Los retos de cara al retorno presencial de clases

Actualizado
  • 08/12/2021 00:00
Creado
  • 08/12/2021 00:00
Un especialista en salud mental comparte una guía para evitar las dificultades del estudiante en la readaptación a la presencialidad. Igualmente, una docente habla sobre la importancia de que los padres se involucren en el proceso de enseñanza
El Ministerio de Educación informó que 1,700 escuelas están listas para el retorno a clases.
Al mes de octubre de 2021, 17 mil estudiantes han migrado del sistema particular al oficial.
El Ministerio de Educación anunció que el año escolar 2022 en Panamá comenzará el 7 de marzo y terminará el 16 de diciembre.

“En estos dos últimos años los estudiantes de primaria y de secundaria han tenido dificultades para adaptarse a la educación virtual, ya que estar tanto tiempo en la computadora ha afectado su concentración y atención. Este retorno a las aulas de manera presencial tendrá sus puntos a favor y en contra”, expresa el psicólogo clínico y coordinador de la Escuela de Psicología de la Universidad Latina de Panamá, Augusto Méndez.

Para el experto en salud mental, lo positivo de la presencialidad en las clases que empezarán a partir del 7 de marzo, es que los niños y adolescentes volverán a tener contacto social, un factor que requieren para su desarrollo. “Los chicos compartirán con otros alumnos y tendrán una vida escolar mucho más fructífera; la parte negativa es el tema de la salud ya que existe el riesgo de contraer covid-19 debido a la cercanía”.

Sin embargo, más allá de los contagios también existen desafíos en la parte psicológica para los niños y adolescentes que han permanecido por un largo periodo en confinamiento.

En ese sentido, la profesora de educación especial de nivel medio del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) Discenia Gracia precisa que en este proceso de readaptación escolar “los padres deberán hacerle entender a los alumnos que la escuela será un lugar seguro”, para que de esa manera recuperen la confianza de estar en estos espacios.

“A diferencia de los países de la región, en Panamá el periodo sin clases presenciales ha sido muy largo, por lo que las entidades educativas deberán trabajar en la readaptación junto con los acudientes y los alumnos para que el proceso sea más rápido”, dice.

Pero, ¿qué sucede si el alumno no logra adaptarse a la presencialidad, luego de un tiempo determinado? En respuesta a esta incógnita, Méndez manifiesta que “los primeros días de escuela puede que el niño sienta cierto tipo de aprehensión y le pueda dar miedo volver al aula”, no obstante, si después de dos o tres semanas el padre o el maestro detectan que el niño o adolescente está teniendo miedos irracionales, como pesadillas, temor a los gérmenes, afectaciones en el sueño, en el apetito, en la concentración, o no se siente cómodo yendo al colegio, aconseja “estar atentos” y conversar con los chicos para determinar si necesitan el respaldo de un psicólogo. “Se debe buscar ayuda ya sea de un experto de la salud mental en el colegio o acudir a un psicólogo de manera individual para observar y atender lo qué está pasando”.

Aclara que ir al psicólogo “no significa que haya alguna enfermedad”, sino al contrario, es una medida de prevención. “Se necesita un espacio para compartir con especialistas en ciencias de la conducta humana para saber exactamente qué está ocurriendo y así prevenir complicaciones en la salud mental del niño o adolescente en el futuro”.

Expone que en el caso de Panamá, como en otros países de la región, “se tiene el pensamiento erróneo de que las personas que acuden al psicólogo tienen algún tipo de trastorno” y asegura que este pensamiento está totalmente alejado de la realidad.

Como profesional de la salud mental argumenta que la psicología no solo maneja trastornos mentales, sino que también estudia la conducta humana por lo que invita a los padres a dejar el tabú de buscar asistencia con un profesional en caso de que el niño o adolescente lo requiera.

Asimismo, recomienda a los padres tener una comunicación abierta con sus hijos. “Es un pilar el intercambio de ideas por si ellos tienen algún problema”, y también exhorta a los padres a abrir el canal para que sus hijos los busquen en caso de que se sientan enfermos o si presentan cuadros de depresión o ansiedad, también darle seguimiento a ello.

Las medidas

En términos de conducta en el espacio escolar, Méndez indica que los padres deben entender que los niños “no son robots y no van a permanecer aislados” y que en el tiempo libre querrán correr junto con sus compañeros de clases o en el caso de los adolescentes, interactuar con otros alumnos, lo que para él puede llegar a ser un factor de riesgo porque “aumenta las probabilidades de contraer covid-19”.

En ese sentido, apunta que los padres deben enseñar a sus hijos desde casa las medidas de bioseguridad para protegerse.

“La educación empieza por casa y si no aplican las medidas de prevención desde su hogar, será muy difícil que lo hagan fuera de ella. Es importante que los niños sepan cuándo quitarse la mascarilla, cada qué tiempo deben lavarse las manos, y ese proceso debe inducirlo el acudiente al alumno”.

De igual manera, analiza que es responsabilidad del padre estar pendiente de las medidas de bioseguridad que tenga el plantel educativo, y hace un llamado para que los tutores no se desconecten de lo que acontece con el estudiante “pensando que la escuela lo tiene que resolver todo”.

Para el especialista en salud mental, el trabajo que conlleva el retorno a clases presenciales debe involucrar al padre, al maestro y al alumno.

Preparación del docente

De acuerdo con la experta en educación especial del IPHE, ha recibido varias capacitaciones en tecnología, neurociencia y neurodidáctica para aplicar y transmitir esos conocimientos adquiridos en este nuevo proceso de retorno a clases.

“Recordemos que han sido dos años sin clases presenciales y en las zonas comarcales los chicos no han tenido la mejor captación del proceso virtual. Un hecho es que la virtualidad ha requerido de más apoyo que la presencialidad y, pese a que los chicos son muy hábiles con la tecnología, creo que es importante que los padres le den seguimiento a las tareas asignadas. Es necesario que los padres se involucren no solo en la educación presencial, sino también en la virtual”, reflexiona.

En cuanto al proceso de adaptación de los estudiantes, la educadora asegura que los docentes están capacitados para detectar indicadores que demuestren que el estudiante está teniendo problemas con la presencialidad y así referirlos con un especialista.

“En el IPHE contamos con un cuerpo técnico que está formado por psicólogos, trabajadores sociales, fonoaudiólogos, entre otros, y nosotros referimos a los alumnos con ellos en caso de que tengan algún tipo de dificultad o requerimiento de atención específica”.

Para Discenia Gracia, el seguimiento y la vigilancia del estudiante en cuanto a su adaptación al proceso de enseñanza presencial o virtual debe ser constante. “En mi caso, este año tuve que referir a alumnos a atención psicológica”.

El Ministerio de Educación ya anunció que el año escolar 2022 en Panamá comenzará el 7 de marzo y terminará el 16 de diciembre.

La ministra Maruja Gorday de Villalobos confirmó a los medios de comunicación que las clases serán presenciales y sin distanciamiento en la mayoría de los centros educativos de Panamá.

Asimismo, subrayó que el 60% de las escuelas tiene menos de 100 estudiantes, mientras que 800 centros educativos tienen menos de 25 alumnos, y hasta hoy 1,700 escuelas están listas para el retorno a clases.

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