisopado el diagnóstico de herpes simple 1 o 2 utilizando reacción en cadena polimerasa. Se realiza biopsia a pacientes con balanitis persistente en la que la causa permanecía desconocida.

A todos los pacientes se les realizaba un test para sífilis, hepatitis B y C, virus de inmunodeficiencia humana (HIV) 1 y 2.

Doscientos diecinueve pacientes (10.7%) presentaron diagnóstico clínico de balanitis entre 1995 y el 2004; 118 (53.9%) tenían diagnóstico clínico de balanitis. Los pacientes tenían entre 20 y 83 años, 67% estaban casados, 96.6% eran heterosexuales, 62.7% reportaron una sola pareja sexual en los últimos 6 meses, y el 57.6% negaban historia de enfermedades de trasmisión sexual. Ningún paciente fue circuncidado. Los síntomas más comunes eran quemazón genital, prurito y eritema de pene y/o prepucio y descarga subprepucial, destacó el estudio.

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