• 31/10/2021 00:00

'Dubitatio'

¿De qué opino hoy? ¿Acerca de cuál de los desmadres levantaré mi aullido?

Me siento meditabunda y atolondrada delante de la hoja en blanco. Los pensamientos se arremolinan en mi mente como los prismas multicolores de un caleidoscopio mareante. ¿De qué opino hoy? ¿Acerca de cuál de los desmadres levantaré mi aullido?

Creo tener la solución, ¡este! Este es el más importante, me digo, y enfilo la letra afilada hacia la diana. Pero en el camino se entromete un nuevo pensamiento, Loba, deberías estar hablando de esto otro. Esto es más importante, más urgente, más relevante. Tienes razón, mí misma, me digo a mí misma. Selecciono y borro. Y vuelvo a empezar. Escribo doscientas palabras y cambio de opinión.

¿Debo hacer referencia al egregio señor Presidente amenazando veladamente (y ni tan veladamente) a la ciudadanía y advirtiéndonos, (flipo en colores y relieve), de que “la democracia tiene límites”. ¿Hay algunos límites aparte de los que marca la constitución y el código penal de los cuales no haya yo tenido conocimiento? ¿Hay en una democracia más límites a los derechos que aquellos que marcan el inicio de los derechos ajenos? ¿Será que el señor hecho de algo que no es leche condensada nos está avisando de que estamos llegando al límite de nuestras libertades y lo que viene bajando es dictadura (o dictablanda, como decían que ejercía uno de los ideólogos del partido al que pertenece)?

Y no, en realidad es mejor que cambie el tema, esta semana ha vuelto a haber una andanada de asesinatos, tiroteos en varias partes de la ciudad, cinco muertos y varios heridos en un garito en el Casco. Un río de muertos, plomo y sangre corre por nuestras calles y el jefe de la Policía nos dice que no nos preocupemos, carajo, que dejemos el culillo, que no pasa nada, que eso son ajustes de cuentas entre pandillas, que los que murieron algo habrían hecho y que mejor que se maten entre ellos, así les ahorramos trabajo a la policía, a los fiscales y a los jueces, a ver si no nos damos cuenta de que el sistema de justicia está colapsado y necesitamos ir desalojando. Ojiplática y patidifusa leo que el problema es que el aviso de operaciones del antro en cuestión no les permitía hacer conciertos ni vender bebidas alcohólicas, y ¡bueh!, entonces se supone que debe estar bien que allí sea donde se mate la gente, no vaya a ser, ¡San Apapurcio nos libre!, que vayan a disparar a matar en un local con los permisos en regla.

Pero después pienso, a ver, Loba, que esto ya casi no es ni noticia, que se está convirtiendo en nuestra triste realidad, que lo más importante es la estupidez de los de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre, multando a los que compartían carro en medio de la última protesta de los transportistas para poder llegar a su trabajo, tarde, a trancas y barrancas, pero llegar. Mientras en otros países se favorece el compartir carro, sin necesidad de que los que lo usan se besen delante del policía (a mí esto, en realidad, siempre me ha sonado a que el agente que lo solicita es un enfermito que no tiene plata para suscribirse a un canal de porno en condiciones y se conforma con esta forma de humillación pública a los ciudadanos).

Y así estoy, tecleando como tentetieso mareado, asombrada de lo poco que a la ciudadanía, no a las redes, recuerden, eso no es el mundo real, a la gente de a pie le interesa todo esto.

Quizás es por eso por lo que estamos como estamos y nos merecemos lo que nos pase.

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