'El Estafador de Tinder', una amarga experiencia descubre el mundo tras las 'apps' de citas

En la película Gentlemen prefer Blondes(1953), la actriz Marilyn Monroe dice que: “Un hombre rico es como una mujer bonita. No te casarías con una mujer solo porque es bonita, ¡pero vaya que ayuda!, ¿no?”. Esta frase es traída a la actualidad por la noruega Cecilie Fjellhøy, una de las tres voces que cuenta la realidad de haber salido en una relación con el exconvicto israelí, Simon Leviev, a través de la aplicación de citas, Tinder.

Para Cecilie, encontrar a Leviev fue encontrar a un hombre comprometido, además de rico, y que le prometía lo que ella estaba buscando: aventura y felicidad. La realidad que muestra el documental de la directora Felicity Morris The Tinder swindler, (2022) va más allá de los conocidos catfishes en Tinder, incluso supera las pequeñas incomodidades de encontrar a alguien que después de un par de mensajes solicite dinero con la excusa de alguna “emergencia”, sino que pinta un panorama de inseguridad, abusos y extorsiones reales que sufrieron tres mujeres, al mismo tiempo, tras entrar en relación con el criminal nacido como Shimon Hayut, quien cambió su nombre antes de cumplir 20 años a Simon Leviev, haciéndose pasar por un pariente de la familia de Lev Leviev, como un magnate de la industria de los diamantes.

El documental inicia con el testimonio de Fjellhøy, una noruega que reside en Londres y quien conoce a Simon en Tinder. La historia de la feliz relación comienza a complicarse una vez que inician un noviazgo más formal, es entonces que la trama y la voz de Fjellhøy nos transporta a un mundo de ansiedad, miedo y sumisión. “Cuando ves a alguien que amas sufriendo, no puedes evitar hacer lo que sea necesario”, comentó Fjellhøy ante la cámara.

La historia basada en el reportaje que hizo el diario noruego VG —luego de ser contactados por Fjellhøy—, publicado en febrero de 2019, es un retrato de la red sofisticada de embaucación que Hayut había creado desde 2011 cuando fue acusado de robo, falsificación y fraude en Israel.

Antes de que comenzara el juicio, huyó a Finlandia. Desde entonces comenzó a usar formalmente el nombre de Simon Leviev —entre otros que había utilizado anteriormente— y a utilizar apps de citas como Tinder para sus acercamientos con mujeres.

Morris utiliza sus recursos narrativos para abordar el modus operandi de Hayut, mostrando la vulnerabilidad de las víctimas y el trabajo profesional de Hayut en sus estafas emocionales. La producción estima que, a lo largo de los años, Hayut robó $10 millones después de atraer a sus víctimas con citas de lujo para ganar su confianza y “hacerlas enamorarse de él”, como indicó Natalie Ramoe Hansen, una periodista de VG que trabajó en el caso de Fjellhøy.

La emoción que transmiten las víctimas —Cecilie Fjellhøy, Pernilla Sjöholm y Ayleen Charlotte— deja en claro el límite que la transgresión de Leviev sobrepasó en la salud mental y emocional de las tres mujeres principales. Morris logra construir una percepción ingeniosa sobre el modus operandi del criminal. También logra demostrar que lo que sucedió es solo una pieza de un sistema siniestro que se orquestó desde hace más de una década y funcionó con múltiples víctimas en Europa.

“Cuando conocí a Simon tuvimos una conexión inmediata. Y luego, en medio de la noche, dijo que tenía algo que decirme. Dijo que lo estaban amenazando. Necesitaba dinero. Unos $20 mil; $30 mil; $140 mil”, es el testimonio que dejan las tres víctimas tras una hora y 50 minutos del documental.

Para Charlotte, quien había estado saliendo con Leviev por casi 14 meses, mientras sucedía la historia de Sjöholm y Fjellhøy, conocer la verdad de su novio fue un “shock; no sabía cómo reaccionar”.

Charlotte prestó a Leviev cerca de $140 mil en la época de su noviazgo, mientras pagaba por diversas cuentas de teléfono celular para él.

La valentía de Charlotte, Sjöholm y Fjellhøy se muestra como una merecida victoria en medio de los golpes que recibían de Leviev y las autoridades en los diferentes países. “La policía dijo que necesitaba tiempo para armar el caso, pero yo no tenía eso, así que me di cuenta de que mi única opción era estafar al 'estafador de Tinder'”, comentó Charlotte.

Quizás lo que más impacta de El Estafador de Tinder es saber que Leviev sigue libre, sin haber enfrentado la justicia por sus actos. Para las víctimas, hacer público su caso con la ayuda de diversos medios de comunicación y Morris, es la forma más cercana que tienen de sentir justicia sobre lo que tuvieron que atravesar. Actualmente, Leviev no se encuentra bajo supervisión de las autoridades, sino que vive en Israel y sólo cumplió cinco meses de su condena de 15 meses de prisión.

Anteriormente, Hayut fue acusado en Israel de fraude por robar y cobrar cheques de personas para las que había trabajado; a su vez, en 2015 fue arrestado en Finlandia por el delito de estafa, tras una denuncia de tres mujeres también víctimas; fue entonces sentenciado a tres años de prisión.

En 2019, tras el escándalo del reportaje en VG, Leviev intentó huir a Grecia con un pasaporte falso, pero fue interceptado por las autoridades en Atenas, donde fue extraditado a Israel y fue condenado a 15 meses de prisión y a pagar una multa cercana a los $50 mil para “resarcir a sus víctimas”, según recopiló el medio BBC.

Dentro del largometraje seguimos minuto a minuto las tragedias en las vidas de las tres mujeres. Cada una ha quedado con deudas que sobrepasan los $200 mil y con impacto en su salud física y mental. Actualmente, Cecilie Fjellhøy trabaja como fundadora de la organización sin fines de lucro Action: Reaction, centrada en prevenir y apoyar a víctimas de estafas en redes sociales como ella.

En Noruega, Fjellhøy enfrenta cuatro demandas bancarias por las deudas adjudicadas a su nombre debido a la estafa de Leviev. Solo un banco perdonó la deuda de Cecilie, y actualmente ha tenido que enfrentar juicios y, según comentó en una entrevista a la revista Elle, “es posible que no pueda volver a su país de origen”.

Luego del estreno del documental en Netflix el pasado 2 de febrero, la cuenta de Leviev en Instagram ganó más de 200 mil seguidores, pero antes de eliminar su cuenta de la aplicación, dejó una foto con el mensaje: “Compartiré mi versión de la historia en los próximos días, cuando haya resuelto la mejor y más respetuosa manera de contarla, tanto para las partes implicadas como para mí. Hasta entonces, por favor, mantengan la mente y el corazón abiertos”.

Actualmente, Morris lleva a cabo The Tinder Swindler Podcast, en el que destaca a más víctimas y evidencias de las estafas de Leviev.

Tanto Fjellhøy como Charlotte y Sjöholm fueron hostigadas en redes sociales tras la publicación del reportaje de VG, siendo tachadas como “cazafortunas”, “tontas” o “codiciosas” en cientos de comentarios. Aún así, dieron entrevistas a diversos programas de televisión y noticieros en Reino Unido, EE.UU., Alemania y Holanda. “Esto es lo que yo quería, su foto está ahí, su nombre está ahí, y ahora cada vez que una mujer lo conozca podrá buscarlo en Google y sabrá quién es realmente”, enfatizó Fjellhøy.