• 02/05/2021 00:00

Entusiasmo

No entendemos el tesón y la fuerza con la que nuestros legisladores se enfrentan, día a día, a la ardua tarea de “(...) modificar, rechazar o aprobar las leyes que necesita el país (...)”

Lo cierto es que no sé de qué nos quejamos, de verdad. Lo nuestro es protestar por vicio. Por hobby. No entendemos el tesón y la fuerza con la que nuestros legisladores se enfrentan, día a día, a la ardua tarea de “(...) modificar, rechazar o aprobar las leyes que necesita el país, nos solidarizamos con las necesidades de nuestra población y aprobamos iniciativas legislativas para enfrentar los daños provocados por la enfermedad que hoy nos azota”. Tal y como expresó el presidente de la Asamblea, Marcos Ernesto Castillero.

El diputado felicitó a sus colegas, “por su productividad y eficiencia en el cumplimiento de la principal función que ejercen como diputados de la República”.

Se despiden de esta sesión con la satisfacción del deber cumplido y se prometen continuar “(…) con el proceso de apoyo de todas las leyes requeridas que sean necesarias en beneficio de la recuperación de la crisis por la que atraviesa nuestro país”.

No se piensen que estos señores no son supervisados por sus pares, el mismo presidente en persona se molestó en hacer un recorrido “(...) rindiendo cuentas de las obras desarrolladas durante los dos períodos como presidente de esta Asamblea. Acciones que me hacen sentir satisfecho por la labor realizada”, claro que sí, merecen palmaditas en la espalda. Descansen tranquilos con la conciencia del deber cumplido.

Por si alguno duda de todo lo que trabajan, el presidente procedió a hacer un poco de autobombo señalando los “Importantes proyectos que destaco: certificación del proceso de elaboración de los proyectos de ley bajo la norma ISO 9001: 2015 y el proyecto Asamblea 507 constituído (sic) por siete módulos, de los cuales, uno es el de las votaciones electrónicas que fortalece la transparencia”.

La pandemia no los ha detenido, al contrario, se han esforzado aún más, desvelándose por todos nosotros, “También reconozco, (sic) que en este periodo superamos la cifra de proyectos aprobados en 3er debate, en periodos constitucionales anteriores, (sic) un logro alcanzado por el compromiso de todos los diputados con la sociedad panameña y por aporte (sic) de las bancadas de la Asamblea Nacional". ¡Qué sería de nosotros, simples mortales sin el apoyo de las bancadas de la Asamblea Nacional que trabajan con entusiasmo! “Debo reconocer el entusiasmo de mis colegas reflejado en el trabajo y la asistencia en las comisiones permanentes y el pleno, el debate de los proyectos de ley, el empeño por encontrar propuestas y proyectos que atenuarán la pandemia”. “Ese entusiasmo hizo posible que de todos los proyectos aprobados en 3er debate, una gran parte de ellos, se analizaran con profundidad y se discutieran con los sectores interesados”. Sin entusiasmo no somos nada, sin entusiasmo no logramos nada, el dineral que se les paga por hacer su trabajo no tiene nada que ver, ¡qué sería de nosotros si los que legislan no tuvieran entusiasmo!

Con entusiasmo aprobaron en el pleno legislativo leyes como el proyecto de ley No. 210, que declara fiesta folclórica el Festival de la Carreta, el Violín y el Toro Suelto en Pedasí y crea su patronato. Entusiásticamente aprobaron, para beneficio de todos y como forma de superar la pandemia que nos azota, el proyecto de ley No. 289, que declara el día 12 de marzo de cada año como día del electricista.

Sin duda y con entusiasmo el contratista que se ganó la licitación de 22,000 dólares para cambiarles las cortinas a los honorables también exclama, ¡loor a los padres de la patria!

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