'En memoria de los panameños caídos el 20 de diciembre de 1989'

Actualizado
  • 20/12/2021 00:00
Creado
  • 20/12/2021 00:00
El maestro del arte contemporáneo, Aristides Ureña Ramos presenta una nueva obra en el marco de los 32 años de la de la invasión a Panamá. En una entrevista, comparte el mensaje detrás de su arte y proceso creativo
A través de la técnica de emulsión acrílica el artista plasma la obra sobre una tela de algodón traída desde Italia.

“Recordar la invasión y recuperar la memoria histórica de Panamá a través del arte es un privilegio para mí. El mensaje que quiero transmitir con esta obra es que hay que luchar para que jamás vuelva a ocurrir un acto de violencia como que el se vivió en este tiempo, porque no hay posición política que justifique violentar y no respetar los derechos de las personas”, expresa el maestro del arte contemporáneo panameño, Aristides Ureña Ramos, quien presenta hoy su obra 'En memoria de los panameños caídos el 20 de diciembre de 1989', en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en El Chorrillo, a las 10:00 a.m.

El artista, a través de la técnica de emulsión acrílica plasma su arte sobre una tela de algodón traída desde Italia. Para esta entrega, Ramos se mantuvo fiel a su estilo, pero esta vez utilizó un color rojizo para darle vida a la obra y no aplicó el tono azul como lo hace usualmente. “Con esta creación regreso a trabajar con telas enormes y retomo el uso de este tono al que le llamo el color de los porotos. Este tono rojizo me acerca mucho al dolor que vivieron las personas en ese hecho trágico para nuestro país”, dice Ramos y agrega que “la invasión es una herida que aún está abierta; en este suceso se perdieron muchas vidas producto de la violencia”.

El creativo admite que llevar un trabajo como este fue “difícil” ya que no tenía un boceto inicial y su meta es proyectar la realidad del pasado y llevar hacia la reflexión al público con el objetivo de velar por un Panamá mejor para las nuevas generaciones y la sociedad en general.

Indagación
El artista panameño cuenta con el permiso del Vaticano para pintar en las iglesias tras una preparación que recibió en los años que residió en Florencia, Italia.

Para alimentar su proceso creativo y conceptualizar la obra, Ureña entrevistó a varias personas que vivieron la invasión ya que durante este tiempo él estuvo fuera del país; y tras recopilar un mar de historias prosiguió a darle vida a esas anécdotas a través del pincel.

“Dialogué con muchos panameños, quienes desde diferentes perspectivas narraron cómo habían vivido esos acontecimientos. Cada uno tenía posiciones distintas sobre este suceso. La historia contada por los chorrilleros es totalmente distinta a la de los que estuvieron fuera de esa zona”, dice.

En su deseo por recoger más datos sobre aquel 20 de diciembre, sus pasos le llevaron a la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en El Chorrillo, donde se encontró con un archivo de fotografías sobre la invasión. “Esta parroquia donde se va a colocar la obra fue el sitio en el cual cientos de chorrilleros se concentraron en medio del caos y los bombardeos aquel 20 diciembre de 1989”.

“Recordar hechos como la invasión sirve para que los jóvenes panameños no permitan que, por razones de cualquier tipo ya sean políticas o religiosas, jamás se vuelva a violentar la intimidad de las personas. Panamá necesita una democracia y requiere dirigentes que tengan ética y moral para que saquen adelante nuestro país”, reflexiona.

Ureña busca dejar un legado de alto valor artístico que contribuya al fortalecimiento de la cultura en el país.
El significado

En la obra se pueden apreciar perros violentos, pero ¿qué significan? Para el artista representan la violencia de los soldados estadounidenses contra la comunidad de El Chorrillo. “El ejército de Estados Unidos le dio con todo a nuestro país y hoy se continúa hablando sobre ello, es por eso que empecé trazando estas figuras primero”.

Ureña retrata al barrio de El Chorrillo incendiado y con cadáveres a su alrededor. “Si se observa bien el arte se puede apreciar humo y dentro de él las almas de las personas fallecidas. Esta parte del cuadro estuvo inspirada en el testimonio de una persona que era dueña de una fonda cerca de la calle 26, en El Chorrillo y que en nuestra larga tertulia mencionó: 'Las vidas que se perdieron en 1989... todas esas ánimas todas subieron al cielo'” y de alguna forma el pintor toma este testimonio y le da un giro positivo ya que después de las llamas plasma cómo las ánimas se van transformando en seres de luz y llegan hasta los brazos de la Virgen de Fátima, en busca de su eterno descanso.

Otros elementos que representa en la tela son la bandera de Panamá, que se aprecia a un costado la parroquia Nuestra Señora de Fátima en El Chorrillo; los tanques de guerra; los soldados, los rostros de reclamo y de sufrimiento; así como los aviones bombarderos.

“Retraté la parroquia con las puertas abiertas porque fue el espacio donde los chorrilleros, con sus pocas pertenencias pudieron refugiarse en medio del dolor. La Virgen de Fátima recibe a todos con los brazos abiertos. Por otro lado, al fondo coloqué el paisaje del Canal de Panamá que a lo largo de su historia ha parado sus operaciones dos veces y una de ellas fue durante la invasión”, resalta.

Antecedentes

En esta línea, Aristides tiene en su portafolio tres obras, de las cuales dos ya han sido instaladas en dos templos católicos de Panamá; la primera obra fue presentada en noviembre bajo el título de 'El cantar de las creaturas', en memoria de las víctimas caídas a causa de la covid-19, en la iglesia San Francisco de Asís, del Casco Antiguo. Este arte, abierto a todo público, está plasmado en una tela retablo de más de tres metros.

En la lista le sigue 'En memoria de los panameños caídos el 20 de diciembre de 1989' instalada hoy, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en El Chorrillo y para finalizar esta colaboración con la Curia Metropolitana de Panamá su tercera obra será presentada el próximo año en la Catedral Basílica Metropolitana Santa María La Antigua.

“La Curia Metropolitana de Panamá me ha encomendado estas tres obras en las cuales plasmamos temas difíciles dentro de la sociedad panameña. Estos trabajos buscan recoger las memorias para proyectarlas en el presente y que no se olviden nunca”, precisa.

De igual manera, destaca que con su obra busca inspirar a las nuevas generaciones del país “hay mucho talento que merece ser apoyado y explotado en Panamá” y con las reflexiones de esta serie de obras agradece a la iglesia católica panameña por darle la “plena libertad a la hora de crear estas piezas y por confiar en su labor”.

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