• 26/09/2021 00:00

Pobreza

Que ella lo hace para no perder su lugar a la derecha del Padre, que no entienden ustedes nada de nada. .

Que ella lo hace para no perder su lugar a la derecha del Padre, que no entienden ustedes nada de nada.

A ver, ella afirma ser pobre y les recrimina a las malas lenguas su insistencia en atacarla, porque ella es una muchacha pobre y los que abundan en sus andanadas se olvidan de que lo único que ella quiere es tener seguro su lugar en el Paraíso, porque todos sabemos que de los humildes será el Reino de los Cielos. Ella es pobre, desde luego que lo es porque, como es de todos conocido, ella hace caso a aquello que se afirma en 2 Corintios 6:10 y vive “como pobre, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo”. Y que no se diga que ella no está enriqueciendo a muchos. ¿A todos? ¡claro que no, almas de cántaro!, vosotros no debéis desear cosas que os van a hacer daño, recordad siempre que Proverbios 22:7 lo dice claramente: “El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta”. ¿En serio queréis ser siervos de ella? No, ¿verdad?, más bien condolámonos de su chófer pluriempleado, sin vida propia de aquí para allá.

Eso es lo que pasa, que lo que tenemos es el corazón de piedra y no entendemos que ella reafirma su pobreza para ser más pequeña que un camello y poder pasar por el ojo de una aguja para entrar a la Vida Eterna. Además, si es cierto que, tal y como se dice en 1 Samuel 2:7, “Jehová empobrece, y él enriquece; abate y enaltece”, si Yahvé se lo dio ¿quiénes somos nosotros para poner en tela de juicio los altos designios del Todopoderoso? ¡Qué osadía tratar de demeritar el trabajo duro!, porque “En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen”, como leemos en Proverbios 14:23, nosotros, por hablar tanto de ella estamos empobreciéndonos y claro, como oveja que bala bocado que pierde, ella no se dedica a berrear palabras vanas sino que sigue cosechando los frutos de su labor de zapa. Todos los días ella repite su mantra, la oración a Jehová que leemos en Proverbios 30:8 “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; (…); manténme del pan necesario”, y solo ella y Dios que ve en lo escondido saben qué es lo que ella necesita para mantenerse.

Los que le enrostramos su despliegue de propiedades y lujos no sabemos que “(…) mejor es el pobre que el mentiroso” tal y como nos recuerda Proverbios 19:22, por eso ella insiste en ser pobre, porque siendo pobre puede clamar a Jehová, haciendo caso a las indicaciones del Salmo 34:6 “Este pobre clamó, y lo oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias”, en este caso sería ella, la pobre, la que clama y clama en el desierto de este erial en el que no encuentra ni perdón ni misericordia, pero si su dios con ella, ¿quién contra la pobre? Además, siendo pobre puede hacer oídos sordos a las críticas, hecho incontestable que señalan los Proverbios 13:8, “(…) el pobre no oye censuras”.

De modo y manera que dejemos de tirarle piedra a la pobre, pobrecita, que ella también tiene derecho a vivir en su pobreza con dignidad y a disfrutar de los dones que el Señor le ha concedido, tal y como dice el Eclesiastés 5:19 “A todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios”.

Amén. Aleluya.

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